Las calles de la ciudad, a esta hora del día, estaban más infestadas que una colmena de abejas. Tal vez la razón por la que empezaba a haber tanta gente fuera era el agradable clima de inicios de primavera. La temporada de frío empezaba a terminarse y eso se podía notar en la conducta social. Se empezaban a ver bonitos vestidos florales y pantaloncillos cortos en todas partes. Aunque me encantaba el encanto del invierno, no podía negar que amaba la sensación de estar al aire libre en días como estos.
Camine con mi bolsa de las compras colgada en el brazo y mire al cielo un momento, con mi mascarilla puesta. Las nubes blancas y esponjosas que se paseaban allá arriba le daban el toque perfecto al día; era soleado, pero sin demasiados rayos cegadores sobre nuestros ojos.
Había salido al supermercado para comprar algunas cosas que me hacían falta en casa y había decidido ir a pie para disfrutar de la ciudad. A veces, por estar tan ocupada con el trabajo, me olvidaba de lo fácil que era salir y despejarte un poco.
Cuando llegué al centro de camino a mi tienda departamental preferida, empecé a toparme con la cara de Yoongi repetidas veces. En carteles pegados en paradas de autobús, anuncios en aparadores, pequeños videos en las pantallas de espectáculos... Todo eso para desearle un feliz cumpleaños. Sonreí al pensar en el cariño que debía tenerle alguien a una celebridad como para molestarse en arreglar este tipo de proyectos. La respuesta del público a los chicos no dejaba de sorprenderme, pero al mismo tiempo me parecía realmente obvia; eran tan buenos en lo que hacían y tenían personalidades tan transparentes y simpáticas que era imposible no tener un punto débil por ellos una vez que metías la nariz en su discografía.
Con Yoongi en el extranjero cumpliendo con su agenda como SUGA, habíamos tenido que pasar su cumpleaños lejos el uno del otro.
Nueve de Marzo.
Era increíble lo rápido que pasaba el tiempo. Parece que hubiera sido ayer cuando, el año pasado, lo desperté con un pastel de chocolate mal hecho. Se lo comió, aún así, pero cuando yo lo probé casi se lo escupo en la cara.
Había intentado llamarlo por la mañana, pero no me había contestado.
Mientras pasaba frente a los locales, pillé a un grupo de chicas sacándose fotos junto a un enorme cartel con una foto de Yoongi. Aparecía sonriendo ampliamente con su viejo cabello menta y por debajo llevaba un mensaje de felicitación.
De repente sentí una punzada en el pecho. Lo extrañaba terriblemente.
Antes de que mi corazón pudiera conectarse con mi cerebro, el dedo índice de mi mano derecha ya iba de camino a la pulsera en mi muñeca izquierda. Después de tocarla, me quedé quieta un par de segundos, con la esperanza de que se iluminara de inmediato, como respuesta.
Al momento caí en que era muy probable que Yoongi estuviera ocupado dando alguna entrevista o alistándose para algún compromiso, así que seguí mi camino sin ponerle mucho más empeño al asunto. Pero luego, mientras cruzaba la calle en medio de un grupo de personas, la pulsera se iluminó.
Y mi cara también.
Para cuando llegué a la esquina mi celular ya estaba vibrando en mi bolsillo.
— Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti... — empecé a canturrear apenas me lleve el aparato al oído, — feliz cumpleaños, querido novio, feliz cumpleaños a ti.
— Vaya, novio. ¿Eso somos?
Sonreí.
— Estoy en la calle y debe haber un montón de chicas celebrando tu día, caminando por aquí — me relamí los labios. — ¿Tienes una idea de la cantidad de anuncios y felicitaciones que hay para ti en JongnoGu? He levantado tanto el cuello que me siento una turista.
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so far away ☆ myg ✔️
FanfictionLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...