Deje mi malteada sobre la mesa luego de haber sorbido por la pajilla una buena cantidad de su delicioso contenido. Lo único malo era que la conversación que estaba teniendo no era para nada parecida a ese agradable sabor. La mesa en la que estábamos sentadas era pequeña, por lo que nuestros pies, rodillas y piernas estaban tocándose por debajo.
— Tienes que arreglar las cosas con ella, Mei — me dijo Yara, después de que les relate lo que había pasado la noche anterior en el cuarto de Sungi.
— ¿Pero qué dices? — Adora arrugó la nariz. — Le dijo un montón de cosas nefastas. Ella es la que debe contactarse primero y pedir perdón.
— Estoy enojada, no lo niego — les dije, — pero al mismo tiempo... No quiero estar mal con Sun. Crecimos juntas y es como mi hermana. No quiero perder a nadie más.
— Por lo que nos contaste, parece que lo que ella te dijo se lo llevaba guardando desde hace mucho — observó Yara, — pero no creo que lo de no verte más como una amiga sea en serio, la verdad.
— Solo esperaré a que se calmen las aguas. Un poco de espacio nos vendría bien a ambas para aclararnos un poco. Ya la llamaré en algunos días.
— Si así lo quieres — Adora exhalo, — pero yo estoy lista para ir a darle un calentón, Mei, solo tienes que decirlo.
Sentí el puntapié que Yara le dio a Adora por debajo de la mesa.
— Ya-ah, ¿eres parte de una mafia o algo?
— Solo ofrezco mis incondicionales servicios de amistad. Cuando las atacan, lo siento personal, ¿bien?
— No sabía que fueras una matona — sonrió Yara, mordiendo la galleta de avena que se había comprado en la cafetería a la que habíamos llegado antes de venir a sentarnos en el área común de la agencia.
— Cuando creces con tres hermanos mayores aprendes a defenderte físicamente. Quieras o no.
— Joder, tu casa debe apestar — se burló Yara.
— Desde que me mude no tengo que soportarlo más — Adora se encogió de hombros y luego, cuando dirigió su mirada a la puerta, regresó sus ojos a mí, tomando un matiz pícaro y burlón. — Pero, cambiando de tema, ahí viene tu amorcito, Meiji.
Mire sobre mi hombro y me encontré con que Yoongi, Hoseok y Seokjin venían entrando a la sala. Iban entretenidos hablando de algo, así que no nos vieron directamente. Pero yo, al ver a Yoongi, sentí que mi corazón daba un vuelco.
Le había contado todo a las chicas porque sabía que serían las últimas en echarnos de cabeza con algún superior de la agencia (y además porque se olían que algo me pasaba con él desde hace días). Como buenas sabuesas del cotilleo llevaban sospechando sobre nosotros desde hace buen rato.
Con la velocidad de un rayo, desvíe mi vista de los recién llegados y me giré hacia ellas para hacerlas chitar.
— ¿Qué parte de que lo que les conté es un puto secreto no lograron captar?
— Ya-ah, nadie nos escucha — sonrió Adora, dándome una palmada en la rodilla.
— Tienes que contarnos cómo besa — Yara me sacudió el brazo. — ¿Es de los que muerden?
— Son un par de fastidiosas — suspire, para luego ponerme de pie.
— Meiji-ah — río Adora. — Estamos jugando, nada más. Vuelve acá.
Escuché los pasos de ambas venir detrás de mí, así que no me volví a girar. Sintiendo las mejillas sonrojadas, me atreví a ver hacia dónde estaba Yoongi, todavía muy cerca de la entrada. Él también me veía, mientras los otros dos seguían enfrascados en su conversación. Al pasar junto a él, me guiñó el ojo derecho, y yo no pude hacer más que sonreír bobamente sin dejar de mover mis pies, uno detrás del otro.
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so far away ☆ myg ✔️
FanficLo que más ama Song Meiji es hacer música, así que cuando decide perseguir sus sueños, no le queda otra opción más que ignorar todos los desaires y desánimos que la gente a su alrededor, incluida su familia, le hace cada vez que sus planes a futuro...