Luego de una mala noche, Yoongi estaba más que cansado y harto de lo que sentía cada día más y más. No soportaba estar ahí más tiempo, no cuando recordó todo lo que dejó atrás por no poder hacerle frente a su dolor en ese momento. Ahora el arrepentimiento lo consumía pero al menos seguía cerca. Tan cerca y a la vez tan lejos, aunque tampoco sabía si estaba listo para seguir adelante y dejar su hogar por última vez.
El reflejo en el espejo seguía igual que la noche pasada. Su cabello seguía oscuro y sus brazos seguían libres de cualquier marca que tenía. Verse así ahora era más que un problema, porque no quería pretender ser quien no era una vez más, aunque sea solo en el exterior. No solo su alma se sentía atrapada, sino ahora se sentía atrapado en el palacio porque sabía que se vería muy mal huir así sin más luego de la promesa que decidió cumplir.
La idea de que su vida carecía de un propósito claro para él, no ayudaba en nada, solo fue la gota que rebasó el límite de su cordura y lo único que se le ocurrió fue tomar el traje que usó la noche anterior en sus manos para hacerlo arder en llamas. Sin dudarlo, lo dejó caer hacia la chimenea y las llamas lo consumieron a él para traer de vuelta su apariencia normal.
Quería creer que toda esa frustración era útil para hacer aumentar su magia, pero sabía que su mente estaba en un mal momento como para querer intentar experimentar más ese día. Sin embargo, la ansiedad y la ira eran demasiado fuertes que sentía como si estuviera siendo consumido por ellos. Su corazón tenía demasiado que decir y nadie que escuchara sin juzgarlo.
Por un momento, se perdió en sus pensamientos, contemplando la energía que emitía con su magia. Era injusto para él quedar en esas circunstancias, excepto por la evidente razón detrás de ello.
La puerta se abrió y T/N entró sin pensarlo dos veces. Lo que vio fue más preocupante y angustiante, haciendo que sea imposible mantenerse calmada.
― ¿Qué estás haciendo? ―pregunta ella, captando su atención inmediatamente―. Por favor, detente. ¡Lo que sea que fuera, deja de hacerlo!
La voz de ella hizo que se distrajera del todo, extinguiendo su magia; su expresión fue suficiente para preocuparse y el susto desapareció por completo. Justo entonces, miró sus manos y se dio cuenta de lo que sucedió.
―Lo siento, lo siento mucho ―dice él, acercándose para enmendar su error―. ¿Estás bien? ¿Qué sientes?
―Dame un momento ―responde ella, por fin suspirando de alivio al sentir calma de nuevo y un peso levantarse de sus hombros―. ¿Qué sucedió?
―Tus manos...
La mirada de la princesa siguió la de Yoongi hacia sus manos, que ahora tenían heridas como quemaduras. Sus brazos estaban bien, pero el color rojo sugería que si ponía un dedo encima dolería de seguro.
― ¿Tú hiciste esto? ―pregunta T/N, extendiéndolas hacia él.
―Parece que sí. Lo lamento mucho, no tenía idea. Déjame remediarlo ―responde él, tratando de acercarse para ver mejor el daño.
―No, no ―dice la princesa, yendo al otro lado de la habitación―. Me dirás qué sucedió primero.
Por un segundo, todo se quedó en silencio. Yoongi observó detrás suyo, donde Seokjin seguía sosteniendo la puerta abierta y los miraba con una expresión estupefacta. Sin decir nada todavía, cerró la puerta para dejarlos solos. No sabía exactamente qué había visto y prefería no saberlo todavía, así que iría en busca de Taehyung primero.
Y se encontraron a solas, por primera vez desde aquella noche en el jardín donde tuvieron un breve intercambio de palabras. Inmediatamente la princesa notó aquel detalle, pero no cedería hasta saber qué tuvo que ser tan importante como para haber causado esa reacción en él. Al mismo tiempo, se sintió raro estar en su habitación. Todo parecía igual a las habitaciones de visitas del palacio, lo único diferente era la colección rara de objetos en la mesa de una de las esquinas.
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Caminos entre deber y amor • [BTS FF]
FanficT/N necesita encontrar a alguien que reine a su lado, sin importar quién se interponga en el camino. Solo así se completará la sucesión. El problema es... saber cuál será la elección correcta. Sin querer, reflejó un debate sobre si existe algo como...