Algo que nunca fallaba era recibir las palabras de su madre para hacerla sentir mejor, incluso cuando ambas sentían la misma tristeza. Lo único que podían hacer era lidiar con eso de la mejor manera posible. La noche tenía todavía más horas para darles tiempo a solas, era una rara ocasión pero parecía como si la distancia que había crecido entre ellas con la cantidad de trabajo que asumieron sus padres por la princesa, desapareciera al instante.
―Entonces, ¿quién asumirá las responsabilidades? ¿Me dejarás ayudarte? ―pregunta la princesa, apoyándose en el hombro de su madre.
―Por ahora tenemos el privilegio de olvidarnos de eso. Estos días serán más calmados que de costumbre pero, cuando pasen los días, seguiré el trabajo que estaba haciendo tu padre. He aprendido bastante con solo observarlo.
―Puedes hacer lo que sea a estas alturas ―sonríe ella, a pesar de que sus ojos pesaban y dolían―. ¿Estás segura que no necesitas ayuda?
―Creo que tenemos nuestro trabajo dividido perfectamente. Me encargaré de las cosas aburridas, mientras tú seguirás planeando tu boda. ¿Verdad?
Ya ni siquiera sabía qué decir de ello, la princesa no tenía ganas de fingir que estaba a gusto después de todo lo que había tenido que pasar ese día. Era obvio que su madre había notado algo raro, aunque esta vez ya no importaba mantenerlo como un secreto. Ya nada importaba en realidad, pensó ella.
―Estaba esperando que Jimin termine de rehacer la propuesta oficial, antes de empezar a planear nada.
―Cariño, entiendo que estamos pasando por momentos difíciles, pero ya va tiempo desde que sospecho que algo no anda bien. ¿Estoy imaginándomelo?
― ¿De verdad quieres que te lo diga?
―Bueno, quizá no tengamos otro momento más oportuno para hablar así. No tienes por qué, pero sí me preocupo mucho por ti.
La realidad era que podía tener razón acerca del tiempo que tendrían de aquí en adelante, quizá no sería el mismo luego. Además, lo que menos importancia tenía ahora era su vida amorosa, las prioridades para ella habían cambiado drásticamente luego de un suceso tan traumático.
―Estoy al tanto de que ustedes lo ayudaron al principio ―responde la princesa finalmente―, cosa que fue bueno porque, de lo contario, no hubiera conocido a una persona tan amable y buena. A diferencia de Jungkook, somos diferentes Jimin y yo. Creí que eso era lo mejor, pero fui tan ingenua por dejar pasar muchos detalles por alto.
―Eso sucede cuando uno se enamora ―sonríe la reina, escuchando atentamente.
―Dudo que haya sido igual para mí que para él. No sé qué es el amor, debí haber pensado en eso antes de decirle que sí tan rápido. Hemos hablado sobre eso, pero luego...
― ¿Pero luego...?
―Apareció Yoongi.
― ¿El guapo joven de cabello verde?
―Mamá... No, no lo decía en ese sentido. Es difícil de explicar, pero tenemos una rara conexión y gracias a él estoy viva. Usó su magia para protegerme anteriormente, a pesar de que no haya estado del todo de acuerdo. Pensé que era todo una mentira, pero no lo es... Eso hizo que tenga más dudas acerca de qué significa exactamente para mi futuro, porque no quiero estar ligada de esa manera a alguien; es muy aterrador.
Finalmente decirlo sin que la interrumpan o insistan que fuera verdad, era más que liberador. Eso era lo que tanto adoraba en su madre, que sabía escucharla sin juzgar ni presionarla en ningún sentido. Se sentía segura entre sus brazos, a pesar de ya no ser una niña. Pero siempre sería su pequeña hija, sin importar cuántos años pasen.
―Me recuerdas demasiado a mi hermana ―dice la reina, pasando sus dedos por el cabello de T/N―. Estaba tan triste por dejarme ir luego de casarme. Hasta que apareció el amor de su vida, y se fue con él sin pensarlo dos veces.
―Excepto que ella no tenía que escoger alguien perfecto para gobernar.
―No existe nadie perfecto para nada, cariño. Además, eres más que suficiente para asumir tu responsabilidad. Has impresionado a todos con tu dedicación y buen juicio. No necesitas buscar alguien que tenga las mismas calificaciones en ese ámbito, porque de lo contrario te perderías de algo muy importante en un matrimonio.
Las palabras de Jin resonaron al oír tal afirmación, que no necesitaba encontrar a alguien igual a ella. Que era más que capaz de hacerlo sola, como había soñado de niña.
― ¿Qué es eso importante? ―pregunta T/N, dándole vueltas a su anillo de compromiso.
―Balance. Si bien ahora tu mundo gira en torno a tu deber, luego no será así. Vas a crear una vida diferente con alguien más, de la manera en que les traiga paz y felicidad a los dos. Alguien que valore tanto tu servicio como tu vida fuera del mismo, a la vez que tú podrás apreciar todo lo que esa persona te pueda ofrecer.
―Es... interesante cómo eso es muy parecido a lo que me dijo Jungkook. Sobre el balance. Mi balanza ha estado muy inclinada hacia la sucesión.
―Lo entenderás mejor de lo que yo puedo explicártelo. Todo lo que he podido aprender ha sido luego de casarme, porque incluso la nobleza no sabe cómo es de verdad asumir la responsabilidad de gobernar un reino. Me tomó años, pero nunca fue mi obligación ayudar a tu padre. Yo fui la que quiso hacerlo. Tú ya lo sabes desde niña.
―Fue bueno que él haya recibido tu ayuda ―susurra la princesa, cerrando sus ojos para recordar.
―Busca a quien sientas que hará tus días más felices y siempre te haga sonreír. Que te distraiga de tu trabajo luego de un día pesado. No hay ningún apuro, uno no puede controlar lo que está destinado para nosotros, aunque siempre haya estado ahí.
― ¿Como Seokjin? ―pregunta ella, medio dormida.
―Alguien como él, si así lo quieres. Haré mi mejor esfuerzo para darte más tiempo.
Le fue más fácil quedarse dormida con su madre y el collar que le regaló Jimin, porque parecía como si hubiera parpadeado cuando despertó la mañana siguiente. Y no había sido un sueño todo aquel dolor que seguía sintiendo al recordar lo que debería enfrentar ese día.
Se sentía como si estuviera bajo el agua, como si sus emociones gritaran dentro suyo sin que en la superficie puedan oírse. Era demasiado pronto para asumir esa responsabilidad, el tiempo se había acortado antes de su hora, pero no había vuelta atrás.
Ante los ojos de su reino, ya veían a su reina aunque todavía no haya sido coronada como una. Todavía prevalecía el misterio sobre quién era su prometido, porque esa información solo se sabía dentro del palacio. Pero eso era irrelevante cuando veían cómo había cambiado la princesa desde la última vez que salió en público. Más que su apariencia física, era la manera en que se manejaba.
El único que podía saber cómo se sentía en realidad era Yoongi, no podía evitarlo y solo podía asegurarse de que ella estaría bien desde lejos. Su preocupación era que vaya a experimentar lo que él sintió también, el modo en que los sentimientos reprimidos lo ahogaron porque no sabía cómo expresarlos sin quebrarse por completo.
Si llegara a ese extremo, estaría dispuesto a estar ahí para ella.
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¿Qué sobrevive al dolor? ~M' ❤
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Caminos entre deber y amor • [BTS FF]
Hayran KurguT/N necesita encontrar a alguien que reine a su lado, sin importar quién se interponga en el camino. Solo así se completará la sucesión. El problema es... saber cuál será la elección correcta. Sin querer, reflejó un debate sobre si existe algo como...