[ 62 ]

73 9 0
                                    

—Alberto...

La voz de la Emperatriz tembló. Pronto su mirada enojada se volvió hacia Kyle.

—¡Kyle!

La voz desesperada sonó con fuerza. Era una voz de maldad que parecía penetrar en el cielo.

—¡Me estás quitando todo! ¡Incluso a mi hermano!

Lágrimas calientes corrían por sus pálidas mejillas.

—... el número de hombres inocentes que mató Alberto es 17.

Kyle continuó con un rostro inexpresivo.

—El número de inocentes que mató antes de que te convirtieras en Emperatriz es ocho.

Si no hubiera salvado a Noah y Daisy, se habrían agregado. Si hubiera salvado a Tina, que vino como una santa falsa, habría faltado una.

La fría voz de Kyle resonó por el pasillo.

—A partir de hoy se acabaron las fechorías de Alberto Michael.

Los ojos distorsionados de la Emperatriz temblaron.

—Y tu también.

Su cabello desordenado estaba revuelto.

—Tú... no conoces mi sufrimiento.

Un sonido ronco se escapó de sus labios abiertos.

—Arruinaste todo sobre mí, Kyle... Maldito seas.

La mirada manchada de sangre de la Emperatriz se dirigió implacablemente a Kyle.

Miré a los ojos de la Emperatriz.

No importa lo malo que sea el personaje, ¿por qué tuvo que hacer esto?

Fue un momento de curiosidad.

[Odisea, el Dios del Amor, te responde.]

En ese momento, de repente sentí que mis pies se levantaban.

Los ojos de la Emperatriz se acercaron de repente y sentí como si estuviera entrando en los de ella. Y de repente, los alrededores se oscurecieron y luego comenzaron a iluminarse.

Miré a mí alrededor y escuché débilmente la música del banquete en mis oídos.


—Su Alteza, Príncipe Heredero. Usted... dejó caer esto.


Cuando miré de nuevo a la joven voz, era la Emperatriz, no, Rose.

Me estremecí de sorpresa, pero parecía como si fuera invisible para la Emperatriz.

El rostro de la Emperatriz parecía mucho más joven de lo que es ahora. Probablemente fue el pasado antes del matrimonio.

Y el hombre que recibió su reloj de bolsillo fue... Kyle.

Era más bajo de lo que es ahora, pero su cabello rojo y sus ojos revelaron que era Kyle.


—Gracias.


Fue una respuesta tan contundente que el oyente se sintió avergonzado.

Pero Rose miró a Kyle durante mucho tiempo mientras se volvía como si ver eso le era suficiente.

Murmuró, mirando la espalda de Kyle.


—Algún día estaré... de pie junto a él. Como el oráculo que escuché del santo que recibí cuando tenía trece años.

La falsa y su harem [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora