Sana terminó de organizar su ropa en una de las valijas para su viaje a Osaka, mañana sería su vuelo y aunque al principio estaba demasiado entusiasmada porque vería a sus padres nuevamente, sus pensamientos parecían estar en otro lado o más bien siendo ocupados por otra persona y más exactamente por Tzuyu, no hablaron más después de lo sucedido, esta mañana salió de su casa antes que ella despertara, quizás no debió irse sin avisarle antes, pero la vio dormir tan plácidamente que prefirió no hacerlo, la taiwanesa todavía necesitaba descansar.
Se sentó en el suelo para organizar los documentos que necesitaría para viajar a Japón, mientras lo hacía, encontró una foto junto a su pasaporte. Era ella al lado de Tzuyu en una de sus citas, la menor dándole un beso en la mejilla mientras Sana sonreía mirando a la cámara, ambas siendo felices como siempre quiso serlo junto a ella.
Infortunadamente ya no podía sonreír de la misma manera, esa felicidad era efímera, porque siempre debían ser cautelosas, era una felicidad acechada por el miedo y los prejuicios que al final terminaron ganando.
Por eso no debía ilusionarse con todo lo que sucedió anoche porque ya sabe como será el final, nada cambiaría, es como un círculo sin fin, la única diferencia es que esta vez no volvería a repetirse, por más doloroso que fuera debe ponerle un límite a toda esta situación y esta vez si sería definitivo.
De solo pensarlo, su corazón se encogió, pero antes del amor que todavía siente por Tzuyu, está ella misma y por eso, tiene que parar con esto, por su propio bien, si sigue buscándola jamás podrá seguir adelante con su vida.
Quizás llegó el momento definitivo, el momento de aceptar que Tzuyu y ella tienen distintos caminos en sus vidas, que simplemente habían coincidido, pero que no duraría demasiado tiempo como había creído, aún así en medio de todo el caos agradece haberla conocido.
Sintió sus mejillas húmedas por las lágrimas, las limpió rápidamente con las mangas de su suéter, pero dejó de hacerlo en cuanto escuchó un toque en la puerta de su habitación.
—Sana ¿Estás ahí?—Preguntó Momo del otro lado.
Antes de contestarle la castaña respiró profundo, no quiere preocupar a su amiga.
—Sí Momo, aquí estoy. Sigue.—Dijo tratando de sonar tranquila.
Momo abrió la puerta y se acercó hacia ella, observando a su alrededor. La habitación está un poco desordenada.
—¿Por qué no me esperaste? Te habría ayudado a empacar.
—Creí que estarías en el trabajo por eso no te dije nada.—Mencionó Sana mientras acomodaba sus cosas, evitando mirarla.
La rubia notó algo diferente en su tono de voz, inmediatamente se sentó junto a la castaña.
—¿Estabas llorando?—Preguntó Momo con preocupación, buscando la mirada de Sana pero ella simplemente siguió arreglando sus cosas.
—No, solo es alergia por el polvo.
Momo llevó su mano hacia el hombro de Sana para darle confianza y hacer que volteara a mirarla, cuando finalmente lo hizo, sus ojos estaban lagrimosos.
—Puedes confiar en mí, somos amigas.—Aseguró mientras tomaba su mano.
Sana simplemente inclinó su cabeza sobre el hombro de la rubia, sollozando levemente.
—Hay mucho polvo ¿No crees?—Dijo tratando de contener sus lágrimas.—Debería limpiarlo antes de irme.
—¿Estás así por Tzuyu? Por eso no viniste a dormir anoche.—Momo la vio asentir sobre su hombro.—¿Qué te hizo? ¿Te trató mal o te dijo algo?
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Make Me Love You
FanfictionNo tenían nada en común, sus personalidades ni siquiera eran similares, una era tan fría como una noche de invierno, y la otra tan cálida como el sol de verano. Su vida era aburrida, incluso sin sentido pero aquel rayo de luz logro entrar en lo más...