Capítulo 55.

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La taiwanesa apoyó la mejilla contra la palma de su mano mientras terminaba de beber el resto del whisky que aún le queda en el vaso de un solo trago, como si el alcohol fuera a arreglar sus problemas, aunque es perfectamente consciente que no debería estar bebiendo de ese modo y menos después de haber estado en el hospital porque puede hacerle daño, la verdad es que poco le importa.

—Sírvame otro, por favor.—Le dijo al encargado de la barra mientras extendía el vaso.

Él hombre le sirvió el licor en menos de un minuto, sintiéndose apenado por verla en ese estado, desde que Tzuyu llegó al bar pudo darse cuenta de su expresión. Sus ojos se veían tristes pero prefirió no comentar nada y solo limitarse a cumplir con su trabajo.

—Aquí tiene Srta. Chou.—Sonrió él barman.

Nuevamente volvió a beber del vaso como si fuera agua en vez de alcohol, a este punto ya no lo sentía tan fuerte como en un principio.

La verdad no tenía planeado salir a beber esta noche, el vestido negro ajustado y los tacones que lleva puestos no son precisamente los más cómodos para estar bebiendo sola en un bar, pero se vistió de esa manera porque antes de venir estuvo en una fiesta que organizó Bae Joohyun en su empresa, la taiwanesa no le gustaba mucho ir a ese tipo de eventos y siempre encontraba una excusa para no asistir pero esta vez decidió ir pensando que quizás le serviría para olvidarse de sus problemas.

Sin embargo no fue así, se fue del lugar antes que finalizara la reunión porque lo que en realidad quiere es estar sola y emborracharse hasta olvidarse de todo por un momento, de Sana, de la empresa y sobre todo de sus padres que nunca han demostrado un interés genuino hacia ella y hoy lo había confirmado al escuchar por casualidad una conversación telefónica esta tarde en casa de su madre.

"Tzuyu es fácil de manejar querido, ella hará lo que nosotros le pidamos, pero, si quieres que acceda a tu petición vamos a tener que continuar con esto un poco más"

La taiwanesa sonrió con desgano al recordar sus palabras, no es como si le sorprendiera que sus padres pensaran así de ella porque es verdad, se había convertido en toda una cobarde, incapaz de tomar sus propias decisiones, ellos saben que Tzuyu jamás se atrevería a llevarles la contraria.

Después de todo no recuerda ni una sola vez en la que haya hecho algo así, en la que se haya enfrentado a ellos diciéndoles lo que en verdad quería, cuando su padre enfermó, aceptó ocupar su cargo como CEO sin ninguna objeción porque sabía lo importante que era para su familia, aunque eso implicara renunciar a varias cosas.

Como ahora, que está renunciando a sus sentimientos por Sana, obligándose a si misma a olvidarse de ella porque tiene miedo de las consecuencias, y a causa de eso la había lastimado, sabe que Sana está dolida por sus acciones, ha sido demasiado egoísta con la japonesa ¿Qué creía? ¿Qué Sana nunca se iba a cansar de una relación en la que siempre debían esconderse?

Ella no se merece algo así y ya no quiere hacerla sufrir más con su indecisión.

Se esforzó tanto para ganarse el respeto de sus padres, en especial del Sr. Chou, quería que dejara de subestimarla y demostrarle que contrario a lo que él pensaba ella era capaz de asumir la responsabilidad de administrar bien la empresa, porque sí, su padre, siempre la ha mirado por encima del hombro, para él, ese es el mundo de los hombres y Tzuyu evidentemente no tiene cabida allí, simplemente por ser mujer, demasiado débil para administrar una parte del patrimonio familiar.

Pero no importa lo que haga o deje de hacer para obtener su cariño y respeto, nunca fue, ni será suficiente sencillamente porque ellos jamás valoraban su esfuerzo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar la voz del barman.

—Señorita, aquí tiene.—Dijo él hombre dándole un cóctel.

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