Los siguientes días fueron difíciles. Me alejé de todos, por un tiempo. Sentía que funcionaba como un robot. Despertaba, iba de camino a la agencia, pasaba la tarde en estúpidas lecciones de baile o de control de voz y después me encaminaba a mi trabajo en la tienda para luego volver a mi dormitorio e intentar dormir más de cinco horas, si tenía suerte. Debido a mi trabajo por las noches, a veces tenía que irme a la agencia para empezar a practicar desde muy temprano.
Era muy cansado. Sin dudas. Pero las semanas pasaron como si ni siquiera pudiera sentirlo.
A unos días de mi cumpleaños, empecé a sentir mi cuerpo con más normalidad. Había dejado de llorar todas las noches y había logrado evitar pensar en mis padres con frecuencia.
Siempre había amado mi cumpleaños. Solía ser mi día favorito del año. En la preparatoria, mis amigos me llenaban de golosinas durante el receso, y mi hermana me hacía una tarta de mi sabor favorito, sin falta. Este año, claro, no iba a tener nada de eso.
Desde la noche de la pelea, había llamado a mi hermano unas cien veces pero no lograba dar con él de ninguna forma. De tener tiempo, habría ido a buscarlo a la salida de la escuela, pero con el nuevo entrenamiento simplemente no tenía la oportunidad de hacerlo. Y estaba preocupada.
Había estado conviviendo un poco más con mis nuevas compañeras, pero debido a que todas terminábamos exhaustas luego de la práctica y también a que no me sentía con ánimos de tener pláticas profundas que nos acercaran más la una a la otra, no nos conocíamos muy bien, todavía.
La noche después de la pelea con mi hermana, había ido con Sun a contarle todo. Ella escuchó todo el relato y me consoló. Aún así, no pude evitar sentirla distante de nuevo.
Yoongi, por otro lado, siempre estaba ahí. No me atosigaba con preguntas ni con ningún comentario en referencia a lo que había visto aquella noche. Pero estaba a mi lado. Almorzaba conmigo a la hora de comer en la agencia y pasaba a saludar brevemente de forma continua a mi lugar en el estudio. Parecía notar mi decadente estado de ánimo, pero no me abrumada con ello. Únicamente se quedaba ahí, manteniéndose presente.
Solo esperaba que este sentimiento de pesadez se largara de una vez de mi corazón. Pronto.
•••
Ahora, había llegado mi día. Había despertado temprano para venir a la agencia, así que estaba en el estudio, sola, trabajando en unos viejos archivos que me habían pedido revisar. Hice una pausa para intentar contactar a Eunji de nuevo, pero el resultado fue el mismo. Dejé un mensaje de voz en su buzón, con el anhelo de que me contestara más tarde, pero algo en mi interior me dijo que eso no iba a pasar.
No Eunji, no familia. Ni siquiera hoy.
Mientras veía la pantalla del celular con rostro triste, sonaron unos golpes en la puerta abierta. Sonreí al ver a Namjoon, Hoseok, Tae, Jungkook, Yoongi, Seokjin y Adora. Una buena multitud para un estudio tan pequeño. El más joven llevaba un pequeño pastel en las manos, con una sola vela.
— Dios mío — me levanté, dejando que todos me rodearan.
— Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti — empezaron a canturrear todos. Uno de ellos apagó la luz del estudio, de modo que el fuego de la vela pudiera resaltar más. — Feliz cumpleaños, querida Meiji, feliz cumpleaños a ti.
Sonreí genuinamente por primera vez en varias semanas y soplé para apagar la pequeña llamarada de fuego. Seokjin y Tae tenían sus celulares en las manos, sacándome rápidas fotos.
— Gracias — les dije.
— Felicidades, Mei — Adora fue la primera en darme un breve abrazo.
Estaba segura de que todos podían notar lo mal que me había sentido las últimas semanas, por lo que era muy lindo de su parte organizar esto.
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so far away ☆ myg ✔️
FanfictionLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...