— Bien, tomen cinco minutos.
Suspire aliviada cuando el instructor nos dio la señal para tomar un descanso. Con las manos recargadas en mis rodillas, me dediqué a estabilizar mi jadeante y alterada respiración.
Taeri, mi compañera de dormitorio, se dejó caer al suelo, sentándose bruscamente. La observé beber de un tirón la mitad de su botella de agua.
Habían pasado varios meses desde la discusión que había tenido con Eunji y casi había logrado volver a sentirme como yo misma de nuevo. Desde aquel día no habíamos intercambiado ningún texto ni ninguna llamada pero, para bien o para mal, estaba empezando a sentirme como si eso fuera a lo que siempre estuve acostumbrada. Pero el problema, ahora mismo, era mantenerme de pie. Las prácticas me estaban matando. De poco a poco, sentía el dolor de mis articulaciones cada vez más latente.
La melosa tonada de la canción que habíamos coreografiado seguía impregnada en mi cabeza como si estuviera adherida con un pegamento industrial. Este pop brillante no era el tipo de música que solía escuchar por cuenta propia, pero era lo único que había oído durante el último mes.
— Hidrátate, Meiji.
Son Sungdeuk, uno de los instructores de baile y coreógrafos de la compañía, me pasó por un lado y se acercó al lugar en donde estaba conectado el equipo de sonido. Con mi frente sudando, me levanté e hice lo que me indicó.
— ¿Qué dices? ¿Ya soy la mejor de la clase? — con tono sarcástico y jadeante, me acerqué a él mientras abría mi botella.
— Podrías serlo, algún día — meneo la cabeza, con un gesto divertido. — Pero todavía te hace falta mover tu cara. Estas bailando, Meiji, no en algún ritual. Debes mejorar tus expresiones y sonreír más.
Me aguante la necesidad de rodar mis ojos.
— Escucha — empecé, — si alguna vez llegó a debutar-
— Ya lo estás considerando, entonces — sonrió.
— Si alguna vez lo hago — lo ignore, elevando un poco mi voz, — no sería la clase de artista que baila este tipo de coreografías. ¿Por qué mejor no me cambias a la clase B?
La sala de prácticas frente a esta albergaba a una segunda tanda de bailarines. Entre ellos, Jungkook, Hoseok, Namjoon, Yoongi y todos los demás. Incluso Yara, mi otra compañera de dormitorio, se encontraba de ese lado. Los había visto practicar varias veces pero ellos seguían una pauta distinta a la nuestra. A diferencia de nosotros, ellos bailaban hip hop.
— Ya hablamos de esto — me recordó.
— Solo digo — me encogí de hombros. — Creo que me motivaría más si bailo lo que escucho, ¡la música que en realidad me gusta!
— No tienes control de aire, ni de tono — inicio a enlistar con voz monótona mientras buscaba en la computadora la siguiente canción. — No bailabas antes de llegar aquí, así que tienes la soltura de un tronco y, por si fuera poco, te hace falta carisma al moverte. Créeme, si te dejo ir con los demás aprendices, lo único que harán será reírse de ti. Aquella es una clase para la que se necesita más habilidad.
Solté un bufido.
— Por Dios, pero si incluso Yoongi y Namjoon están ahí dentro — reclame.
— Así que imagínate el nivel de baile en el que estás tú.
Fruncí el entrecejo pero a él se le escapó la risa.
— Ya-ah, ¿y qué hay de ese chico nuevo? El de mejillas regordetas y ojos pequeños. ¿Por qué está en la clase B y no aquí, si recién llegó?
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so far away ☆ myg ✔️
Fiksi PenggemarLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...