Capítulo 41

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Durante los dos días siguientes, todavía era incómodo entre Yoongi y T/N porque nunca habían pasado más de una hora en la misma habitación y mucho menos hablando, así que tomó tiempo acostumbrarse. Incluso Taehyung tuvo que soportarlo, debido a la insistencia de parte de la princesa para que no la deje sola el primer día luego de la conversación que tuvieron la noche anterior.

Para él, era innecesario, pero encontró interesante los temas que tocó la princesa. Sus preguntas eran concisas y las respuestas de Yoongi eran completas, más reveladoras de lo que había creído. Ahora pudo saber qué era lo que T/N pensó hacer mientras lidiaba con su tiempo libre, algo que era más ventajoso para ella y su situación.

Era de esperar que tenía que acostumbrarse a estar cerca de ella, aunque no podía decir qué tan fácil era para la princesa. Si bien Yoongi la tenía en frente suyo, prefería no saber qué cosa podría estar sintiendo ella. Se concentró en darle las respuestas que quería, sin guardarse ningún detalle y siendo totalmente honesto, como siempre. Por fin sus recuerdos tenían relevancia, pensó él.

Asimismo, verla concentrada en su trabajo era algo nuevo para él. Usualmente no tenía oportunidad de ver tan de cerca sus hábitos y peculiaridades. Era fácil hablarle luego de superar su primera impresión y alejar las dudas que venían de vez en cuando a su mente sobre temas no relacionados a la conversación.

El tercer día, T/N se sentía más relajada cuando volvió a su despacho. Para su sorpresa, Yoongi ya estaba ahí esperándola. El único que pudo haberlo dejado entrar era Taehyung, pero decidió ignorar aquel hecho porque tenía pensado preguntarle lo que más temía ese día.

A propósito había dejado ese tema para el final, porque se enteró de problemas más importantes que la opinión que tendría la gente sobre ella. Probablemente su padre sabía al respecto y lo estaría manejando a su manera, pero seguía siendo diferente escucharlo de parte de alguien que lo ha experimentado. La manera en que Yoongi le contó acerca de todo, sin dejar de lado los detalles y pensamientos que pasaron por su mente y que escuchó de parte de otras personas en algún momento, hizo que los días pasaran sin notarlo en absoluto. Era como abrir un cofre lleno de tesoros, cada uno de ellos más interesante que el anterior.

La lista que armó sobre las ideas que podrían ayudar ya estaba casi terminada, pero sabía que no eran más que pensamientos que llegaron a ella luego de escuchar atentamente las historias de su reino contadas por quien era más un observador y no el protagonista. Como el forastero que nunca encajó dentro del resto, pero que no cambiaría nada por ser diferente.

―Quizá debí esperar afuera ―dice Yoongi, poniéndose de pie cuando la princesa entró a la habitación.

―No te preocupes. Sé quién te dejó entrar.

Antes de que pueda estar metido en problemas, Taehyung cerró la puerta desde afuera y sonrió para sí mismo ya que nadie podía verlo. Su intención no era traviesa pero no pudo evitar pasar la oportunidad para sorprenderla aunque sea una vez más.

Al otro lado de la puerta, T/N suspiró por la actitud predecible y obvia de Taehyung, y tomó asiento en su escritorio para ordenar lo que dejó a un lado la noche anterior.

― ¿Dónde nos quedamos? ―pregunta ella, buscando sus últimos apuntes.

―Las fronteras ―responde Yoongi, observando el mapa todavía en el suelo y dándole vueltas a una pequeña cajita de hierro en sus manos.

―Me dijiste que últimamente había más personas yendo a los bosques del este, ¿verdad?

―En vez del sur, sí. Es menos denso.

Con ese detalle, un recuerdo de la infancia de T/N pasa por su mente. Se preguntó si aquella imagen que le mostró él en ese libro misterioso era ahí; porque solo contaba con el recuerdo del bosque del sur de años atrás, cuando salió por última vez lejos del palacio. No podría comprobar la diferencia y solo imaginarla.

Caminos entre deber y amor  •  [BTS FF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora