so far away ☆ myg ✔️

20. turbulencia ☆

Ese mismo día, por la tarde, me encontraba en la sala de prácticas. Estábamos calentando mientras llegaba el instructor. Adora, quien no practicaba pero que nos estaba haciendo un poco de compañía, se tiró al suelo.

— Las ganas que tengo de salir de fiesta — dijo la chica. — ¿No quieren hacer algo el fin de semana?

— ¿Cómo que? — pregunte.

Las agujetas de mis deportivas estaban sueltas, así que me agaché para atarlas.

— Yo que sé. ¿Algún bar en Itaewon? — suspiró, para luego mirar a Taeri. — Tú. Ya puedes tomar, ¿cierto? ¿Quieres ir por una cerveza y pollo frito en la noche?

Taeri sacudió la cabeza.

— Aún no tiene diecinueve — reí.

— ¿Qué se supone que hagamos con ella, entonces?

— Ya-ah, que no todo en la vida es alcohol — estire mis brazos hacia arriba y luego hacia los lados.

— Podríamos ir a ver una película — propuso Taeri, con voz dulce. — O al centro comercial.

— Me gustan las palomitas de maíz — musito Adora, considerando seriamente la idea.

— Pues ya está, plan hecho — sonreí. — Irán al cine.

— ¿Tú no vienes?

— Creo que hoy volverán a trabajar hasta tarde en el estudio — expliqué. — No me puedo ir.

— Vale, entiendo. Que haré de niñera — Adora miro a Taeri, quien continuaba estirando la parte superior de su cuerpo.

— Yara podría ir también — la tranquilice.

Sabía que, aunque las dos presentes se llevaban bien, Taeri podía llegar a desesperar un poco a Adora con sus charlas sin sentido.

La escuche soltar un suspiro.

— Me urge un novio.

— Unni, la pasaremos bien — ánimo Taeri, sonriendo. — Yo compraré las malteadas, ¿qué dices?

Adora terminó esbozando una sonrisa, pues la menor podía ser muy tierna cuando se lo proponía.

— Bien — le dijo, volviendo a recostarse. — Eh, por cierto, Meiji, escuche lo que grabaron por la mañana.

— Me niego a que quede en la versión final.

— ¿Pero escuchaste cómo quedó? — preguntó. — A mí me parece mono. Le va bastante bien.

— Supongo que ya lo decidirá alguien más.

— ¿Una canción para los chicos? — preguntó Taeri. — ¿Saben cuál es mi canción preferida, de ellos? — ni siquiera la mire, pues sabía que nos iba a contar de todas formas. — Caramel macchiato...  Tu aroma sigue dulce en mis labios.

— Esa es buena — coincidió Adora. — Pero mi favorita sigue siendo Attack on Bangtan. Es gracioso verlos ensayar.

— Se ponen como animales — reí, recordando la vez que casi rompen un puto micrófono.

Luego, de repente, una exclamación ahogada salió de los labios de Adora.

— Mierda.

— ¿Qué? — la mire. Adora, en lugar de hablar, se limitó a pasarme su celular, en donde tenía abierto el buscador, con una nota de la prensa en pantalla. Al leerlo, suspire. — ¿Otra vez?

— Las jodidas fotos conceptuales — gruñó ella, — como si los uniformes escolares no fueran una elección popular.

Le pase su celular y tomé el mío, para ir a mi cuenta de twitter. Efectivamente, había varías tendencias con la etiqueta de Bangtan Sonyeondan, en donde se les acusaba de plagio hacia otra agrupación masculina. Este tipo de acusaciones habían estado presentes desde su debut, por cualquier pequeña cosa. En esta ocasión fue por usar uniformes escolares en sus promociones y en el último video musical que se había estrenado.