Capítulo 52

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W A R R I O R S

Aquí estamos, no te alejes ahora
Somos los guerreros que construyeron esta ciudad, del polvo
Vendrá, cuando tengas que levantarte
Por encima de los mejores y probarte a ti mismo
Que tu espíritu nunca morirá.

Zoe volvió por fin en compañía de tres híbridos más. Dos chicos y una chica. Todos son de cabellos rubios como los de Christopher y sus rasgos son muy similares entre ellos. Son altos, delgados, pero musculosos, de pómulos marcados y labios rojos. El reencuentro no fue algo familiar, de hecho se encontraron en un ambiente tenso lleno de hostilidad, sin embargo, todos recordaban a la perfección las últimas palabras de Caleb y preferían ahorrarse que pasara algo similar, por lo que decidieron convivir en paz.

Caleb baja esa mañana, sintiéndose un poco mejor y menos adolorido. Se detiene dentro de la oficina y mira hacia afuera a través de uno de los ventanales. Jackson y Chris están ahí, charlando o al menos eso parece. El Celat tiene los brazos cruzados en el pecho y su boca apenas y se mueve cuando responde. Caleb solo espera que puedan arreglar las cosas porque lo que sucedió no fue culpa de Jackson.

—Caleb, hey, hola. —Zoe entra a la oficina animadamente tal como él la recuerda y lo saluda con una sonrisa amable cuando se detiene a su lado—. Escuché que casi mueres. Luchaste contra dos virsuje, ¿cierto? Esas cosas son a-s-q-u-e-r-o-s-a-s.

—Sí, lo son —responde él después de reír un poco—. ¿Qué sabes de eso? —Le señala la imagen fuera de la ventana con un movimiento de cabeza.

—Que te secuestraron y Christopher se volvió loco, aun más de lo que ya era, y que utilizó el cuerpo de Jackson para re decorar la casa.

—Espero que lo solucionen.

—Yo también, especialmente por el lugar a dónde vamos.

Caleb piensa en preguntarle a qué se refiere, pero Christopher lo mira en ese momento y le regala una sonrisa tenue que hace que todas las ideas de su mente se desaparezcan en un instante. En un parpadeo, Chris ya está detrás de él y cuando Caleb se gira, el Celat le sujeta el rostro con suavidad.

—¿Estás bien? ¿Te duele?

—Estoy bien —responde él con una sonrisa boba en el rostro.

—¿Qué no acaban de verse hace... No lo sé, dos minutos? —pregunta Zoe con una mueca.

—Olvídalo, Zoe —dice Jackson desde el marco, con las manos en los bolsillos y su sonrisa usual—. Van a llenarte de empalagosa miel si no te quitas de ahí.

Ella retrocede con un rostro horrorizado y después de aparece junto a Jackson, alejándose de la oficina entre cuchicheos evidentes de lo exageradamente romántica que es la pareja de atrás. Caleb suelta una risa, pero la verdad es que no se arrepiente y lo hace mucho menos después de que Christopher lo bese porque es difícil concentrarse en otra cosa que no sean los suaves labios del Celat sobre los suyos.

—¿A dónde iremos? —pregunta después de un momento, cuando Chris le pone las manos sobre los hombros y él le sujeta la cintura.

—Hay un nido, uno muy grande. Creemos que es donde comenzó todo.

—¿En dónde?

Christopher baja la mirada y deja que Sy, detrás de ellos en la entrada de la oficina, responda en su lugar.

—En donde Fatima solía vivir.

🥀

No es una misión normal y todos lo saben. Al menos por distintas razones. Para los cazadores y el resto del grupo, es el lugar donde todo inició. Si logran eliminar ese nido, es muy probable que reduzcan la cantidad de enemigos contra los que tienen que enfrentarse porque los aliados son cada vez menos. Es un golpe certero, directo, es incluso un mensaje. Una forma de decirles estamos aquí y no vamos a rendirnos.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora