Capítulo 17

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L I K E   A   F I R E

No puedo expresar como me siento
No puedo describirte con ninguna palabra
Cuando te veo a los ojos, siento que explotaré
Toma la responsabilidad de mi amor

Hace muchos años vivió una duquesa llamada Elizabeth Báthory. Era una de las mujeres más hermosas que habían existido sobre la faz de la tierra. Dotada de gracia, carisma y ternura. Vivía en un enorme castillo lejos de una pequeña ciudad que apenas comenzaba a crecer donde las desapariciones eran comunes y muy poco investigadas. En especial las de chicas jóvenes.

Elizabeth Báthory era la única descendiente directa de sangre pura del gran Vlad Drácula y su alimento preferido eran las jóvenes progenitoras de pequeñas familias a quienes contrataba como servidumbre dentro de su gran castillo. Después de asesinarlas para alimentarse de ellas, las enterraba en alguna parte del campo en la gran extensión de su hogar. Elizabeth tuvo solo un descendiente directo que mantenía la misma línea de sangre. Un hijo llamado Miklós que no fue más que un despiadado vampiro que consumió todo a su paso y que en una de sus tantas locuras, logró, de alguna forma, embarazar a una mujer humana que tuvo la fortuna de escapar de él antes de ser devorada.

Rosaline dio a luz una tarde de septiembre cuando la lluvia arremetía contra su ventana. Miró a su bebé y decidió llamarlo Christopher, sin saber que era él, el único descendiente de los Báthory que lograría mantenerse con vida.

🥀

Christopher atraviesa el marco de la puerta como una ráfaga de aire con aroma a rosas silvestres. Sus ojos recorren cada centímetro del espacio buscando la causa por la que los latidos de Caleb aumentaron de esa forma. Finalmente lo encuentra de pie frente a la estufa con un paño cubriéndole la mano. Chris puede oler el aroma de su sangre, tan cálida y penetrante.

—¿Qué sucedió?

—No es nada. Estoy bien. Me corté, solo eso —explica Caleb con una sonrisa avergonzada y se gira hacia la llave del agua para limpiar su herida, sin percatarse que la puerta de un gabinete superior está abierta y él choca directamente con ella acomodándose un buen golpe en la frente que hace que Christopher cierre los ojos y niegue—. Maldita sea.

—Solo no te muevas, ¿de acuerdo? —Chris aparece frente a él y le sujeta la mano sangrante mientras cierra los gabinetes superiores—. De verdad que no comprendo cómo es que sigues vivo.

Caleb no responde, su pulgar le arde con fuerza cuando la coloca bajo el flujo de agua helada que se mezcla con su sangre. Christopher vuelve a hacer presión con fuerza para detener el sangrado y deja una abertura que abarca su dedo por completo. Caleb no pregunta por qué el Celat tiene esa expresión conflictiva en el rostro ni por qué pareciera que dejó de respirar. Quizá Christopher no tiene ánimos de hablar sobre lo mucho que desea volver a probar su sangre, principalmente porque eso lo hace sentir como el monstruo que le dijeron que era.

—¿Qué intentabas hacer? —pregunta Chris cuando vuelve con una gasa que envuelve por completo el pulgar de Caleb.

—Pensé que podría llevarle el desayuno a Jasper. Tal vez no tenga ánimos de salir así que quizá eso podría hacerlo sentir mejor.

—Yo se lo llevaré —dice el Celat mirando la charola en la mesa prácticamente lista. Caleb lo sujeta de la muñeca llamando su atención y para Christopher es vergonzoso aceptar que lo logra demasiado bien.

—Quizá sea mejor que yo lo lleve. No eres... el mejor animando a personas que se sienten mal —dice con una sonrisa apenada.

—¿De qué estás hablando? Solo iré y le diré que deje de ser un maldito niño y que madure de una vez por todas. —Caleb amplía su sonrisa y niega.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora