Capítulo 42.

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Luego de finalizar la reunión con él Sr. Kang, la taiwanesa regresó nuevamente a la empresa para terminar con el trabajo pendiente pero se llevó una sorpresa al enterarse que Sana se había ido más temprano de lo normal porque se sentía mal, aquello le pareció extraño pues la japonesa no le había dicho nada y tampoco respondía sus mensajes así que en cuanto terminó sus pendientes en la oficina decidió ir a casa de Sana.

Estaciono su auto en frente y justo cuando bajó del vehículo vio a Momo saliendo de la casa, se acercó hasta ella.

—Buenas noches, unnie.

—Ah, hola Tzuyu. Que sorpresa verte por aquí.—Sonrió.

—Vengo a ver a Sana. ¿Ella está?

Momo se sintió nerviosa al escuchar a la taiwanesa, no sabía que responder. Sana le había dicho que no tenía ganas de ver a nadie, especialmente a Tzuyu.

—Sí, tiene temperatura así que está dormida. Precisamente voy a comprarle un medicamento, será mejor que hablen mañana.—Mintió, solo espera que Tzuyu le haya creído.

—Está bien, gracias unnie.

—Buenas noches Tzuyu.—Se despidió.

La más alta se subió al auto y aceleró un poco, fingiendo que estaba apunto de irse. Miró por el retrovisor para asegurarse que Momo se había ido y efectivamente cuando ya no estaba cerca volvió a bajarse del auto.

Por alguna razón sentía que Momo le estaba mintiendo, parecía nerviosa y sus expresiones lo hicieron evidente. Sin perder más tiempo tocó el timbre, esperando que Sana abriera.

Escuchó unos pasos tras la puerta, eso solo confirma sus sospechas.

—Aish, Momo de seguro olvidó llevar su billetera.—Murmuró Sana antes de abrir pero se sorprendió al ver a la taiwanesa.

—Tzuyu, ¿Qué haces aquí?

La taiwanesa ni siquiera respondió, se acercó hasta ella y la abrazó. Sana comenzó a sentirse culpable ante las acciones de Tzuyu, incluso con algo tan simple como un abrazo puede percibir la preocupación de la menor.

—Vine a verte ¿Te sientes bien?—Preguntó separándose un poco, sus manos fueron directamente a las mejillas de Sana, tomando su rostro con dulzura.

—Estoy bien, pasa Tzuyu. Está haciendo frío.—Sonrió a medias.

Tzuyu le hizo caso, ambas se sentaron en el sofá. La menor observó a Sana con atención, hay algo extraño en su actitud y ya tiene una leve sospecha pero no dirá nada, quiere escucharlo de la japonesa.

—Jihyo me dijo que te fuiste temprano porque te sentías mal así que decidí venir para saber si necesitas algo.

—Sí, lo siento por eso. Sé que hoy era un día muy ocupado en la oficina y dejé el trabajo a medias.

—Bueno, eso no importa. La salud siempre ha sido una prioridad en la empresa pero ¿Sabes? Debiste avisarme, me preocupé.

—Estabas ocupada con tu reunión, no quise molestarte.

La taiwanesa se quedó en silencio observando fijamente a Sana, quien se sintió nerviosa.

—¿Por qué me miras?

—No sé por que siento que estás tratando de evitarme. ¿Por qué le pediste a Momo que mintiera? Si estás molesta conmigo solo dímelo, no quiero mentiras.

—Tzuyu, no estoy molesta contigo y tampoco te estoy evitando.

—Entonces, ¿Qué es? Te comportas de manera extraña. Déjame adivinar, es por mi madre ¿Es ella verdad?

Make Me Love YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora