31. cruzando el mar del este ☆

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Las melódicas y rítmicas rimas de Tablo se vieron interrumpidas en el momento en que una videollamada entró a mi celular. Con un gesto de molestia, me resigne a que Don't Hate Me de Epik High dejará de sonar en mis oídos y me detuve en la orilla del camino para poder contestar. Al ver que lo que estaba en la pantalla era una foto de Yoongi, mi mueca enfadada se transformó en una sonrisa; una interrupción por parte suya era la única que podía consentir.

Luego de presionar el botón verde de la esquina derecha, un Yoongi de cabello verde menta apareció del otro lado. Parecía estar en una habitación de hotel, sentado detrás de algún escritorio. Llevaba puesta una camiseta negra de manga corta y, al verlo a los ojos, no pude evitar notar el leve cansancio que descansaba en ellos.

— Hola — salude, feliz de verlo. La última vez que habíamos hablado había sido hace casi dos semanas. Su agenda estaba tan ocupada que incluso un par de minutos hablando con él se sentían extremadamente valiosos. — ¿En dónde están ahora?

Lo observé pasarse una mano entre los cabellos y después comenzó a estirarse como si fuera un gato.

— Osaka — contestó. — Está noche es el último concierto antes de volver a Corea.

— Finalmente — sonreí, con un profundo deseo de poder tenerlo a mi lado de nuevo y ser capaz de decirle cuánto lo quería sin aparatos ni señales de mala calidad de por medio, — llevas tanto tiempo fuera que seguro ya te has olvidado de todos a los que dejaste atrás para irte a disfrutar del mundo. Los extraño mucho a los siete.

— Pero a mí más, ¿cierto?

— Por supuesto. Cuando te vas de gira me quedo sin nadie que me abra los frascos de pepinillos.

Yoongi siseo y esbozó una de esas sonrisas que extrañaba tanto. Casi me deshago sobre el asfalto.

— ¿Tú en dónde estás? — preguntó, con honesta curiosidad.

Antes de contestar verbalmente, giré la cámara y le obsequié una breve mirada panorámica de la locación en la que me encontraba. No había muchas personas cerca y la tenue luz del sol iluminaba radiantemente el agua del río. Regrese el enfoque a la cámara frontal luego de algunos segundos de permitirle observar el escenario.

— Vine a correr al río Han. Es hermoso a esta hora del día, ¿no te parece?

Yoongi se relamió los labios, reprimiendo una sonrisa coqueta, y se recargó sobre el respaldo de su silla giratoria.

— ¿Llevas leggins?

Lo mire con los ojos entrecerrados.

— Min — alargue la sílaba de su apellido retadoramente, a lo que él levantó ambas manos en señal de inocencia, aparentando juguetonería.

— Solo busco una imagen mental específica. Me gusta la precisión, eso lo sabes.

— Recién te mostré el paisaje.

— Necesito detalles, As. Es lo más pequeño lo que hace cobrar vida a la imaginación.

— ¿Necesitas saber de qué color son, también?

— Y el tipo de ropa interior que llevas puesta, si no es mucha molestia.

No pude evitar reír entre dientes. Me recargue contra el barandal metálico de color blanco que marcaba el camino para los peatones.

— Joder, ¿para eso la has llamado? ¿Para decirle majaderías? — me reí más cuando una segunda voz se escuchó en el fondo de la habitación. Hoseok no tardó en asomar la cabeza. Yoongi lo miró con cara de "si no te gusta vete de aquí", pero no le dedico ni una palabra. — Hola, Mei.

so far away ☆ myg ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora