Capítulo 55: Corrupción y Crueldad

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Los zumbidos eran insoportables, la cabeza daba vueltas, los dolores se agudizaban. Aquella voz fantasmal golpeaba nuevamente su ser como si un balde de agua helada fuese - ¿Por qué no quieres volver a verme? ¿Es que todo lo que sentías eran solo mentiras? – Cuestionaba la voz de su cabeza, la voz de Jinx –Estás a solo un pinchazo de volver a estar conmigo- Intentaba convencer, el moreno miraba el cajón cerrado de su escritorio, apretaba los dientes, juraba poder sentir en su cuerpo las heladas manos de la mujer peli azul. Golpes nuevamente, pero golpes que lo retrajeron a la realidad –Con permiso, Ekko- Hablaba Kayn, rescatándolo de su trance.

- ¿Estás bien? - Dudaba el muchacho al ver en un estado fatal al zaunita. –Si- Fue la respuesta - ¿A qué has venido? – consultaba. –Quiero información sobre lo que busco, ese era el trato- Exclamaba. –Sí, es verdad. Lamento olvidarlo, tengo algo que será útil- Narraba mientras se acercaba a su escritorio, abriendo el cajón que segundos antes le llamaba. La jeringa de brillo reposaba allí junto con un sobre con datos robados. El mismo fue puesto sobre la mesa, el local miró a Kayn para que este se percatase que el contenido era de su pertenencia. –Uno de mis hombres ha tocado todos los contactos existentes de Zaun, si las armas están deambulando por estos lares, estarán aquí marcadas- Sentenció.

Ni corto, ni perezoso el trenzado se apuró a abrir dicho objeto, dentro de él algunas notas del paso a paso del espía de Ekko y la información recaudada. –Nada- Espetó Kayn tras diez minutos de lectura –Las armas no están aquí- Su tono se transformaba en fastidio. –Fíjate la segunda carta- Mencionaba el local. El asesino leyó el segundo papel, el cual estaba resaltado por todos lados, uno de los párrafos lo dejó anonadado

"Habiendo recorrido todo rincón de Zaun, y conversado con todos mis informantes externos, llegué a descubrir que las armas no se encuentran en el distrito bajo. He intentado averiguar su paradero externo, pero ha sido imposible. Milagrosamente uno de mis chivatos tiene la pista que cita que las localizaciones de los objetos en cuestión se hallan en la ciudad de arriba, he de aclarar que allí han de estar los documentos con la ubicación de los objetivos. Habrá que organizar una infiltración para hallar esa información"

El Darkin se halló pensativo tras leer este segundo relato. –Relájate, amigo mío. Los piltillos traman algo ¿Robar cosas tan valiosas a ellos mismos? Si su objetivo era retener las armas hubiesen hecho un allanamiento sin más. Ellos tienen algo entre manos, han hecho una bandera blanca. Un atentado a sí mismos. Por eso pienso ayudarte a recuperar lo que estás buscando, no permitiré que corra más sangre de mi gente- Declaró el moreno. –Gracias- Me alegra saber que puedo contar contigo, Ekko- Respondía agradecido el otro.

-Llamaré a Vi. Si alguien sabe dónde pueden hallarse ese tipo de documentos, es ella- Exclamó. –Perfecto. Ekko, amigo mío. Asaltaremos al gobierno de Piltover- Vociferaba emocionado, nunca se daría cuenta que ese alarido de orgullo le saldría caro, puesto que un encapuchado conocido estaba debajo de la ventana –Es increíble como el mismo truco es tan eficaz-reía este –Esta vez será un ataque directo. Prepárense, amigos míos- Concluía el Darkin.

La mujer sheriff se adentraba dentro de la gran mansión perteneciente al gobierno piltillo. Por cada paso que daba se aproximaba más y más a la oficina del líder del director de la gran ciudad. Tres toques a la puerta llamaron, la voz dentro respondió dando la orden de entrada, la mujer tomó un fuerte respiro, cuando se purgó del sentimiento de saber que era lo que pasaba siempre que ocurría este encuentro semanal surcó el umbral.

- ¡Cait! - Gritaba alegre el hombre. –Señor- Respondía la otra tratando de cerrar rápido el momento aun a sabiendas que era imposible. –Vamos, nena. No hace falta tanta seriedad entre nosotros- Exclamaba mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a la mujer de sombrero la cual estaba de pie en medio del salón. –Sí, Jayce- Se corregía la dama, mirando al frente mientras su jefe caminaba lentamente detrás de ella. Las manos posadas en los hombros de la militar, ejercía un leve empuje para que la chica caminase hacia adelante, para acercarla al escritorio donde él se sentaba.

