Capítulo 16.

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Luego de salir de la casa del terror las chicas habían decidido subir a la montaña rusa, aunque Momo se negó en un principio termino siendo convencida por Tzuyu quien se sentó junto a ella para que no tuviera miedo, la Japonesa odiaba con todo su ser subirse a esa clase de cosas porque no tenía una buena experiencia con las alturas. Sana solo miraba con atención a Momo y Tzuyu, estaba molesta pues la menor se la había pasado todo el tiempo con ella, y ni siquiera la determinaba, era como sino existiera.

—Tengo hambre, vamos a comer.—Dijo Momo.

—Momo unnie tiene razón. ¿A dónde quieren ir? —Preguntó Dahyun.

—Vamos a comer hamburguesas, conozco un lugar donde son muy buenas.—Comentó Jeongyeon.

Mientras caminaban hasta el restaurante, todas iban riendo y haciendo bromas excepto por un par de chicas que iban en absoluto silencio, Tzuyu no acostumbraba a hablar mucho y todo se había vuelto un poco incomodo desde esta mañana mientras que Sana aún seguía algo molesta por la indiferencia de la menor.

—Sana, ¡Cuidado!—Dijo Nayeon.

Aquellas palabras sacaron a Sana de sus pensamientos, se dio cuenta de que estaba apunto de caerse en un pequeño lago, para tratar de sostenerse se aferro al brazo de Tzuyu pero la gravedad hizo su efecto y ambas se cayeron al lago, llamando la atención de las personas que caminaban por allí.

—Oh Dios mío ¿Están bien?—Jeongyeon se acercó a ellas inmediatamente junto con Nayeon para tratar de ayudarlas a salir.

Cuando salieron del lago ambas estaban totalmente empapadas, Sana se sentía avergonzada con Tzuyu nuevamente la había hecho pasar un mal rato.

—No pueden estar así, van a tener un resfriado. Hoy hace mucho frío.—Dijo Dahyun.

—Sana, creo que es mejor que nos regresemos a casa. Te haré sopa caliente.

—No hace falta, no arruinen su tarde por mi torpeza. Puedo regresar sola.

—Tzuyu ¿Por qué no van a tu casa? Queda cerca de aquí, y no tienen que exponerse tanto al frío.—Propuso Nayeon.

Sana abrió sus ojos sorprendida, mientras que Tzuyu actuaba con tranquilidad, una que sorprendió a la mayor, como podía actuar de esa forma luego de lo que sucedió.

—Tienes razón. Las llamaremos en cuanto hayamos llegado.—Dijo Tzuyu.

Al salir del parque las personas que estaban alrededor las miraban extraño, era de esperarse pues no es común que alguien salga del parque con ese aspecto, Sana se sentía incómoda ante las miradas ajenas mientras que Tzuyu no le daba importancia, lo único que quería era llegar a casa.

Afortunadamente la menor trajo su auto, dudaba que algún taxi quisiera llevarlas hasta su casa en esas condiciones, Sana miro a Tzuyu con atención y pudo darse cuenta que su camisa se había pegado a su cuerpo, y que además era blanca por lo que se podía ver su ropa interior de ¿encaje? Un sonrojo se apodero de su rostro, inconscientemente se imagino a la menor solo en ropa interior, sacudió su cabeza alejando esos pensamientos, tal vez pasar tanto tiempo con Momo la ha convertido en una pervertida.

—¿Te sientes bien? Tienes las mejillas rojas.—Preguntó Tzuyu al abrir la puerta del auto.

—¿Ah? Si... Yo, estoy bien.—Sus nervios aumentaron tanto que se golpeo la cabeza al intentar subir al auto.

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