Capítulo 28.

3.4K 365 166
                                    

La curiosidad estaba invadiendo a Tzuyu, desde que Sana y ella salieron de aquel restaurante la Japonesa había estado muy misteriosa con respecto al regalo que le daría por su cumpleaños, la menor pensó que su regalo había sido ir a cenar juntas pero supo que estaba equivocada en cuanto Sana le mencionó que aún había algo más, la verdad a Tzuyu poco le importaban las cosas materiales, para ella el simple hecho de estar con Sana ya es más que suficiente. Cada vez que están juntas su sonrisa sale de manera espontánea, la torpeza de la Japonesa siempre le hace reír a carcajadas, pero en definitiva la cosa que más disfruta son los besos y las caricias que Sana le proporciona aunque no lo admitiera frente a ella, le encanta todo ese afecto que está recibiendo.

Rió, sus pensamientos se habían vuelto cursis últimamente y eso le causa gracia, ella siempre había odiado esa clase de cosas y ahora no podía evitar pensar de esa forma. ¿Cómo es que una chica tan dulce como Sana se fijó en alguien tan fría como ella? No lo sabe, pero se siente afortunada de que sea de esa manera.

—¿No piensas decirme qué es lo que tanto ocultas?—Preguntó Tzuyu rompiendo el silencio.

—No, es una sorpresa así que no seas impaciente.

—Al menos dame una pista.

—¿Recuerdas que esta mañana te dije que tú regalo de cumpleaños te lo daría después?—Tzuyu asintió.

—Esto que te daré ahora es parte de mi regalo para ti. Y eso es lo único que puedo decirte.

—Ah, ¿Entonces era a esto a lo que te referías? Creí que...ah olvídalo.

—¿Por qué? ¿Qué creíste?—Aunque Sana ya sabía la respuesta aún así quería fastidiar a Tzuyu.

—Pensé que te referías de otro tipo de regalo.—Comentó con una sonrisa.

—¿Ah si? ¿Qué tipo de regalo pensaste que te daría?

—Ya sabes, de esos que no pueden darse en público.—Sana comenzó a reír en cuanto escuchó las palabras de Tzuyu.

—Eres una pervertida. Aunque sabes, no es necesario que sea tú cumpleaños para darte ese tipo de regalos.

—Me agrada saber eso, porque la verdad no tengo ganas de esperar.—Sana sonrió.

Ambas chicas caminaron un poco más hasta llegar al parque, la Taiwanesa cada vez entendía menos las razones por las que estaban aquí pero decidió no preguntar pues sabe que Sana no le diría nada.

—Bueno, ya hemos llegado. Cierra los ojos.—Sana sacó un pañuelo del bolsillo de su abrigo mientras que Tzuyu la miraba como si estuviera loca.

—¿Piensas colocarme eso? Por favor Sana, ya no tengo edad para jugar a romper la piñata.

—Esto hace parte de la sorpresa. Anda Chewy, no seas aguafiestas.

—¿No es mejor que cierre los ojos y los abra cuando tú me lo digas?

—No, porque eres una tramposa y de seguro no me harás caso.

—Agh, bien.—Sana se dio la vuelta y ató el pañuelo en los ojos de la más alta de manera que no pudiera ver.

—Cuando te diga desatas el nudo.

Make Me Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora