Capítulo 40.

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La taiwanesa se sintió agotada al terminar su jornada laboral, había pasado gran parte del día en reuniones con clientes, revisando un montón de papeles y en una reunión extensa con el departamento de ventas, hoy había tenido un día muy ocupado además pronto sería el aniversario de la compañía así que debe encargarse personalmente de los detalles del evento que tienen planeado.

Antes de salir de la oficina tomó su abrigo y su bolso, se acercó hasta el escritorio de Sana quien ya estaba recogiendo sus cosas para irse a casa como el resto de sus compañeros de trabajo.

—¿Qué haces?—Preguntó la más alta recibiendo una mirada confusa.

—Recogiendo mis cosas para irme ¿Por qué? ¿Necesita algo srta. Zhou?

Tzuyu miró hacia sus alrededores antes de responder, la mayoría de personas ya se habían ido solo quedaban ellas dos en ese piso.

—Estamos solas, así que dejemos la formalidad a un lado. ¿Cómo así que te vas? ¿Olvidaste que hoy tenemos una cita?

—No, pero creo que es mejor dejarla para otro día. Debes ir temprano a casa, tú madre debe estar esperándote.

—¿Y eso qué? Nuestra cita es más importante que cualquier cosa, esperé todo el día a que llegara este momento solo para salir contigo pero si no quieres entonces podemos dejarlo para otro día.

Sana sonrió, últimamente Tzuyu había comenzado a ser más expresiva con sus sentimientos.

—Claro que si quiero salir contigo, dime la dirección del restaurante y nos encontramos allí.

Sana tomó un papel y bolígrafo para escribir la dirección.

—No es necesario, iremos juntas. Es una cita y no dejaré que vayas sola por ahí en medio de la noche.—La japonesa la miró como si hubiera dicho algo raro.

—¿Te diste cuenta el lugar dónde estamos? Alguien nos puede ver saliendo juntas.

—Todos se han ido ya, así que no hay nada de que preocuparse. ¿Nos vamos?

Sana tomó sus cosas, se abrigo bien antes de salir. Ambas subieron al ascensor y en unos minutos ya habían llegado al estacionamiento, tal y como había dicho Tzuyu, ya no quedaba nadie alrededor.

—¿Me dirás a dónde vamos a ir?

—¿Conoces ese restaurante japonés al norte de la ciudad? Bueno, iremos allí.—Respondió Tzuyu.

Sana se sorprendió, ese restaurante es muy elegante. Lo había visto en los comerciales de televisión en varias ocasiones.

—Estás bromeando ¿Cierto? No creo que esté vestida lo suficientemente elegante como para ir allí.

—¿Qué dices? estás hermosa. Además, me dijiste que querías comida japonesa así que pensé que sería una buena idea ir.

La japonesa la miró fijamente sin decir nada, una sonrisa se asomó en su rostro al pensar en lo linda que es Tzuyu con ella.

—Deja de mirarme así.—Advirtió con las mejillas coloradas.

—¿Por qué?—Sana sabe bien por que, de hecho solo le estaba coqueteando para verla avergonzada.

—Porque así solo me dan ganas de besarte.

—¿Y qué te detiene?—Preguntó con una sonrisita.

La menor pensó en acercarse pero se detuvo al recordar que aún siguen en la empresa y sería muy arriesgado.

—No me tientes, mejor vámonos.

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