Capítulo 4

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El tiempo pasa mientras Namjoon lee un libro entretenidamente hasta que levanta la mirada para encontrar el ambiente más oscuro, después de que el sol se ocultara en el horizonte. Deben de haber pasado horas y para él solo parecieron minutos, desde que empezó el libro en sus manos. Pero su cuello está tenso y no puede evitar estirarse para aliviar la rigidez en sus músculos. Piensa que es hora de avisar a la princesa de que no olvide su cena con Jin, además de descansar después de trabajar tantas horas seguidas.

Él abre la puerta con cuidado, entrando cuidadosamente para no estropear nada. Ahí, en medio del despacho, está la princesa, observando los planos en la alfombra mientras rodea los pergaminos con sus notas en la mano y los pies descalzos. Un momento después, pone sus ojos en Namjoon pero todavía pensando en algo.

―Ya es de noche, princesa.

― ¿Tan rápido? ―pregunta ella, pasando una mano por su cabello y por fin cerrando su libro de notas que no ha soltado desde que empezó a planificar.

―Eso me temo ―responde su guardaespaldas, dejando el libro que pidió prestado en el librero de la pared―, el tiempo vuela cuando estamos demasiado enfocados en algo que nos apasiona.

―Ya lo creo. No es que me haya faltado tiempo, pero estaba revisando todo una vez más para estar segura. Mi idea no era regresar aquí luego de la cena, pero puede que lo haga solo para perfeccionar mi informe. No lo sé.

―Estoy seguro de que lo has hecho más que perfecto ―sonríe Namjoon, reconociendo su mismo rasgo en sí mismo pero que ya aprendió a manejar.

―Entonces deberíamos irnos, ¡no más trabajo!

Namjoon suelta una risa y espera a que T/N se coloque los zapatos y el abrigo para ir de regreso a la habitación donde deben esperar a que lleven la cena. Durante el camino por el palacio, los corredores están más vacíos que de día, incluso más cuando la temperatura sigue bajando con el cambio de estación. Pronto será invierno.

De vuelta en su habitación, la princesa no hace más que preparar todo para la cena crucial del día, mientras Namjoon ni se imagina que también formará parte de ella. Antes de que llegue la comida, el tiempo que demora lo utiliza para acomodarse en su vestido de noche.

Finalmente, Jin es el primero en aparecerse para ayudar a arreglar el lugar en medio de la habitación con más de una almohada y cojines que pueden encontrar. La alfombra es el lugar más cómodo que pueden encontrar para los tres y el más espacioso, que también lo hace lo suficientemente informal para tener este tipo de conversación.

―T/N, ¿sabías que soy un experto en acomodar almohadas? ―pregunta él, todavía viendo si hay una más en cualquier lugar de la habitación.

―Ya es la tercera vez que lo repites, y eso me parecería todo un logro de tu parte, pero ambos sabemos que no lo eres. Tus verdaderos talentos son más importantes que eso.

Jin tiene la voz más dulce y melodiosa que ha escuchado la princesa, es un don que posee que no muchos conocen, entre otros que posee. La simple razón es que Jin no suele gustar de ser el centro de atención a pesar de que llega a serlo de todos modos, y todavía más si es debido a la presencia de la princesa T/N. Tampoco considera que sea bueno reprimirlo, pero encuentra momentos donde disfruta de su música a solas o acompañado de T/N.

―No, no. Mi felicidad es lo más importante ―dice él, dejándose caer sobre las almohadas en la alfombra― y el bienestar de los que considero cercanos. Lo demás solo sucede.

―Bueno, ahí lo tienes, entonces.

Antes de preguntarle a ella qué es lo que considera más importante, la puerta se abre, dejando ver a un par de sirvientes trayendo la cena, que es más abundante de lo que imaginó Jin. Namjoon sostiene la puerta hasta que los criados preparan todo y salen de la habitación.

Caminos entre deber y amor  •  [BTS FF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora