Capítulo 54

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I N M Y B L O O D

Soy un guerrero, pero no soy como los demás
La lluvia no puede apagar el fuego
Por dentro mi corazón está furioso
Voy a dejar que se queme
No está en mi sangre rendirme
No me romperé, recordaré quién soy ante mis miedos
No está en mi sangre
Soy implacable, no me rindo

Esta mañana, Caleb se siente más fuerte y tranquilo. Esta mañana piensa que pueden ganar esa guerra, que acaban de desmantelar un nido importante y que esa ciudad va a reconstruirse pronto. Que Christopher ha sanado mucho más rápido que antes y podrán prepararse para la siguiente lucha en unos cuantos días. Durante ese desayuno, cuando la casa se llena de vida y energía, de risas y voces escandalosas, considera la idea de que al finalizar todo eso, la relación que se ha formado en ese pequeño grupo va a seguir. Puede incluso imaginar una reunión parecida, sin necesidad de luchar. Solo un grupo de amigos que convive y ríe.

Su fantasía se ve rápidamente destruida cuando tanto lobos como vampiros se ponen de pie en un movimiento, escuchando. Solo tienen tiempo de intercambiar miradas antes de que el muro de la sala de estar se rompa como si se tratara de una explosión y los trozos de cemento salen disparados con fuerza en todas las direcciones. Caleb se encoge dentro se sí protegiéndose, hasta que se da cuenta de que Chris está frente a él y de que acaba de recibir el golpe de un pedazo de roca. No parece importarle y todos dentro de la casa se mueven con velocidad tomando sus armas. Los lobos se transforman, la neblina sale del collar de Erin y Caleb recibe el bate que Jackson le lanza.

Caleb está listo para que los neonatos lleguen, pero no sucede. No son ellos quienes atraviesan el muro. Primero escucha un aullido. Uno muy largo que parece ser un llamado y les eriza la piel.

—Son ellos —dice Christopher en un susurro y Caleb lo entiende. Entiende por qué Jasper chilla y se encoge como un animal asustado en una de las esquinas.

Otro muro estalla y el daño es mucho peor. Esta vez los pedazos alcanzan a algunos humanos lastimándolos. Caleb vuelve a ser protegido por el cuerpo de Christopher y cuando mira de nuevo se da cuenta de que la mitad de la casa acaba de desaparecer y pueden ver claramente hacia el jardín donde hay un grupo de lobos observándolos. No es numeroso, son solo diez lobos, pero por la forma en que caminan deambulado de un lado al otro, les deja saber que no será una batalla fácil. Son lobos enormes, mucho más grandes que los que se detienen en el filo de la casa haciéndoles frente. Cole se ve más alto, como si el asumir el papel del Alfa de la manada le hubiera inyectado poder en los músculos.

Los vampiros se colocan detrás de los lobos y atrás de ellos, los humanos preparan las armas. Jasper no se mueve de su lugar en ese rincón hecho un ovillo y no deja de chillar bajito, como si estuviera herido. En un parpadeo, Chris está a un lado de Cole, al frente de todo el grupo y su mirada llena de odio analiza a cada uno de los lobos. Caleb se las ingenia para colocarse cerca y los mira también. El lobo de enfrente es mucho más alto que Cole y es gris con largas garras negras. Sabe que es él. El sujeto que compró a Jasper, aquel que iba a marcarlo si Christopher no se lo hubiera llevado.

Y es que estaban tan centrados en la lucha que ni siquiera recordó que estaban buscando a Jasper. Había olvidado por completo la razón principal por la que el lobo quería quedarse en el castillo, a salvo.

En un momento, Joshua se aparece a un lado del lobo gris, su rostro luce más como un murciélago y su sonrisa enorme y tétrica que le causa escalofríos a más de un humano cuando lo mira. Los neonatos llegan después y, aunque no son demasiados como en batallas anteriores, unidos a los lobos los superan en número y todos saben que será la batalla más dura que han tenido que enfrentar hasta ahora.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora