Capítulo 18

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G O T T A B E S O M E B O D Y

Porque nadie quiere ser el último

Porque todos queremos sentir que que le importamos a alguien

Alguien a quien amar, poniendo mi vida en sus manos

Tiene que haber alguien para mí

Jasper pasó encerrado en su habitación tres días recibiendo solamente las visitas de Caleb quien hacía todo lo posible por hacer que saliera del cuarto, recibiendo negativas definitivas. Jasper decía no estar listo, no sentirse bien todavía y por la misma razón se negaba a ver a Christopher. Hasta el atardecer del cuarto día cuando el Celat se aparece en el marco de su puerta con ese ceño fruncido que lo caracteriza.

—Vete.

—Jódete, Jasper. Llevas aquí cuatro días, fue suficiente. Es momento de que madures y salgas de esta maldita habitación.

Caleb llega corriendo después de él luciendo agitado como si Chris se hubiera escapado aun cuando él intentó evitarlo. El Celat desvía la mirada, fastidiado y se cruza de brazos.

—Solo vete, Christopher.

—No me voy a ir. Deja de actuar como un maldito niño asustado, Jasper. Hay tanto que resolver, no tenemos tiempo para tus caprichos.

—¿Eso piensas que es? Dios, Christopher. Eres un imbécil.

— ¿No lo es? Entonces, dime, Jas. Que es eso que no entiendo, porque tú siempre tienes todas las respuestas. —Caleb abre la boca dispuesto a intervenir en esa pelea, pero Chris lo mira amenazante y se limita a apretar los labios—. Déjate de sentimentalismos. Eres un maldito hombre lobo, Jasper. Vas a transformarte. Sabíamos que lo harías en algún momento. Tenemos mucho con lo que lidiar y estoy harto de llevar toda la responsabilidad por tu maldito comportamiento infantil.

—¡Cierra la maldita boca! —Los puños de Jasper chocan contra el colchón. Christopher nunca lo había visto realmente enfadado así que esa faceta es algo nuevo para él—. ¡No tienes la maldita menor idea de lo que siento! ¡Y ni siquiera te importa! ¡Eres un maldito egocéntrico! ¡¿De verdad no puedes entender lo que siento al verte con todas esas cicatrices?! ¡Siempre...! —La voz se le corta y Jasper tiene que hacer una pausa para recomponerse—. Siempre me has protegido. Has cuidado de mí, a tu manera. Y yo ni siquiera pude reconocerte en ese momento. Ni siquiera me detuve. Lo recuerdo. Es borroso, como una imagen cubierta de niebla. Intentaste no hacerme daño incluso mientras yo te atacaba y yo...

Caleb pasa saliva para deshacer el nudo que se le formó en la garganta. Lo entiende, lo difícil que debe ser para Jasper lidiar con la idea de haberle hecho daño a una persona que siempre lo ha protegido. Lo duro que debió ser no poder tener control de sí mismo. Tiene ganas de abrigar a Jasper entre sus brazos, pero sabe que ese momento no es para ellos. Es para que Christopher y Jasper resuelvan todo...

—Eres un idiota y un maldito estúpido.

...Si tan solo el Celat no fuera, bueno, el Celat. Caleb exhala y niega. De verdad esperaba que dijera algo muy diferente a eso. Fue tonto de su parte, Christopher no conoce de sentimientos.

—¿Es por eso que has estado encerrado en este lugar? Mira quien es el imbécil.

—Christopher.

—No. Cierra tu puta boca. Ahora vas a escucharme, maldito perro de mierda. ¿Tú crees que lo que me hiciste me importa? Soy el maldito Celat, Jasper. Ni tú ni nadie puede hacerme suficiente daño como para que me importe. Lo dices como si me hubieras dado una paliza. Pues no lo hiciste. Quizá tus heridas sanaron más rápido, pero recuerdas que me defendí. Incluso este inútil —señala a Caleb—, lo hizo.

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora