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En el momento en que fue un poco incómodo, una leve sonrisa apareció en mi boca.

—¿Te gustan los animales?

Escuché la voz de Cass preguntar.

—Es menos complicado que las personas.

Miré al Blue Wing y respondí.

[A Siel, el dios de la destrucción, le gusta tu respuesta.]

Las personas y los animales son diferentes, con mil sentimientos internos. No te traicionan con sus cálculos superficiales, y daban tanta amabilidad como les des.

El loro que crie en mi vida pasada también me consoló un poco.

—Veo. En cierto modo, hay muchos seres humanos que son inferiores a los animales. De hecho, tampoco puedo evitarlo.

La voz de Cass añadió, como en broma, era sincera y cálida.

Me volví en la otra dirección. No quería compartir más historias desencadenantes con él, un sociópata.

—Debes haber conocido a mucha gente, ¿no es así? Debes haber estado en muchos lugares.

—Cuando era joven, experimentaba el mundo, y estuve dando vueltas durante años constantemente. En la medida en que se emitieron órdenes desde la cima de Lloyd.

Su expresión en el caballo parecía ligera.

—Entonces, ¿has estado alguna vez en Areth?

—Fue hace dos años. Tengo una relación cercana con el Señor.

Además, no parecía ser su primer viaje para él.

Él continuó.

—Dondequiera que viaje en el Imperio, nadie en el Imperio no sabe que su compañero más seguro es Lloyd.

—Ya veo. Por eso Reyhas te pidió que vinieras conmigo.

Respondí amargamente.

Bueno, fue por eso que Reyhas pensó que era mejor ir con él.

Después de algunas palabras, la puesta de sol comenzó a caer.

El ave sentada en el marco de la ventana parecía aburrida, por eso voló de regreso al cielo.

Llevo mucho tiempo en el vagón y me empezó a doler la espalda.

—Sin embargo, queda un largo camino por recorrer durante 15 días.

Cass me dijo murmurando con un suspiro.

—Ya te lo dije, Lloyd es el compañero más seguro.

Añadió a las palabras.

—Y también es el compañero más rápido.

—¿Qué?

—Lloyd tiene un mapa de todos los atajos del mundo.

Lo miré con ojos sorprendidos.

Dijo con una mirada confiada.

—Prometo que estaremos en Areth en una semana. Cinco días como mínimo.

Abrí mucho los ojos ante la inesperada buena noticia.

—A cambio...

Pero había un pedido detrás de las palabras.

—Dame un asiento en ese vagón.

—... Sí.

Cuando dije que sí, se subió al carro un poco más tarde.

La falsa y su harem [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora