44. cesación ☆

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Cuando la fiesta ya estaba en las últimas, volví a encontrarme con el señor Bang y Hyowon. Los dos se notaban felices mientras conversaban y, al verme pasar junto a ellos, me hicieron señas para que me detuviera a hablarles.

— Meiji, estuve hablando con varios invitados luego del discurso y a todos les gusto tu número — me dijo el señor Bang. — Todos querían saber si debutarias pronto. No les di muchos detalles, pero creo que conseguimos dejarlos intrigados. Les pareciste encantadora.

— Si, bueno... Mi yo adolescente habría querido ser descrita un poco más ruda, pero por ahora eso me mantiene contenta — sonreí.

— Tendrás tiempo de mostrar otras facetas después — me dijo Hyowon.

El señor Bang me dio una palmada en el hombro.

— Bien hecho.

Luego se fueron, y me quedé satisfecha por recibir su aprobación.

•••

— No aguantó más los pies — exhaló Adora. — ¿Creen  que me gane miradas petulantes si me saco los tacones?

Mi amiga se sentó en su silla y dejó caer su cabeza hacia atrás, en cansancio. La chica se la había pasado bailando dos horas seguidas cuando la fiesta aún estaba en su apogeo. Yara, por otro lado, solo se rió de ella.

— Si no quieres apestar el lugar, mejor déjalos puestos — se burló.

— Cierra el pico — Adora arrugó todo su rostro. — ¿Cómo es que tú no estás exhausta?

— ¿Por qué estoy usando calzado cómodo? — Yara alzó sus cejas. — Te dije que no usaras esas zapatillas. Además, tengo mucho aguante. Soy bailarina.

— Ojalá fueras botarga, mejor — le soltó.

Me reí de ellas.

— Aún así tendría más condición que tú.

— Si, si — Adora manoteó el aire. — ¿Alguna podría ir arriba? Traje un par de zapatos bajos de casa para usar entrada la noche.

Yara y yo nos miramos rápidamente.

— Yo no — soltó rápidamente.

Suspire.

— ¿Dónde los dejaste? — le pregunté a la chica, poniéndome de pie.

Después de que me diera instrucciones, subí al segundo nivel. Adora había dejado su abrigo y bolso en una pequeña habitación, así que me dirigí allá sin poner mucha  atención en lo sombrío que era el lugar. Apenas había luz y el sonido de la fiesta apagándose era amortiguado por la distancia.

Cuando por fin divisé  las cosas de la chica en una silla junto a la puerta del balcón, pegué un brinco cuando una sombra me sorprendió a mi derecha.

— Joder, ¿qué estás haciendo aquí?

— Me canse de la fiesta — Yoongi se encogió de hombros, sentado en el sofá. — ¿Y tú?

Baje la mano de mi pecho.

— Adora me envió a buscar sus zapatos.

— ¿Está descalza en la pista? — el chico levantó una ceja, divertido.

Sonreí y caminé a la silla, pero antes de que pudiera tomar las zapatillas, Yoongi me tomó por detrás y me hizo dar una vuelta.

— ¿Qué crees qué haces?

Limitó su respuesta con una sonrisa y me tomó de la cintura.

— Le hago honor a tu canción. ¿No quieres bailar?

— Basta — me reí bobamente, pero de igual forma me colgué de sus hombros. — Eres un tonto.

Yoongi me hizo dar una vuelta y volvió a pegar nuestros cuerpos para empezar a mecernos gentilmente. Suspire y me aferre un poco más a él, manteniendo contacto visual. Su mano se levantó y me acomodo un mechón suelto de cabello detrás del oído muy lentamente. Las yemas de sus dedos se quedaron algunos segundos extra acariciando mi mejilla.

Oh, maldición, estaba colada por él hasta los huesos. Como si siguiera siendo el primer día.

— ¿Estaría loco si te dijera que quiero entrar a ese salón tomando tu mano sin que me importe una mierda quién nos vea o cuantas fotos nos tomen?

— Si, lo estarías — asentí, aún bailando con él. — Además, tu comentario ya no tiene mucho impacto ni mérito. Allá abajo no queda casi nadie.

Lo hice reír. Me quedé quietecita cuando acercó su cara a la mía para besarme. Suspire al sentir el contacto de nuestros labios y me fundí por completo en el beso.

— Te amo.

— Yo te amo a ti — respondí, acariciando su cabello.

•••

— ¿De dondé vienes, sonriendo como idiota?

— Toma tus zapatos — le dije a Adora, sentándome a su lado.

Yara alzó una ceja y las vi mirarse con burla entre ellas. Cuando Yoongi bajo casualmente la escalera un minutos después de haberlo hecho yo, las escuche soltar sonidos de entendimiento.

— Ah, ya veo. ¿Tuviste un rapidito?

Adora se carcajeó por lo que dijo la otra, pero las ignoré porque el chico y yo cruzamos miradas a lo lejos. Tal vez eran imaginaciones mías, pero note su andar un tanto inquieto. Lo vi acercarse a Taehyung y Seokjin, así que decidí dejarlo pasar cuando los observe empezar a conversar.

— Ya déjenme — les dije.

— Ah, el amor, el amor — canturreo Yara, todavía medio riendo.

Al cabo de un rato en el que más gente siguió yéndose, decidí ir al baño para después irme de una vez. No quedaba nada por hacer y en casa me esperaba una cama calentita.

Cuando salí del pasillo donde estaban los sanitarios, me topé con Yoongi.

— Eh, hola — le dije. — ¿Nos vamos ya?

— ¿Qué?

Fruncí el ceño. Lucía despistado.

— ¿Nos vamos? — repetí, dudosa. — Los demás se están por ir.

— Oh, no — negó. — Yo- tengo que ver al señor Bang.

— Ah — asentí, — bien.

— Me iré después.

— Bueno, de acuerdo. Estoy cansada, así que...

— Si, ve a casa. Nos vemos mañana.

— ¿Todo bien? — pregunte. — Estás raro.

— Todo bien — sonrió, pero algo en su expresión no me terminó de convencer.

— Bueno — accedí. — Adiós.

— Adiós.

Siguió su camino y me quedé viéndolo irse por algunos segundos. No iba a mentir, tuve un mal presentimiento.

— Mei-ah, vamos — me dijo Yara cuando regresó a la mesa. — Iremos por una hamburguesa de medianoche. ¿Vas con nosotras o vas a ir a jugar a la casita con tu novio?

Sonreí.

— Andando — accedí, y las tres comenzamos a dirigirnos al vestíbulo para salir. — Van a invitarme, supongo.

— Te compraré una malteada, guapa — dijo Adora.

so far away ☆ myg ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora