B E L I V E R
Me destrozaron desde muy joven
Llevando mi alma a las masas
Escribiendo mis poemas para los pocos que me miraron
Se estremecieron conmigo, me entendieron
Cantando desde el dolor de mi corazón
Viendo la belleza a través del dolor.—Creo que estás disfrutando demasiado todo esto —dice Christopher entre dientes y acomoda mejor las piernas de Caleb alrededor de su torso.
—De verdad no sé de qué estás hablando —responde el chico conteniendo la sonrisa que se le forma en el rostro.
—Sí, claro. Por supuesto que no sabes —murmura el Celat. Llevan caminando poco más de una hora, aunque, en realidad, Christopher lleva a Caleb sobre su espalda porque el chico no se ha recuperado por completo. Y no es que a Christopher le moleste llevarlo así, lo único que podría preocuparle es que el amanecer los sorprenda de nuevo antes de que logren salir con la rastreadora. Por eso se detiene a la orilla del pueblo y baja a Caleb con mucho cuidado—. Espera aquí.
Caleb ni siquiera logra responder porque el Celat se desaparece de inmediato. Hace un tiempo que dejó de llover, pero el aire sigue siendo frío y la ropa de Caleb se le pega al cuerpo causándole constantes escalofríos. Todo a su alrededor está oscuro, pero se concentra en las luces del pueblo porque no necesita entrar en una crisis en ese momento.
No pasa mucho antes de que se escuche el motor de una motoneta pequeña que se acerca por un costado.
—¿Robaste una moto? —lo acusa Caleb.
—No podemos perder más tiempo. La devolveré cuando regresemos.
Caleb asiente y se sube en la parte posterior, pegado a Christopher. Se aferra a su cuerpo con fuerza a pesar de que la velocidad no se compara a la de la moto de pista. Es un poco vergonzoso para Chris moverse en un vehículo como ese, en especial porque siempre ha tenido lo mejor y nada como esa vieja moto que hace un ruido extraño cada vez que acelera un poco.
Cuando por fin llegan a la base de la cascada, se encuentran con la rastreadora caminando hacia ellos abrigada a la perfección, con el cabello aún recogido en una coleta. La luz de la moto junto a ella alumbra el camino y la forma en que ladea la cabeza cuando los ve bajar de esa desgastada motoneta.
—¿Estás bromeando? —pregunta ella y señala la moto.
—Tuvimos que improvisar —responde el Celat. Ella niega y lo piensa un momento.
—Aguarden. No llegaremos a ningún lado con ese pedazo de chatarra.
La chica se pierde entre el bosque y a ellos no les queda más que esperar hasta que se escucha el poderoso rugido de una motocicleta que parece ser enorme. Ella llega después de unos segundos montada en una moto parecida a la que usaba Christopher. Les indica que suban a la otra moto con un movimiento de cabeza y ellos obedecen. La joven se coloca a su lado y descubre su collar por encima de la ropa. Caleb no logra verlo con claridad debido a la oscuridad que los rodea, tan solo reconoce que es circular.
—Una vez que comencemos, no nos vamos a detener hasta que ellos lo encuentren, ¿entendido?
Christopher asiente una vez y Caleb se aferra con más fuerza a su cuerpo. Ella coloca la palma abierta sobre su collar, casi de inmediato emana una intensa luz brillante. La chica baja la mano y Caleb puede ver con claridad las líneas de luz que se desprenden del collar. Parece neblina que baja desde el accesorio hasta el suelo y poco a poco comienza a tomar forma convirtiéndose en un grupo de cuatro perros Bloodhound. Son parecidos al león de la cueva, casi traslúcidos. La rastreadora les acerca la banda de Chris para que la olfateen cuando se aproximan a ella y casi de inmediato emprenden la carrera por el bosque. Lo siguiente que se escucha es el rugido de ambas motos cuando aceleran a toda velocidad detrás de ellos.

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Báthory
VampirgeschichtenCaleb vive una vida normal. Tiene un buen trabajo, amigos, un perro y un maravilloso novio. Pero, una noche Caleb descubre que su novio no es nada de lo que él imaginó y pronto su vida se ve envuelta en un torbellino de vampiros, licántropos y cosa...