La falsa y su harem [Completa]

[ 109 ]

Me di la vuelta a toda prisa para evitar colapsar y vi la mano de un apuesto hombre en mi campo de visión.

—Atrapada.

Era Reyhas con uniforme blanco.

La ventana de chat brilló frente a mí.

[Monde, el dios del arte, se alegra de verlo.]

Tomé su mano frente a mí y bajé las escaleras.

Parece la mano de una mujer cuando la miro, pero cuando la sostengo, es mucho más grande y más fuerte que mi mano.

—Sr. Reyhas. ¿Qué te trae a la biblioteca?

Lo miré y le pregunté.

Cuando se reveló la identidad de Camilla, los sacerdotes que la seguían fueron sujetos a medidas disciplinarias.

Además, tenía que prepararse para declarar al Imperio que el dios de la eternidad, Reid, había sido destituido. Habrá muchos problemas con los que Reyhas tendrá que lidiar, así como problemas con la estatua y el Templo de Reid.

—Estaba pasando y vi al Santo por la ventana de la biblioteca, así que yo...

En ese momento, la ventana de chat brilló.

[Omán, el dios de la benevolencia, anima a Odisea.]

[Odisea, el dios del amor, te bendice.]

No creo que esto fuera una buena señal para el gusto de Reyhas.

—Espera, espera...

Reyhas, que estaba hablando, me miró con ojos temblorosos.

—Santa...

Sus hermosos ojos dorados revolotearon con desconcierto.

... ¿Por qué hay tanta decadencia en medio de esto?

—Entonces yo...

Me miró y se lamió los labios laboriosamente, pero se sobresaltó y de repente se dio la vuelta. Es como si intentara ocultar algo. Me preocupaba que algo estuviera mal con su cuerpo.

Después de un rato, Reyhas abrió la boca con una voz un poco quebrada, a diferencia de lo habitual.

—... Tengo que ir a rezar ahora.

*~*~*~*

Regresé a mi habitación con un libro después de enviar a Reyhas a orar.

« Reyhas... vas a estar bien, ¿verdad?»

Los libros que trajo Daisy estaban apilados sobre el escritorio.

[Hesed, el dios del conocimiento, te bendice.]

Con la bendición de Hesed, comencé a leer los libros rápidamente.

Pensándolo bien, pero si volvemos a los tiempos modernos en este estado, no habrá problema en conquistar todo tipo de anuncios públicos.

¡Puedo hacerlo! ¡Tres victorias en el examen!

He leído algunos libros, pero ninguno es muy nutritivo.

Mientras tanto, el último libro que recogí antes me llamó la atención.

"Un estudio sobre el Dios de las mentiras."

Escrito por un teólogo llamado Drave, parecía como un libro nuevo que nadie había abierto nunca.