G U N S H O T
Las palabras que escupes me matan como balas
Ahora, ese gatillo, tómalo y tira
Tus palabras son como un disparo
Estoy sangrando amor
Me golpean como un disparo
Estoy sangrando amorCaleb despierta de forma suave y paulatina. Primero percibe el silencio absoluto que lo envuelve y poco a poco abre los ojos ante la leve luz que entra por la ventana. Se estira a lo largo y mira alrededor. No está en su habitación por supuesto, y no está seguro de cuánto tiempo ha dormido porque lo último que recuerda, es ese maravilloso chispazo justo antes de caer inconsciente. Se levanta con calma, su cuerpo se siente débil y pesado al mismo tiempo. Justo entonces Jasper se asoma por la puerta con una media sonrisa de alivio.
—Gracias al cielo que despertaste. Ahora sal y hazte responsable de lo que hiciste.
—¿De qué hablas?
—¡De Christopher! Juro por Dios que si vuelve a quejarse por el sabor de las hamburguesas que le hago, voy a matar a alguien. Tú lo volviste adicto a esas cosas, ahora resuélvelo.
Caleb se ríe y niega.
—Bien. Lo haré.
Cuando sale hacia el patio el sol está en lo más alto del cielo y la brisa es fresca. Puede sentirlo todo en su piel, desde el calor de los rayos hasta las caricias del viento en sus brazos. Y, aunque le gustaría quedarse ahí un rato más, el deseo de ver a Chris gana por mucho. El Celat está sentado en su lugar habitual a la cabecera de la mesa en el comedor, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Al menos hasta que ve a Caleb, entonces sus facciones se relajan y se pone de pie de inmediato. En un momento está ahí y al siguiente ya está junto al castaño.
—¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?
—Estoy bien, Chris. —Caleb acaricia la piel aún rojiza de su rostro, pero que se ve mucho más sana—. Mejoraste.
—No tomé más de la necesaria —explica rascándose la nuca.
—Lo sé. —Y Caleb no debería de sonreírle de esa manera porque entonces Christopher no puede pensar, pero lo hace y su sonrisa es preciosa—. Ahora, ¿qué es todo eso de que eres adicto a las hamburguesas?
—No soy adicto —replica rodando los ojos—, no las como con tanta frecuencia como dice Jasper. —Caleb lo mira levantando una ceja. No le cree nada—. Bien, quizá sí lo soy.
—¿Y no dejas de quejarte del sabor?
—No saben igual. Jasper es un completo inútil para prepararlas.
— Oh, cierra la boca Christopher —protesta Jasper cuando entra al comedor—. Puedes ir a la ciudad a comprarlas, a ver cuánto soportas a los humanos allá afuera.
—Tal vez te envíe a ti a la ciudad —responde torciendo la boca. Él y Caleb caminan a la mesa y esta vez, Chris se sienta a su lado.
—Sí, como tú digas. —Jasper rueda los ojos provocando una leve risa en Caleb.
🥀
Christopher mira a los hombres frente a él casi sin parpadear. Su rostro mantiene una expresión neutra y su mente está en blanco porque no puede pensar en nada que altere sus latidos ni siquiera por un segundo. Ellos esperan un error, cualquier tipo de señal que lo delate, pero el Celat es más listo y está preparado para lo que van a preguntarle.
—¿Qué sabes de Samuel? —Chris intenta lucir despreocupado y se acomoda el cabello, aburrido.
—No lo he visto desde hace algunos meses. Dejaron de enviarme en misiones así que mis armas están completas.

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Báthory
VampirCaleb vive una vida normal. Tiene un buen trabajo, amigos, un perro y un maravilloso novio. Pero, una noche Caleb descubre que su novio no es nada de lo que él imaginó y pronto su vida se ve envuelta en un torbellino de vampiros, licántropos y cosa...