Las manos ágiles de Tzuyu se encargaron de sacar la camisa por encima de sus brazos, su mirada fija en ella, en cada detalle de la Japonesa, no tiene idea de como es que ha logrado contenerse en la empresa, ver a Sana todos los días vistiendo esas faldas discretas pero que aún así resaltan sus curvas, sus piernas y su trasero, verla todas las mañanas en su oficina a puerta cerrada le hacían imaginar muchas cosas pero ella debía comportarse, estaban en la empresa y cualquiera podría verlas en una situación compremetedora.
Pero ahora están a solas, lejos de todos. Solo ellas dos, como muchas veces trató de imaginarlo, ella quiere a Sana más allá de una simple atracción sexual, el silencio reinaba en la habitación pero pronto sería reemplazado por algo mejor que las palabras.
Después de despojar a Sana de su camisa, se acercó a su rostro para besarla nuevamente mientras que sus manos recorrían las suaves piernas de la Japonesa, sus labios dejaron un camino de besos por las mejillas hasta bajar al cuello de Sana, quien lo dejó expuesto solo para ella.
Esa es una de las partes más sensibles de su cuerpo, y Tzuyu lo supo en cuanto sus labios comenzaron a acariciar dicha zona entre besos y mordidas, escuchó a la mayor suspirar mientras sus manos se aferraban a su espalda.
Sus manos subieron por la espalda de Sana para desabrochar su sostén, dejando a la vista sus pechos, se quedó observando la anatomía de la mayor, ante sus ojos ella es la mujer más hermosa de todas, es maravillosa en todo su esplendor. Acercó su tacto al pecho de la contraria dando un suave apretón sobre sus senos, entonces sintió los pezones de Sana sobre las palmas de sus manos, la Japonesa mordió su labio inferior para tratar de callar sus gemidos.
Tzuyu solo sonrió, sabía que después no podría contenerse, apenas estaban comenzando y la verdad escuchar la dulce voz de Sana en un gemido es una de las cosas que más desea y necesita escuchar. Sus labios descendieron entre besos hasta el pecho de la Japonesa, su respiración chocando contra la piel desnuda de Sana, provocando que todo su ser estremeciera. La Japonesa maldijo en voz baja, no había duda de que Tzuyu la quería ver sufrir.
Sin perder más tiempo, la lengua tibia de la menor acarició su pezón haciéndole apretar las sabanas entre sus puños, mordisqueando con cuidado de no hacerle daño, Sana solo cerró sus ojos dejándose llevar por las sensaciones que ahora invaden su cuerpo, Tzuyu besando su pecho de una forma tan deliciosa que nunca había experimentado antes.
Tan suave, tan delicado como siempre pensó que sería la primera vez que hicieran el amor.
La más alta se acomodó para tener una mejor posición, el peso de su cuerpo estaba siendo sostenido por sus brazos, su muslo chocó contra la entre pierna de Sana, quien se acercó a Tzuyu para besarla mientras sus manos desesperadas por tener más contacto se deslizaron por la espalda de la contraria para desabrochar su sostén que fue lanzado a quien sabe que lugar de la habitación.
Sus labios moviéndose con deseo, la Japonesa aprovechó para tomar los pechos de Tzuyu entre sus manos y darles un apretón, provocando que un quejido saliera de sus labios perdiéndose en medio de su beso.
Sus manos bajaron por el abdomen de la menor hasta el botón de sus pantalones cortos, lo desabrocho ante la mirada atenta de Tzuyu quien se había separado del beso para recobrar el aliento, juntó su frente contra la de Sana.
—No sabes cuanto deseaba esto. Mis cinco sentidos están ansiosos por conocer más de ti. No te imaginas todas las cosas que quiero hacerte ahora mismo.
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Make Me Love You
FanfictionNo tenían nada en común, sus personalidades ni siquiera eran similares, una era tan fría como una noche de invierno, y la otra tan cálida como el sol de verano. Su vida era aburrida, incluso sin sentido pero aquel rayo de luz logro entrar en lo más...