Báthory

Capítulo 51

S T E R E O H E A R T S

Solo rezo para que no me dejes atrás
Porque la buena música puede ser tan difícil de encontrar
Tomo tu cabeza y la pongo más cerca de la mía
Creí que el amor estaba muerto, pero ahora estás cambiando mi manera de pensar
Mi corazón es un estéreo que suena por ti, así que escucha atentamente
Escucha mis pensamientos en cada nota
Conviérteme en tu radio

Caleb abre la puerta muy despacio dejando solo una diminuta rejilla por dónde mirar. La habitación siguiente está vacía o eso parece. Es un amplio cuarto, más pequeño que el anterior, pero la oscuridad no le permite ver por completo. Exhala y sale con cautela sujetando sus armas al frente. Le parece extraño que no haya nadie cerca, que él sea capaz de recorrer tres cuartos consecutivos sin ser atrapado ni enfrentado. No tiene sentido, está siendo demasiado fácil. No confía en las cosas fáciles.

Está en medio del cuarto cuando reconoce un sonido a sus espaldas. Dientes chocando, un chillido bajo. Apenas tiene tiempo de saltar esquivando al virsuje que se arroja contra él. Caleb está en desventaja porque no puede ver y la criatura puede escucharlo y lo persigue por la habitación. El chico es bueno prediciendo ataques, lo ha aprendido por las malas, pero eso no siempre es efectivo. El virsuje logra rasgarle la pierna de forma superficial y eso provoca que se mueva cojeando con más lentitud. La criatura se acerca y Caleb no tiene más que usar su nueva arma, una de las garras que le cortó al anterior virsuje y que entierra en el pecho de la criatura sobre él. Siente su sangre caliente cayendo sobre su cuerpo y se sentiría asqueado si tan solo no estuviera concentrado en matarlo. El cuerpo del virsuje cae contra él, pesado y asfixiante y Caleb, que está exhausto y débil, tiene problemas para quitárselo de encima.

—Eres bueno. —Caleb no puede ver, pero reconoce esos ojos rojos mirándolo desde un extremo de ls habitación—. ¿Es por eso que Christopher se fijó en ti? —Caleb no responde y usa toda la fuerza que le queda para arrojar al virsuje a un costado. Se levanta tambaleante, siguiendo el trayecto de esos ojos por la habitación—. Quiero saber qué hará Christopher cuando te encuentre muerto.

Caleb sujeta la navaja frente a él, preparado para recibir el primer ataque. Tal vez no durará mucho porque el joven se ocupó de lastimarlo bastante cuando se negó a hablar sobre Zoe. Recibió los golpes sin importarle cuántos fueran. Se llevaría ese secreto a su tumba.

Pero el joven no lo ataca. Se queda inmóvil tan solo escuchando, y sus ojos se dirigen hacia el techo del lugar. Caleb lo imita sin comprender qué está viendo, hasta que algo atraviesa el techo de concreto y cae justo frente a él alumbrando la habitación medianamente gracias al hueco que deja.

—Christopher —susurra. Siente que el aire vuelve a sus pulmones. El Celat le está dando la espalda y solo se gira parcialmente para mirarlo. Caleb podría jurar que inhala aliviado. Su expresión no se suaviza, sin embargo. Y Caleb está seguro de que nunca lo había visto tan molesto.

—¿Por qué no me sorprende verte aquí? —pregunta Christopher al que fue su maestro.

Aquel que le enseñó a pelear, a usar las armas y a defenderse. Un vampiro salvaje y sanguinario que nunca tuvo piedad de él y que Christopher desprecia. Su voz es áspera y rasposa. No hay palabras para expresar la furia que le invade el cuerpo. El joven mueve la cabeza escuchando los sonidos externos y se vuelve a Chris sin deshacer la sonrisa.

—¿Lobos, Christopher? Y... humanos. Cazadores. Pero que bajo has caído.

—Lo dice la escoria que usa virsujes para secuestrar humanos.

—Tenemos que comer, ¿no es así? —El joven se pasa la mano por el cabello un segundo antes de esquivar a Jackson que buscaba sujetarlo por la espalda.