Capítulo 34.

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Sus piernas se sienten débiles como si en cualquier momento fuera a decaer, su respiración está agitada, se arrojó en el piso del salón de ensayos para tratar de recuperar el aliento, tal vez fue muy lejos al exigirle demasiado a su propio cuerpo pero todo debe salir perfecto para la próxima presentación, un error podría arruinar su promedio y de ninguna manera permitiría que eso sucediera.
Mientras descansaba en el frío suelo del salón, tomó una botella de agua y bebió su contenido como si su vida dependiera de ello, estaba tan concentrada que no se dio cuenta de la presencia de la menor.

Aclaró su voz para llamar la atención de la Japonesa, quien se levantó del suelo al notar que ella se encontraba allí.

—Hola Dahyun.—Sonrió.

Lo único que recibió como respuesta fue una expresión de preocupación.

—Momo, ¿Si quiera has comido algo en todo el día?

—Sí, claro que lo hice.—Mintió, en realidad lo había olvidado.

Ella jamás olvidaría algo tan importante como comer, de hecho esa es la primera cosa en la que piensa al despertar pero la presión por ensayar le hizo olvidar algo tan importante como eso.

—Me estás mintiendo, conozco esa mirada. Además te ves pálida.

—Estoy bien Dubu, debe ser por el clima tan caluroso.

Dahyun se mantuvo en silencio, conoce a Momo de hace algunos años y sabe muy bien lo exigente que es consigo misma cuando se trata de su rutina de ensayos. La mayor suspiró, no entendía el porque pero no era capaz de mentirle a Dahyun.

—Lo olvidé.—Habló con la voz baja.

—Unnie, no seas tan descuidada. No quiero que te vuelva a ocurrir lo mismo de la última vez.

Hace unos meses Momo había sufrido un desmayo debido a las estrictas dietas y rutinas que hacía para tratar de mantenerse en forma, el médico le dijo que de ahora en adelante debía dejar de exigirle tanto a su cuerpo pero al parecer también olvidó eso.

—Tranquila Dahyun, no te preocupes por mi. Estoy bien.

—Todos dicen eso antes de terminar con un brazo roto.

Dahyun abrió su bolso y sacó un tupper de color verde junto a una botella de jugo.

—Toma.—Momo la miró con el ceño fruncido.

—No, es tuyo Dahyun. Yo comeré después, lo prometo.—La más baja rodó los ojos.

—Que lo tomes, ya desayuné y tú lo necesitas más que yo.

Momo tomó el tupper junto a la botella.

—Gracias.

—Más te vale que lo comas todo, bueno tengo que irme. Eunbi me espera, nos vemos unnie.—Se despidió Dahyun antes de salir del salón.

Momo se quedó mirando hacia la puerta con una sonrisa en su rostro la cual borró inmediatamente al darse cuenta que debía parecer una idiota.

No debe cruzar la línea por nada del mundo y eso lo tiene claro. Dahyun solo es amable, y nada más.

El día iba perfecto para Mina, el clima está genial y no tuvo ningún inconveniente mientras iba camino a la oficina, se supone que no tendría que ir hoy pero Jeongyeon la llamó en plena madrugada para avisarle que hubo un problema con algunas fotos y que además debían revisar las tomas del vídeo, dentro de dos días vería su cara en los anuncios de la ciudad, eso sin mencionar que los socios Japoneses quieren que la publicidad también sea vista por todo Japón. Ahora que se detiene a pensar la situación, ¿En qué momento aceptó ser parte de toda esta locura? Pero ya no hay tiempo para arrepentirse.

Make Me Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora