so far away ☆ myg ✔️

41. d boy ☆

Aunque Yoongi llegó a Seúl unos días después, no pudimos pasar mucho tiempo juntos por el inicio de las grabaciones de AGUST D. Él estaba realmente emocionado por comenzar a materializar el trabajo en el que había pasado tanto tiempo pero también lo notaba nervioso ya que se trataba de la primera vez que creaba una pieza de trabajo completa por sí mismo.

El mixtape era algo en lo que llevaba pensando demasiado tiempo y me alegraba mucho que la agencia le diera toda la libertad creativa para el contenido y visuales. Las canciones tenían una crudeza típica de él, además de un tono mayor, más agresivo a su trabajo habitual.

Ya que el lanzamiento de Wings estaba a pocos días, lo notaba más presionado.

Aproveche los privilegios que me daba trabajar en BigHit y visité el set de grabación temprano en la mañana. Habrían varias tomas interiores, por lo que habría más privacidad al estar en un recinto cerrado.

Cuando llegué había un par de estilistas dando al rostro de Yoongi unos últimos detalles. Lucia excelente. Con su cabello platinado y ese outfit oscuro parecía casi otra persona, pero creo que esa apariencia se debía más a que se le notaba distinto. Como si su personalidad también se la hubiera configurado especialmente para esto.

Parecía estar muy adentrado en su papel.

La chica del staff que me había guiado a través del set tosió para llamar la atención. Cuando el chico me vio por fin, sonrió.

— Llegó la supervisora de producción — le hizo saber. Después me miró y se despidió con una reverencia para irse a seguir trabajando.

— Hola — salude al equipo alargando la última sílaba y me baje la mascarilla de tela que estaba cubriéndome la mitad de la cara. La señora que peinaba a Yoongi me saludó con amabilidad. — Vaya, excelente trabajo. Estas quedando lindo, para variar.

Yoongi soltó una simple y breve risa.

— ¿Estás aquí para vigilarme?

La estilista se marchó, así que me coloqué atrás de Yoongi, aún sentado.

— Para asegurarme de que el primer proyecto de Agust D vaya acorde al itinerario. Te aviso que soy muy estricta.

— Intrigante — sonrió, viéndome en el reflejo del espejo. — Todo va bien. Solo hace falta un plano para el final del video y una toma extra de mí recitando mi último verso.

— Luces fantástico — lo adulé, con unas ganas terribles de echármele encima. — ¿Podrías irte así vestido a casa?

Pasé las siguientes tres horas sentada en el set, intentando no ponerme a gritar como una fan loca cada vez que Yoongi la rompía. Observe el avance a través de los monitores.

— A a la G a la U a la S-T-D, A a la G a la U a la S-T-D, A a la G a la U a la S-T-D — el chico enunció con ritmo y vigor. — Cuando yo rapeo, todos ustedes se excitan por la tecnología de mi lengua.

Era como verlo en su puto elemento. Se volvía otra persona cuando interpretaba su música y eso era jodidamente ardiente. La pista sonaba y retumbaba con fuerza. Era agresiva, brusca, dura e intensa. Recordaba muy bien todas las sesiones de Yoongi en el estudio para dar con este resultado.

— Todos los que me acechan, son como fotocopiadoras, porque quieren copiarse de mí, no me importa quién mierda eres — lo vi acompañar sus palabras con ademanes que se encargaron de recalcar e intensificar todo lo que iba diciendo. — Un vago o un ratero, soy una mierda. Y voy a hacer historia en este terreno. Esos estúpidos que se hacen llamar raperos me tienen las pelotas hinchadas. Son como las moscas, y yo soy su comida. Están celosos y enfermos de mi talento.