Caminos entre deber y amor • [BTS FF]

Capítulo 46

Ver cómo la pareja que lo había acompañado por mucho tiempo se separó fue igual de triste para Taehyung. En el fondo, era imposible ignorar la cercanía que había adquirido con Jimin y T/N, así que ver a uno de ellos irse lejos mientras la otra persona estaría sufriendo su pérdida tanto como él, fue todavía peor de lo que imaginó.

El último recuerdo que Jimin tendría de ellos sería verlos despedirlo a la luz del amanecer. No podía enfocarse en lo que hacía, pero sabía que tenía que salir en busca de sí mismo de nuevo. Para la princesa, ya no había nada de raro en ese dolor porque se le hacía familiar e intenso al mismo tiempo. Como él había dicho, creyó haber pasado suficientes emociones que ya no importaba ser consciente de cómo lo manejaba para dar una imagen diferente a su realidad. 

Taehyung estuvo ahí cuando fue necesario expresar su tristeza aunque sea en silencio, y él lo sabía perfectamente. No solo era parte de su deber sino era un alivio para sí mismo tener una compañía que ahora entendía a la perfección cómo se sentía.

Resultó más simple entender a T/N, ya no había barreras que pudiera poner entre ambos porque había dejado ir muchas cosas al pasar por tales experiencias. Supuso que ya no importaban ciertos detalles que ponía primero antes, los cuales escondían demasiado bien su verdadera personalidad.

Sin embargo, ella era más fuerte de lo que parecía. A pesar de que Seokjin estaba más libre que nunca, no fue suficiente para lograr que se vuelva su soporte como antes. No lo excluyó por completo, pero antes pasaban más tiempo juntos. Él entendió que se trataba de la manera en que quería superarlo, dándole el espacio que necesitaba y siendo observador de todo a la distancia.

Dos semanas pasaron rápidamente, llenas de quietud y tranquilidad. Parecía que el tiempo se detenía, como en invierno para la princesa, pero ahora venía el verano. Era tan irónico como imposible, excepto que los hechos habían hecho que pase. La reina había retomado sus actividades, liderando el puesto de gobernante. Las mismas tareas habían disminuido un poco, como si todo fuera más condescendiente con quienes querían salir delante de muchas noches difíciles.

El sol brillaba con más fuerza, haciendo que los alrededores tengan un brillo diferente a los anteriores meses. En vez de colores de todo tipo, prevalecía la luz de los días soleados y la ausencia del frío trataba de derretir las emociones congeladas en quienes no querían expresarse. Cada quien encontraba su modo de lidiar con los cambios, evadiendo las preguntas que dolían más hacer que responder.

Por suerte, la necesidad del aire fresco hizo que T/N tenga que salir de su habitación más seguido. Usualmente el lugar que recorría sin falta eran los jardines, no solo por los recuerdos que guardaba sino por lo fácil que era perderse en pensamiento sin que puedan interrumpirla.

Como buen observador, Jin seguía notando estos cambios y esperaba que esa sean buenas señales para los días que estarían por venir. La única manera de comprobarlo era hablar con Taehyung más seguido, especialmente cuando no tenía más remedio que permanecer al margen cuando la princesa se lo pedía.

―Con este calor que solo está empezando no puedo imaginar estar aquí a menos que sea en los corredores ―comenta él, apoyado al lado de Taehyung en un pilar que divide dichas zonas, ambos refugiándose en la sombra―. Deberías inventar una excusa para llevarla a otro lado que no fuera tan soleado.

―Todos los días viene aquí ―explica él, todavía observando de lejos a T/N con detenimiento―. Es un avance en vez de que pase más días en su habitación sin distraerse mucho, así que no debería. Últimamente su consuelo es escoger una flor, aunque no puedo decir si se trata de alguna en particular.

― ¿Cuál crees que es su favorita?

―No lo sé, ¿rosas? ¿girasoles?

Era un detalle no tan importante, pero aun así no podría adivinarlo sin preguntarle. Jin sonrió al saber la respuesta, aunque decidió permanecer callado. Si lo que decía Taehyung era considerado por él un avance, estaría tranquilo. Si bien no era un hábito usual en ella, tampoco era extraño.