-Bueno, sabes bien que te he llamado por el estado de la misión- Hablaba mientras se sentaba en su mesa, la dama seguía de pie, erguida, incomoda. –Todo marcha bien, las armas están ocultas dentro de uno de nuestros edificios secretos. La próxima semana se realizará el trato con los noxianos en tierras bajas, si ellos se muestran tan convencidos con los artefactos de cambio, el dinero que recibiremos será grande- Revelaba. –Recuerda bien como hacer las cosas. Los cerdos de Zaun no deben sospechar ni por asomo que se trata de nosotros, no permitiré más atentados o protestas de mierda- Acotaba el dictador. –No, señor- Era la respuesta de la fémina.

Hubo un pequeño y corto silencio en la sala, la dama de la placa sería quien lo interrumpiese –Si me permite, me retiraré ahora- Solicitaba. –No- Fue la cruda respuesta del sujeto sentado en el escritorio, quien de paso se ponía de pie y lentamente caminaba para posicionarse detrás de la chica - ¿Sabes algo? Un pajarito me comentó que te reuniste con la asquerosa perra zaunita de Vi ¿Estoy equivocado? - Dudaba entre susurros al oído de ella. –Señor Jayce, yo no he hecho tal cosa- Mentía. –Me alegro. Me desagradaría la idea de tenerte como traidora ¿verdad preciosa? - Farfullaba esto último mientras rozaba lentamente sus dedos por debajo de la falta de la mujer.

La policía se erizó completamente, era ya una costumbre común recibir este trato por parte del que alguna vez fue su acompañante, más nunca se acostumbraría. –Para- Dijo en voz baja, con la voz un tanto quebrada. –No es necesario resistirse, cariño. Aunque por otro lado siempre me provocaba como intentabas evitarlo, extraño esa época. Ya ni siquiera ofreces resistencia, tengo que conformarme con tu cara fingiendo que no lo gozas- Comentaba mientras abría la bragueta de su pantalón y penetraba a la fuerza a la mujer.

La misma no intentaba detenerle, habría aprendido en el pasado que era inevitable esa acción. Ella posaba las manos en el escritorio para sostenerme mientras que estaba inclinada hacia adelante, siendo abusada por el líder de la ciudad del mañana. Repentinamente la cabeza de la mujer fue empujada hacia abajo, golpeándose con la mesa. –Más te vale que no estés cruzando palabras con esa puta de pelo rosado, si me llegase a enterar que estás tratando con ella te revocare de todo poder que tengas en Piltover y pasaras a estar bajo mi tutela como prisionera durante las veinticuatro horas del día. Aunque no suena tan mala idea para mí- Amenazaba degeneradamente el pelinegro.

Al terminar con el acto guardó su aparato en sus pantalones nuevamente –Lárgate antes de que ensucies mi alfombra- Dijo fríamente.

La noche comenzaba a caer, preparándose para la misión se hallaban el trio protagónico junto con la peli rosada, quien se habría apuntado ella misma al enterarse de los sucios planes de los piltillos para con su tierra natal. A cara cubierta los cuatro subieron hasta llegar a los callejones de arriba. –Hay que ir a las oficinas de la comisaria, allí resguardábamos todos los archivos importantes bajo llave. Solo Cait o yo podíamos acceder a ellos, y tengo una corazonada bastante buena- Hablaba la local –En silencio, síganme- Ordenaba guiando al grupo.

Burlando a duras penas la escasa seguridad del lugar, lograron adentrarse a la comisaria. La operación es en particular complicada, puesto que no debían dejar cuerpo o indicios de haber estado allí. Ser descubiertos dentro de la comisaria delataría las intenciones del grupo, causando que toda investigación sea en vano.

Pasando las oficinas hallaron la sala segura donde los documentos se guardaban, Vi usaría su nombre para lograr abrir la puerta –Sabía que estos ineptos nunca quitarían mi identificación del sistema- Se jactaba jovialmente.

Demoraron casi veinte minutos en encontrar la carpeta donde se encontraba la información requerida. Misión cumplida, gracias a la lectura descubrieron que uno de las zonas más lúgubres de Zaun se reunirían para poder llevar el intercambio con discreción. Luego se inculparía a los residentes del barrio bajo de contrabando de armas para poder crear una redada, usándolo como excusa para liquidar a todo pandillero y persona local "sospechosa".

-Tenemos lo que necesitamos, solo hay que prepararse... ¿Vi? - Preguntaba por el paradero de su compañera el Darkin mientras notaba que la mujer estaba a unos cuantos metros, leyendo otro archivo. Akali se aproximó a la pandillera, observando el nombre del documento: "Operación Jinx".

----- Notas del autor

Espero disfruten el cap, pronto actualizaré. A partir del capitulo que viene solo verán acción y trataré de tenerlos con el corazón el la mano cuanto pueda 

(Si argentina pierde el mundial este fic puede verse cancelado por suicidio)

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora