Capítulo 19

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R U N A W A Y

Y todo este tiempo he estado mintiendo
Mintiendo en secreto a mí mismo
He estado poniendo la pena en el lugar más lejano
En mi armario
Y yo estaba bailando bajo la lluvia
Me sentí vivo y no puedo quejarme,
Pero ahora llévame a casa
Llévame a casa donde pertenezco
No tengo otro lugar a dónde ir

Caleb nunca había viajado en tren. En realidad ni siquiera sabía que seguían usándose para transportar gente y está genuinamente emocionado por el trayecto en el que están. Bueno, en realidad, lo estaba. Cuando recién subieron y vio el camarote privado que tenían con un pequeño armario, una mesa y una amplia cama junto a la ventana. Cuando el tren comenzó la marcha y miró el paisaje detrás del vidrio moviéndose velozmente a su lado. Pero todo se derrumbó cuando Jackson intentó besarlo de nuevo y él se alejó de forma inconsciente. Había dicho 'lo siento' aunque no tuviera ninguna razón para hacerlo y todo después de eso se había vuelto incómodo entre ellos.

Ahora Caleb está sentado en el colchón mirando por la ventana. Es de noche y no hay nada más que una espesa oscuridad, pero no puede salir. El tren transporta a todos los invitados de aquella fiesta y Caleb tiene pánico de encontrarse con algún otro vampiro. Tiene un par de horas que Jackson salió de la habitación cerrándola con llave a petición del chico y cuando Caleb escucha el cerrojo, el corazón se le dispara lleno de nerviosismo por lo que sucedió antes.

—Tranquilízate, chico. No querrás llamar la atención.

—Lo siento —murmura con una sonrisa apenada. Inhala largo sin quitar la vista del negro que está fuera de la ventana. Jackson suspira y se sienta sobre la mesa con las piernas cruzadas. Se pasa una mano por el cabello despeinándolo y se abre otro botón de la camisa.

—No tienes que preocuparte por lo de esta tarde. Es... bueno, no importa. Podemos olvidarlo y seguir con esto. —Caleb asiente sintiéndose mucho más tranquilo—. ¿Es por Christopher?

—¿Qué? —Caleb suelta una risa nerviosa y torpe—. No. ¿Qué dices? Eso es... es ilógico.

Pero está mintiendo y ambos lo saben porque su corazón se vuelve loco ante el simple nombre de Christopher. Jackson se ríe leve con cierta burla y niega porque las mejillas de Caleb se han vuelto rojas. El chico lo mira por el reflejo de la ventana incapaz de mirarlo a la cara.

—No puedo culparte. Christopher tiene esa actitud de chico malo y es bastante atractivo. No voy a decirte que es muy popular porque creo que nunca nadie se ha enamorado del Celat, así que felicitaciones por ser el primero.

—¿Gracias?

—¿Qué es lo que le ves, exactamente? A demás de esa cara de malhumorado que tiene todo el tiempo. —Jackson recarga el codo en su rodilla y la barbilla sobre su palma abierta. Parece interesado de verdad en saber sobre ese enamoramiento.

—No... estoy seguro —responde apenado. La verdad es que Christopher podría no ser el mejor prospecto y Caleb está desconcertado de su sentir hacia él—. Tal vez es solo... el humano que hay detrás del Celat.

—¿Eso existe? —Jackson levanta las cejas. Caleb se ríe un poco ante su genuina sorpresa.

—Existe. —Asiente pensando en las veces que ha podido verlo. Cuando Christopher no es más que un chico que se ríe con fuerza y que se rasca la nuca cuando está nervioso e inseguro.

—Sabes que Christopher nunca va a corresponderte, ¿verdad? —La sonrisa de Caleb se borra y asiente, porque lo sabe—. Christopher no conoce los sentimientos. Nunca ha sido humano y nunca va a serlo porque es el Celat. Es la única razón por la que sigue vivo. Nunca va a decirte que te quiere o que te ama. Y, aunque sintiera algo por ti, no va a ser como esos sujetos románticos que te llevarán en una cita por la ciudad. Christopher es parte de ese castillo. Dice que lo odia, pero es a donde pertenece y eso nunca va a cambiar. —Jackson exhala, largo y lento. El sonido del corazón rompiéndose es todo lo que llena el silencio—. Christopher no puede sentir. No fue hecho para sentir.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora