— Eh, miren. Encontré este — aviso Adora desde el otro lado del estante con un vinilo de Madonna frente a su cara, simulando que la cabeza de la artista en la portada era la suya. — ¿Estoy guapa de rubia?
Me reí y seguí moviendo mis dedos para mover uno a uno los discos que estaba revisando. Había venido a una tienda de música del centro junto a las chicas de camino al trabajo. Era mi primer día de vuelta y se habían ofrecido a hacerme escolta para cuando llegara el momento de atravesar la puerta y regresar al día a día luego de haberme tomado unos días en casa.
— Un corte pixie pelirrojo te iría mejor — dijo Yara, haciendo lo mismo que la otra pero con un álbum vinilo de Bowie. — Con rayitos azules y todo.
— Lo pensaré — sonrió Adora, divertida. — El cabello corto ya me aburrió.
Con mi vista periférica vi a Yara revisar el reloj en su muñeca.
— Deberíamos irnos. Casi son las diez — aviso. — Tengo que ir a una prueba de vestuario antes del ensayo.
Salimos de ahí, siendo yo la única que había hecho una compra. Metí en mi mochila el álbum de The Velvet Underground que había conseguido desenterrar de una pila de viejos cds y me concentré en mentalizarme para ver a Yoongi de nuevo. Me lo iba a encontrar hoy, tarde o temprano, así que quería estar preparada.
Las chicas y yo nos separamos en el segundo piso. Tenía que ir al estudio con Donghyeok, así que fui a ello.
Para mi sorpresa, cuando entré estaban todos... Menos Yoongi.
— Hey — Namjoon, al verme, se enderezó en su asiento. — Hola, Mei.
Mierda, pensé, lo saben. Era obvio por la forma en la que todos me miraban. Lo único que esperaba era que no estuvieran al tanto de la razón.
— Hola, chicos — sonreí débilmente, yendo a la silla junto a Donghyeok, quien dio un par de aplausos burlones cuando me senté.
— Vaya, miren quién aparece por fin — dijo. — ¿Descansaste lo suficiente? ¿No quieres tomarte un par de días más para completar la semana de vacaciones?
Lo miré mal, pero al menos él no me miraba con pena y se mantenía siendo el tarado de siempre.
— Necesitaba un descanso de tu cara. Ahora, dime que tanto desastre has hecho en mi ausencia para arreglarlo de una vez — contraataque, haciéndolo sisear con fanfarronería.
Antes de que pudiera lanzarme otro comentario mordaz, alguien llegó detrás de mí.
— Lamento llegar tarde — dijo Yoongi, un poco falto de aire.
Parecería que había subido corriendo. Cuando me vio, me di cuenta por sus ojos que no esperaba verme todavía, sin embargo, balbuceo un pequeño hola en mi dirección y luego se fue a tomar asiento en el sillón donde estaban los demás. Carajo, pensé, pues se había formado un aire incómodo de repente. Si antes no había sido evidente, ahora era obvio. Todos sabían que ya no estábamos juntos.
Me quedé ahí, aguantando la estrechez en mi pecho. Hice todo lo que pude por ser fuerte y aguantar mientras los chicos iban pasando de uno a uno para grabar su parte de la canción en la que trabajabamos, pero cuando fue el turno de Yoongi y lo oí pronunciar su verso...
Me levanté de golpe. Yoongi no se dio cuenta porque tenía los ojos cerrados mientras rapeaba dentro de la cabina, pero todos los demás me vieron interrogantes.
— Voy por un café. ¿Alguien quiere algo?
Nerviosos, se miraron entre ellos.
— Eh, no, gracias...
Salí de ahí, satisfecha con la respuesta a medias de Seokjin. Por un momento me sentí mal por parecer grosera, pero esto estaba siendo más difícil de lo que había premeditado y no soportaba quedarme sentada escuchando la voz del chico al que, hasta hace una semana, podía permitirme amar.
En lo único en lo que podía pensar cuando veía a Yoongi era en la imagen que se había encargado de atormentar mi imaginación hasta hacerme caer en un vahído. Él recostado en alguna cama con una chica sobre su regazo... Besando su cuello, oliendo su piel, pasando sus manos por su cuerpo...
Era tortura. Era un maldito tormento.
De alguna forma logré llegar al área común que, para mi fortuna, estaba vacía. Me deje soltar algunas de las lágrimas que había estado sosteniendo de camino acá, pero al mismo tiempo me esforcé a mí misma por acallar mis nacientes sollozos. No podía hacer esto aquí, carajo. Estaba en el puñetero trabajo. Ya no era una niñata adolescente... Tenía que tragarme el dolor y demostrarme a mí misma que podía seguir siendo competente a pesar de lo mal que me sentía.
— Mei...
Sin girarme a la puerta pero identificando aquella voz, me limpie los ojos con la manga de mi suéter y me aclaré la garganta, en un débil intento de mostrar compostura.
— Hola, ¿cambiaron de opinión? ¿Quieren que les traiga algo de la cafetería?
Escuché pasos acercándose detrás de mí. Alguien me tomó del hombro para hacerme voltear con suavidad. Era Namjoon, y Hoseok venía con él.
En cuanto los tuve de frente me solté a llorar.
Era cercana con todo Bangtan, pero algo sobre ese par con el que compartía el año de nacimiento me hacía bajar mis barreras hasta el suelo. Namjoon, en especial, pues fue mi primer amigo de todas las personas que conocí aquí. Él me abrazó y me dejé sentir confort entre sus brazos.
— Yoongi nos contó el otro día...
Emití un sonidito de queja al escuchar su nombre.
— ¿Lo saben todo?
— No nos dio detalles. Solo nos dijo que lo dejaron — dijo Hoseok.
— Bien. Yo tampoco quiero darlos.
— Meiji, puedes hablar con nosotros. Lo sabes, ¿cierto? — continuó Namjoon. — Pudiste habernos llamado. Somos tus amigos.
Me encogí de hombros, separándome de él.
— No lo sé... Supongo que se siente como si estuvieran del lado de Yoongi. Es decir... No hablo de tomar bandos, pero ustedes están en un grupo juntos, después de todo.
— No es un divorcio, Mei — sonrió Hoseok. — No tienen que pelear la custodia de ninguno.
Namjoon asintió.
— Aunque queremos a Yoongi como a un hermano, tú también eres familia.
Intenté sonreír agradecida. Apreciaba sus palabras, pero no quería generar ningún tipo de fricción entre los chicos. No quería ser yo quien introdujera lo personal en el trabajo.
— Gracias, pero prefiero no hablar de lo que pasó.
— Entendemos — Namjoon me mostró sus hoyuelos en un gesto alentador. — Como sea, estamos aquí para tí, Mei. Y... No sé si te sirva de consuelo, pero Yoongi también la está pasando muy mal.
— Se hace el duro — coincidió Hoseok, — pero está hecho un lío.
Baje la mirada y talle un ojo con mi puño.
— Si, bueno... La verdad es que saber eso no es de mucha ayuda.
Nada borraba lo que me había hecho.
Absolutamente nada.
•••
Había decidido sólo actualizar un capítulo hoy pero me pareció cruel dejarlas con eso último cuando yoongi se va del departamento de meiji T.T así que aquí van otras tres partes para que (tal vez) les parezca menos ansiosa la espera por los siguientes capítulos mujajaja no sé si soy bondadosa o muy mala 😈
no olviden dejar sus votos si les gusta la historia, gracias x leer 🖤— Sofía
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so far away ☆ myg ✔️
FanfictionLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...