Capítulo 12

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B U R Y A F R I E N D

¿Qué quieres de mí?
¿Por qué no huyes de mí?
¿Qué estás buscando?
¿Qué sabes?
¿Por qué no te asusto?
¿Por qué te preocupas por mí?

El trayecto de regreso fue incómodo. Muy incómodo y silencioso. Ni siquiera se miraron al arribar al castillo y caminaron juntos solo porque la enorme linterna que cargaba Chris era lo que alumbraba el camino. Era una noche sin Luna, con nubes negras poblando el cielo. Jasper ya estaba dormido cuando llegaron así que Christopher lo dejó en la puerta de su habitación y se desapareció sin decir nada. Caleb no pudo dormir esa noche.

Al día siguiente, durante el desayuno solo estuvieron él y Jasper, porque Chris se desapareció muy temprano diciendo que tenía cosas que hacer. Caleb le platicó todo lo sucedido omitiendo la parte en la que Christopher decía que era suyo porque no era de gran importancia, aunque no hubiera dejado de pensar en ella durante todo el día.

🥀

Le dijeron que la gente solo podría sentir dos cosas hacia él: odio y miedo.

Le dijeron que no había un lugar en el mundo donde pudiera encajar porque era una criatura extraña.

Le dijeron que no recibiría nada de nadie, porque nadie iba a preocuparse por él.

Su maestro le enseñó todo. 'Nunca serás más rápido que un vampiro' le dijo 'Así que tienes que ser más listo. Tienes que saber predecir los movimientos de tu enemigo. Tienes que responder a golpes que aún no han sido lanzados'

Le dijeron que si se quedaba solo todo sería más fácil. Era bueno, porque la gente le haría daño. Era realmente bueno que estuviera solo, porque la gente iba a utilizarlo, iba a herirlo y a abandonarlo y no podía confiar en nadie más. Nadie a demás de él era digno de confianza. Le dijeron que todos le temerían y que eso era mejor, porque nadie buscaría acercase a él.

Pero ahí está ese chico llamado Caleb de pie en el umbral de la puerta. Christopher no se sorprende con facilidad, en realidad no ha existido algo que logre sorprenderlo porque él siempre está un paso adelante de todos. Eso le enseñaron. Así que escuchó los latidos de Caleb desde mucho antes de que se acercara. Pensó que iría hacia el jardín o que por fin tendría el valor de recorrer algo más de lo que conocía ahí. Pero Caleb se dirigía hacia su dirección y Chris lo esperó, totalmente quieto, inmóvil, como si se hubiera convertido en una estatua.

Christopher aparta la mirada cuando lo escucha demasiado cerca y finge que continúa leyendo las hojas en sus manos, aunque no tiene la menor idea de dónde estaba leyendo exactamente.

—Hola —habla Caleb con esa vocecita tímida y nerviosa que lo hace rodar los ojos siempre, pero esta vez se contiene y lo mira apenas un poco.

—¿Qué quieres? —no hay rudeza en su voz, al menos él piensa que no lo hace.

—Solo vine a traerte esto. —Caleb coloca una humeante taza de té frente a él en la mesa, con más cuidado que antes porque ambos recuerdan el último incidente cuando intentó llevarle algo. Christopher no comprende, así que lo mira confundido—. Jasper me dijo que vas a reunirte con el Consejo. Sé que no sales por lo estresado que te sientes así que quise traerte un poco de té. Podría ayudarte con eso.

Chris no entiende. Su cerebro tiene una imposibilidad real para comprender lo que está sucediendo. Parpadea aturdido mientras mira la taza. El corazón de Caleb late más rápido siendo presa de los nervios debido a su silencio. El Celat no sabe qué debe decir. ¿Se está preocupando por él? ¿Lo hace por ser amable? ¿Por qué? ¿Por qué lo hace si él es el maldito Celat? Debería de temerle, debería de odiarlo.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora