Días después me decidí a escaparme un rato de la agencia con la excusa de que tenía que ir al médico. Mi hermano seguía sin contestar mis llamadas y mensajes, así que me sentía obligada a buscarlo personalmente.
A la hora en que él sale de la escuela me dirigí a su colegio. Me quedé frente a la puerta, cruzando la calle, y me dispuse a esperarlo. Los estudiantes aún no habían empezado a salir de clases.
Por alguna razón estaba nerviosa. No sabía cuál era la razón por la que no había podido contactarme con él, pero esperaba que no se debiera a problemas entre Eunji y mis padres. Sobre todo, esperaba que se encontrara bien.
Mi mano, de manera inconsciente, fue a parar a mi muñeca, sobre la que descansaba la pulsera que Yoongi me había obsequiado hace unos días. Sonreí como una boba al acariciar el dije con forma de estrella, y luego volví a levantar la vista para, por fin, encontrarme con Eunji.
Cuando él me vio pareció sorprendido, pero siguió su camino como si yo no hubiera levantado uno de mis brazos para saludarlo.
Eh, ¿qué mierda?
— ¡Eunji! — le grité, empezando a caminar para alcanzarlo. — ¡Eh, espera!
Al alcanzarlo, lo tomé del brazo y lo obligue a girarse hacia mí. Se resistió brevemente, pero terminó por enfrentarme. Dejó sus manos sobre las correas de su mochila y clavó sus ojos en el suelo, como si estuviera decidido a no mirarme.
— ¿Qué te pasa? — le pregunté, cansada de haber corrido hasta aquí. — ¿Mis papás te quitaron el celular? ¿Por qué has salido así luego de verme? ¿No me identificaste? No necesitarás anteojos, ¿o si?
— ¿Qué es lo que estás haciendo aquí? — me pregunto, con tono brusco.
En mi interior quise gritarle con molestia, pero me contuve.
— No había podido dar contigo — conteste. — ¿Qué es lo que te pasa?
— ¿De verdad te importa? — Su voz tenía un matiz cortante que era imposible de ignorar.
Incrédula, me quedé observando. No podía entender su actitud.
— Eunji-
— Solo vete — espeto. — ¿No es eso lo que querías?
— ¿De qué estás hablando?
— Ya lo sabes.
El chico hizo ademán de alejarse de mí, pero volví a detenerlo.
— Vas a decirme qué es lo que te pasa — hablé, — y me lo vas a decir ahora.
Eunji me miró con enojo en su rostro y algo dentro de mí se derrumbó. Él siempre me trataba con respeto, con admiración; no podía pensar en una sola vez en la que hubiéramos discutido seriamente. Pero ahora, algo había cambiado radicalmente. Podía sentirlo.
Antes de hablar, soltó un fastidiado suspiro.
— Ya no quieres ser mi hermana.
Fruncí el ceño, confundida. Pero no tardé mucho para darme cuenta de que se refería a la pelea de la otra noche. Debió haber escuchado todo lo que le había dicho a mi hermana dentro de mi casi colapso nervioso.
— Eunji-
— Y puedes irte. Eres libre — siguió. — Ya no tienes porque seguir pretendiendo que te importo. Si no quieres ser parte de la familia puedes irte lo más lejos que puedas.
Siseé por la manera en que malinterpretaba todo.
— ¿Pero qué ideas te han metido en la cabeza? Niño, no tienes idea de cómo ha sido para mí-
— Mamá siempre lo decía pero nunca quise verlo — me interrumpió. — Eres egoísta, Mei.
— Ya, veo que oficialmente te han lavado el cerebro — dije. — Lo que le dije a Woonji aquella noche no fue-
— Solo dijiste lo que sentías — bramó. — Está bien. Ahora todos podemos continuar.
— Eunji, mierda — exhale. — No iba dirigido a ti.
— Si no eres hermana de Woonji, tampoco eres la mía.
— Ya, señor literalidad — me burlé. — ¿Estás hablando en serio?
— Solo déjame solo — se alejó unos pasos. — Déjanos en paz y nosotros haremos lo mismo contigo. No tuviste problema con dejarnos atrás antes. Irte ya no debería ser difícil para ti.
Se giró y comenzó a caminar, dejándome con una sensación de congelamiento.
— Eunji — lo llame, pero el chico ni siquiera volvió a girarse.
Estaba decidido a dejarme ahí, sola, y lo vi desaparecer al doblar la esquina, como una cruel forma de dejar caer sobre mí la triste verdad. Desde hoy andaría por mi cuenta, definitivamente.
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so far away ☆ myg ✔️
FanfictionLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...