Casi al primer rastro de claridad del alba, con notablemente menos cantidad de horas dormidas que de costumbre, Yoongi despertó de repente; alerta, como si ya estuviese acostumbrado a despertar a esas horas aunque no fuera el caso.
La energía que tenía antes de que amanezca era inusual, sobre todo por ser tan exigente como para hacerlo decidir salir por aire fresco y aprovechar el tiempo en practicar su tiro con arco. Por suerte, casi nadie estaba despierto en el palacio, así que se sintió más cómodo yendo hacia los establos con su arco y flechas en el hombro. Quizá debería despertar así de temprano más seguido, pensó él.
Todavía estaba ausente el calor del verano, porque todavía no amanecía del todo; pero eso cambiaría al pasar más horas. La última vez que había ido directamente a los establos apenas despertaba había sido poco más de un mes atrás, pero ya podía imaginar quién también estaría despierto a esa hora al igual que él. El cuidador que siempre estaba ahí, desde antes del amanecer hasta el ocaso, lo reconoció de inmediato cuando entró, sonriéndole.
―Buenos días ―saluda Yoongi, entrando más cómodo al notar que solo eran ambos.
―Buenos días, jovencito. Qué bueno verlo tan temprano aquí.
―Sí, no pude dormir tanto. Demasiada energía para mantenerme quieto. Pero estoy bien.
―Si así es, entonces me alegra oírlo. ¿Cuál escogerá hoy? ―pregunta, refiriéndose a los caballos del establo.
―Cuál es el que no molestaré tan temprano, habrá querido decir. ¿Qué me dice del que está al fondo? ―dice él, señalando en la dirección del caballo negro que había llamado su atención desde ya tiempo atrás―. ¿Tiene un nombre?
―No, me temo que no lo tiene. Usualmente no los nombramos, a menos que alguien lo quiera como suyo.
― ¿En serio? Entonces, nadie lo ha hecho.
―No, él es... un tanto difícil comparado con el resto. ¿Está seguro de que quiere elegirlo esta mañana?
―Sí, nos llevamos bien. Me agrada, se comporta bien conmigo.
Oír a Yoongi decir aquello tan confiadamente dejó al hombre sin palabras, mientras observaba cómo se acercaba para sacarlo sin ningún problema. Si lo pensaba más a fondo, de las tantas veces que había visto cuáles elegían los muchachos que llegaban ahí durante todo ese tiempo, la mayoría de veces había visto esa escena repetirse. No parecía ser una suposición demasiado apresurada la que hizo anteriormente, entonces.
―Quizá te haya escogido a ti ―responde finalmente.
―Quizá ―repite Yoongi, terminando de alistarse para ir cuanto antes al único lugar que tenía en mente―. Como fuese, estaré practicando por un tiempo. Pero volveré antes del mediodía.
―De acuerdo. Tenga mucho cuidado afuera.
―No se preocupe. Estaré bien. Gracias.
Sin más que decir, salió rápidamente por el camino que podía recordar claramente porque ya se había convertido en una costumbre tomarlo seguido. La velocidad que tomó hizo que tome menos tiempo llegar al estanque que encontró la primera vez que salió al bosque del sur, por recomendación de la princesa. Desde entonces, seguía siendo un lugar al que regresó muchas veces. Ese día no fue la excepción.
Usó uno de los árboles como objetivo para seguir practicando su tiro con arco, algo que había estado perfeccionando por su cuenta todo ese tiempo. Según Taehyung, no era tan necesario, pero le daba otra excusa para mantenerse ocupado con algo útil. No supo para qué le serviría algún día, pero de seguro le encontraría un uso.
ESTÁS LEYENDO
Caminos entre deber y amor • [BTS FF]
FanficT/N necesita encontrar a alguien que reine a su lado, sin importar quién se interponga en el camino. Solo así se completará la sucesión. El problema es... saber cuál será la elección correcta. Sin querer, reflejó un debate sobre si existe algo como...