Capítulo 44.

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Después que Sana salió de la oficina Tzuyu decidió seguir con su trabajo aunque le era difícil concentrarse con todo lo que había pasado y ahora que no tiene asistente las cosas se le dificultan cada vez más porque ella misma debe atender las llamadas, tomar los apuntes, organizar las reuniones con clientes y proveedores, si seguía así se terminaría volviendo loca.

Miró el reloj en su muñeca, se sorprendió al ver la hora, ya eran las 8:20 PM y ella ni siquiera se había dado cuenta aunque tampoco es como si tuviera muchas ganas de volver a casa, comenzó a guardar los papeles del escritorio y apagó el ordenador antes de salir.

Agarró su teléfono para revisar los mensajes que le habían llegado pero antes de abrir la aplicación, se quedó mirando su fondo de pantalla, es una foto que se tomó con Sana cuando viajaron a Japón, en casa de sus padres.

Sonrió con tristeza viendo las demás fotografías de su teléfono, pensando en como todo se fue a la basura de un momento a otro.

¿Cómo podría superar a Sana? Le parecía difícil, cualquiera con dos dedos de frente caería ante sus encantos, no sería raro que ahora que es una mujer soltera tenga muchos admiradores.

Ese pensamiento la hizo sentir peor, verla con alguien más sería demasiado para ella.

La puerta de la oficina se abrió dejando ver a Jihyo quien asomó la cabeza antes de entrar.

—¿Tzuyu? Creí que ya te habías ido a tu casa.—Dijo entrando a la oficina.

—No, justo iba de salida. Ahora que no tengo asistente, es agotador tener que hacer todo sola. Pero en fin, ¿Tienes planes para hoy unnie?—Preguntó poniéndose en pie, tomó su bolso y el teléfono.—Estaba pensando en invitarte a beber algo.

—Lo siento Tzu, quedé en ir a cenar con Kang Daniel.

Tzuyu levantó la ceja, reprimiendo una sonrisa.

—Uy ¿Acaso es una cita?

Jihyo rodó los ojos.

—Quita esa cara. Es una comida de trabajo, se supone que iría Nayeon pero dijo que estará ocupada así que tendré que reemplazarla.

—Sí, como digas.—Dijo no muy convencida, conociendo a Nayeon seguramente era mentira.

—Como sea, vine a avisarte que tú madre está allá afuera.

Tzuyu suspiró fastidiada.

—¿Ahora qué quiere?—Se quejó.

—No seas así Tzuyu, es tu madre.

—Sí, es mi madre pero también es la culpable de todo lo que pasó entre Sana y yo.—Suspiró.—Mejor vete unnie, llegarás tarde a tu cita.

—Ya te dije que no es una cita, es una reunión de trabajo. Nos vemos mañana.—Se despidió Jihyo.

Tzuyu terminó de organizar su escritorio y finalmente salió de la oficina, la Sra. Chou estaba afuera hablando por teléfono pero en cuanto vio a su hija colgó la llamada.

—¿Qué quieres?—Preguntó Tzuyu a secas.

—Vine a verte, ¿Acaso no puedo visitar a mi hija?

—Tú nunca vienes porque si, debe haber una razón.

—Cierto, vine a traerte esto. Es de parte de tu padre, quiere que vayas a visitarlo en Taiwán.—Le entregó un sobre color blanco.

La menor tomó el sobre y lo guardó en su bolso, notó como su madre comenzó a mirar hacia todos lados como si estuviera buscando a alguien y ella sabe perfectamente a quien.

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