Capítulo 47

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N O T   A F R A I D

No tengo miedo
De pararme firme
Todo el mundo, tome mi mano
Caminaremos este camino juntos
A través de la tormenta
Cualquiera que sea el clima,  frío o cálido
Solo quiero que sepas que no estás solo

Caleb despierta, como tantas veces antes, entre los brazos de Christopher. Se ocupa de mirar su rostro aún dormido y trata de memorizar cada uno de sus rasgos. Llevan en su departamento casi dos meses y por momentos es fácil olvidar que hay una guerra a la vuelta de la esquina. El Celat ha encontrado cierto gusto en su lado humano y ha comenzado a dormir más, ahora acepta que hay comida humana (como las hamburguesas), que le gusta, disfruta de las películas de acción en Netflix y se sabe al menos dos canciones de Led Zeppelin. Para Caleb aún es un misterio la fuente en donde escuchó las canciones en primer lugar.

Y a Caleb le gusta la rutina. Le gusta saber que si hay algo más allá del castillo, más allá del trabajo del Celat y del Consejo. A veces piensa que quizá al terminar la guerra puedan tener una vida normal. Puedan ser un pareja de verdad. Lo desea con todo su corazón.

El teléfono suena en algún lugar de la sala y Caleb se mueve para levantarse, pero Christopher suelta un gruñido y lo abraza con más fuerza provocando que se ría con ganas.

—Chris, el teléfono. Déjame ir, vamos. —El Celat no cede y Caleb le da un leve golpe en el brazo—. Tal vez sea Jasper, tengo que contestar.

Christopher suelta un murmuro que suena como a "maldito perro de mierda" pero lo deja salir de la cama. Caleb se abraza a si mismo mientras da pequeños saltitos porque el suelo está helado, el ambiente en su departamento también y él solo está usando una playera sin mangas y un short. El celular deja de sonar y el castaño suelta una maldición mientras remueve la ropa que dejaron esparcida por el sillón. Sonríe sin poder evitarlo porque es muy sencillo recordar lo que sucedió ahí la noche anterior, cuando le demostró a Chris las maravillas del sexo oral. Después de eso una cosa llevo a otra y bueno...

El celular comienza a sonar de nuevo y Caleb lo encuentra debajo del sillón sin tener la menor idea de cómo llegó ahí. En efecto es Jasper quien llama y Caleb se sube al sillón tan pronto toma el teléfono.

—¿Hola? —pregunta, tiritando. De inmediato se abriga con la chaqueta de Christopher que estaba en el respaldo y se abraza las rodillas.

—¿Qué hacías que no respondías? No, ¿sabes qué? No me digas. No quiero saber lo que Christopher y tú hacen. —Caleb ahoga una risita y mira del otro lado que el Celat se sienta en la cama sin estar del todo despierto.

—Hola Jas.

—¿Cómo estás, Caleb? ¿Christopher te trata bien? ¿Te estás alimentando bien? No quiero verte y que seas un hueso, si ese malhumorado te está tratando mal solo dímelo e iré a patear su trasero de híbrido.

—Dile que puede cerrar la maldita boca —dice Chris apareciendo frente a él. A diferencia de Caleb está muy cómodo  con el clima aunque solo usa un short. Caleb tiene problemas para apartar la vista de su pecho desnudo, pero se obliga a hacerlo.

—Oh, tú cierra la maldita boca, Báthory.

—Eres un-

—Antes de que comiencen —interrumpe Caleb—. ¿Pasa algo?

—Déjame hablar con el híbrido, por favor.

Caleb le pasa el teléfono a Chris.

—¿Qué demonios quieres, maldito perro?

BáthoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora