Capítulo 20: "El Rey de las Sombras"

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Kayn retrocedió arrastrando los pies un par de metros, levantando una nube de polvo a su paso, el golpe tuvo la suficiente fuerza como para provocarle el desplazamiento. –Tienes buena mano- exclamó con ligera sinceridad. La mujer se quitó la máscara para arrojarla al suelo –Espero que no intentes rendirte. No miento cuando digo que no saldrán de aquí, la sentencia ya se ha declarado- Amenazaba mientras bailaba su arma entre sus manos. Kayn veía a los ojos a su contrincante con arrepentimiento, era consciente de que solo habría una forma de ganar, "ellos o nosotros" resonó con eco la voz de la guadaña en su cabeza. El pelinegro no renegó de la intromisión del demonio en su cabeza, esta vez tenía razón.

La mujer de propulsó en su dirección con el objetivo de otro remate, Kayn se hizo presa de su propia confianza, preparándose para escudarse con sus brazos del golpe. Cuando el impacto estaba por darse la mano de la mujer lanzo un brillo peculiar, el asesino logró reaccionar a lo que pasaba a décimas de segundo antes del garrotazo. Voló unos cuantos metros, rodando al tocar suelo. Habría logrado proteger su brazo con la armadura Darkin, la cual ahora se rompía relevando la potencia del ataque.

La uniformada sonreía divertida a tal acto –Parece que de verdad tenías buena mano. De verdad disfrutaré partiéndola- Vociferaba con emoción. El pelinegro pudo comprender la situación desde la lejanía, la mujer también era una maga, una maga elemental. Habría transformado su Bo en hielo puro antes de efectuar el contacto, de no haber usado su armadura habría terminado con espantosas fracturas desde el hombro hasta los dedos. Pese a que el choque se había efectuado hace segundos, un gran moretón ya se manifestaba en casi todo su brazo.

-Kayn...- Dijo pesadamente el arma. –Sí, Rhaast. Soy plenamente consciente de lo que tengo que hacer, aunque no me agrade la idea- Dijo con seriedad el asesino mientras alistaba su guadaña entre sus manos para el combate, a la par que protegía con la armadura demoniaca ambos brazos. Ambos dieron el empujón para intentar acertar un golpe. Parecía que la maga congeló nuevamente su bastón, pero al momento que ambos instrumentos se chocaron una explosión de nieve provocó una pantalla de neblina que impidió la visión de la arena. Kayn podía escuchar como el garrote giraba velozmente en manos de su dueña, ante esto el asesino comenzó a carcajearse con soberbia – ¿Otra vez la misma técnica que tu compañero? No me hagas reír- Tras esta burla género tres sombras que entre la neblina comenzaron a lanzar guadañazos al azar, disipando la misma y permitiendo ver que Adela tuvo que retroceder repentinamente.

Se reincorporo en cuestión de nada, poniéndose nuevamente en posición de ataque. La mujer levantaba mucha velocidad al aproximarse al pelinegro, pero este con un simple movimiento de su arma creó una sombra que emergió del suelo asestándole un fuerte golpe a la mandíbula con el dorso de su arma. La mujer voló nuevamente hacia atrás, cayendo secamente al suelo, sin dar rebote alguno. Tras verla permanecer unos segundos inmóvil en el suelo Kayn decidió acercarse para rematarla, pero la risa de la chica lo detuvo a mitad de camino. Se puso de pie con solo un salto, escupió una pequeña cantidad de sangre al suelo para mirar a su contrincante con una sangrienta sonrisa –Que buen golpe, bastardo. Lograste cortar mis encías y labios, impresionante. Ahora es mi turno de atacar- espetaba con exaltación.

Tomo carrera en dirección al asesino, esquivando un numero considerables de sombras en el camino. Cuando la distancia fue lo suficientemente corta lanzó un par de cuchillas que tomaron por sorpresa a Kayn, el cual a duras penas pudo cubrir con sus protegidos brazos. Bajo su guardia unos pequeños instantes cuando agachó sus brazos, en ese momento pudo divisar que tenía justo frente a él a la guerrera, con su bastón listo para dar un golpe de gracia, había ocupado su magia para transformar el arma en metal.

Esa noche la arena parecía una orquesta en cuanto a golpes resonantes se tratase, nuevamente se escuchaba otro. Kayn recibió un golpe certero en su cabeza, cayendo noqueado a pocos metros de su posición original. La mujer reía fuertemente –Ese golpe fue increíble, nunca en mi vida había asestado un porrazo tan brutal- se jactaba con orgullo y emoción. Kayn se hallaba en el suelo, con una gran herida en su frente, la cual sangraba al punto que el líquido manchó toda su cara. Con los ojos en blanco y la boca abierta, reposaba inerte.

Sus compañeras clamaban su nombre, pero el guerrero se encontraba casi inconsciente. Los gritos de sus colegas, los de su contrincante, los de la tribuna. Todos eran opacados por la voz demoniaca que solía invadir su cabeza. –Estabas advertido, Kayn. Nuevamente tu debilidad te ha pasado factura- Susurraba la voz de Rhaast. –No...- Contestaba desde el suelo, como si hablase solo.

Adela puso al asesino de pie, balanceándose casi inconsciente. El arma de la mujer fue transformada esta vez en un bastón de roca sólida. Nuevamente Kayn fue disparado por el impacto en su cabeza. – ¿Sabes lo que pasara ahora, compañero?-. –No-. –Tu muerte les dará un bajón anímico a las chichas, las cuales serán presas del pánico e intentaran salvarte. Momento en el que todos los guerreros del lugar saltarán sobre ellas. ¿Recuerdas cuándo te obligaban a cocinar en el templo como forma de castigo? ¿Cómo hacías puré esos tomates? Imagina esa misma escena, pero el puré serán tus amigas- Predecía el Darkin, el pelinegro contestaba a esas palabras vidriando sus ojos, dando posterior paso a lagrimas que comenzaban a caer por sus ensangrentadas mejillas.

El demonio aún no terminaba su tortura psicológica, puesto que tras decir todo esto continuó. –Por no arrebatar una vida, entregaras la tuya en una muerte considerablemente rápida y las de tus amigas a una más dolorosa y brutal-. –Silencio...- Exclamaba a duras penas el muchacho casi inconsciente desde el suelo. –Ya no estaremos vivos para ver eso, mi mente divaga sobre que harán con ellas. No creo que las asesinen sin más, imagino que se darán una buena "fiesta" con ellas antes- Especulaba con toda seguridad el demonio. Su plan era bastante inteligente, Kayn no estaba mentalmente preparado para matar a alguien, lo más seguro es que muera antes de arrebatarle la vida a alguien a sangre fría. Su única opción para sobrevivir a esto y salir victorioso es provocar al pelinegro hasta pasado su límite. "Si la bondad le impide matar, entonces que le carcoma el odio"

La guerrera tomo asiento en el torso del muchacho para comenzar a darle puñetazos a la par de los gritos del público. –Cierra la puta boca, demonio- Logro murmurar entre los golpes que recibía. La guadaña retomó su charla mental –Ya sabes. Akali logrará defenderse un poco, pero tarde o temprano será reducida, a la maga no les supondrá ningún esfuerzo atraparla. Creo que a los tipos duros les fascinaría violar a una chica dura como Akali, sabes cómo son los cerdos, Kayn. Tú también eres uno. Pero para los que tengan gustos más delicados, como una mujer de rasgos finos, irán directo por tu salvadora. Muchos prefieren la estrechez de una mujer fina- Comentaba Rhaast su grotesca visión. – ¡Que te calles!- Grito iracundo asustando a su agresora.

Una sombra emergió de una de las paredes de la arena, volando a toda velocidad en la dirección de ambos y propinándole un martillazo con el reverso de la guadaña a la cabeza de Adela. La discípula salió disparada varios metros por el impacto. Kayn se puso de pie sin mucha dificultad, a pesar de la brutal paliza recibida estaba dispuesto a ganar este combate.

La uniformada demoro unos diez segundos en recomponerse. Ya no solo su boca estaba rota, ahora su ceja estaba completamente cortada, abundante sangre caía a lo largo de su semblante. El ojo que también fue golpeado estaba completamente negro y perdiendo algo de sangre, tal vez había sido reventado. La mujer comenzó a reírse –Te demoraste demasiado en pelear como un hombre de verdad, bastardo- Vocifero mientras bailaba su Bo entre sus manos. Ambos guerreros avanzaban a paso relajado el uno hacia el otro.

Cuando ambas caras estaban a menos de un metro de la otra detuvieron el paso. –Qué alegría que tengas pensado dar un digno espectáculo. Si morirás, por lo menos que el público se divierta- Exclamaba soberbiamente la mujer. –Lo lamento demasiado, pero no permitiré que toquen a mis aliadas. Sin importar que deba destriparte para eso- Explicó el medio Darkin en un tono completamente frio y serio. Las dudas se terminaron, la culpa quedó en el pasado. A partir de ahora mataría al que deba matar, sin dudar. El pelinegro estaba decidido, todo aquel que intentase poner una mano encima de sus amigas pagaría con su vida.

-Dime, bastardo. ¿Qué quieres que diga tu lapida?- Continuaba las burlas la uniformada. Kayn solo dejo escapar una ligera risa –Que diga "Shieda Kayn, Rey de las Sombras". Tal vez algún día en el futuro pueda darle uso, quizá como mesa- Dijo con un semblante audaz.

Ambos mostraron sonrisas que expresaban distintos sentimientos, en el caso de la guerrera denotaba plena confianza y fe en sí misma. Por otro lado, la sonrisa del maestro sombrío mostraba mucha soberbia, como un jefe miraría al peón más bajo. La misma sonrisa que lo caracterizó casi toda su vida.


-----Notas del autor

Perdón por no actualizar antes, tuve que darme la vacuna y me dejó KO.

¿Que les parece la historia? ¿Les gustan los combates? Cualquier duda o comentario sera contestado y bien recibido, salu2 

Hasta Que Los Darkin Nos Separen | Zoe x Kayn | Fanfic | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora