Capítulo 40

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Los días siguientes, Jimin se enfocó en volver a hacer el acuerdo desde cero para poder enviar la propuesta final lo antes posible. Requería mucho más tiempo del que creyó pero hacía que sus preocupaciones disminuyeran para poder darle el sentido que él quería. Por más que no disfrutaba mucho hacer aquellas tareas, era necesario.

Por el contrario, la princesa ya no sabía qué más hacer para llenar su tiempo libre. Por alguna extraña razón, no podía darse el lujo de disfrutar su descanso. Todo lo que podía querer era regresar a su trabajo cuanto antes, porque ya era preocupante no tener nada que hacer. Además, no podía quitarse de la cabeza la conversación que tuvo con el príncipe Jungkook acerca de la opinión de las personas que ocupan su reino. Ella no podía estar tranquila por la actitud tan alentadora que tuvo cuando es él mismo quien fue testigo de que no todos pensaban positivamente de la familia real, incluyéndola.

Ya ni siquiera distracciones placenteras como leer podían tranquilizarla, siempre terminaba de vuelta en sus pensamientos. La tarde del domingo en la biblioteca trató de concentrarse en el libro que sostenía e ignorar más de lo mismo, pero llegó a su límite luego de días así.

―Salgamos a dar una vuelta ―dice ella, poniéndose de pie y dejando el libro sobre la mesa.

―Pero no hemos estado aquí tanto tiempo ―responde Taehyung, ligeramente sorprendido por lo súbito de su cambio de ánimo.

―Lo sé, pero no puedo quedarme más tiempo así. No puedo.

― ¿Qué sucede?

―No soporto no tener nada que hacer. Eso sucede.

Haberlo dejado salir de su boca ayudó un poco, pero su guardaespaldas seguía sin moverse así que no podía hacer otra cosa que caminar hacia la venta de un lado al otro para calmar sus impulsos.

Sin embargo, su mente estaba a mil por hora. Tenía tantas ganas de volver a cumplir con sus obligaciones pero no había forma en que sus padres le dieran alguna otra tarea que no fuera planear la boda. Eso sería lo más lógico hacer, pero no quería presionar a Jimin mientras seguía ocupado arreglando su propuesta.

―No quería decir nada pero... he notado que poco a poco has perdido la cordura con el pasar de los días.

―Eso no me ayuda, Taehyung.

―Pensé que mis sugerencias ayudaron, pero ya veo que no.

―Créeme, estoy igual de impresionada conmigo misma que tú.

A través de las ventanas, pudo ver una figura conocida cruzando los jardines del palacio al atardecer, dirigiéndose al sur. Yoongi pasó rápidamente por ahí, dispuesto a salir una vez más antes de que el sol se oculte.

―Ya sabes qué cosa tengo que sugerirte para que ocupes tu tiempo.

― ¿Qué es? ―pregunta ella, volviendo a prestarle atención.

―Empieza con la letra b...

―Por favor, no lo digas. Estoy muy al tanto. Pero gracias.

El caballero ríe para sí mismo, aunque estaba seguro de que podía hacer algo hasta que llegue la noche. Se puso de pie y se acercó a la princesa junto a la ventana para mirar hacia afuera, donde solo veía los jardines y el resto del palacio.

― ¿Estás segura que no quieres que te deje usar mi espada? ―pregunta él, ya que ese recuerdo lo seguía persiguiendo desde aquel día.

―No, no podría. Es muy pesada, no estoy acostumbrada a eso. En mi mente es una idea genial, pero físicamente difícil.

― ¿Qué hay de Seokjin? No lo he visto los últimos días.

―Por más que quisiera tenerlo conmigo más tiempo, no podía hacerle lo mismo que a mí. Así que ha vuelto a hacer su trabajo, no quiero quitarle más libertad de la que tiene.

Caminos entre deber y amor  •  [BTS FF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora