- oh Dios mío... qué ha ocurrido aquí - dijo el padre asombrado por el destrozo de la casita de herramientas.
- esto... - empezó María.
- ha sido un rayo - intervino rápido Franco.
- ¿un rayo?
- eso, un rayo - le siguió la corriente María. - wow, menudo rayo.
- seguramente fueron dos rayos - intervino César de repente.
Todos le miraron, el padre algo confundido y sus hermanos molestos por su comentario.
- sí, papá, anoche hubo tormenta seguramente tuvo que ser un rayo... o dos... yo qué sé...
- no he oído rayos
- eso es que duermes bien, lo cual es bueno, las pastillas que te dio el médico funcionan, me alegro... y en cuanto a esto... - miró el destrozo - los chicos y yo lo limpiaremos.
- eso, no se preocupe nono, nosotros nos encargamos.
- oh Dios... apenas ha quedado alguna herramienta bien... - dijo apenado el padre mirando los destrozos.
- compraré más papá - María le dio una palmadita en la espalda - no te preocupes...
- pero cariño...
- tranquilo papá, tengo ahorros - le sonrió para que dejara de preocuparse - ahora ve a dar tu paseo de las mañanas, ya sabes que no te puedes escaquear, te lo mandó el médico... yo me quedaré limpiando esto...
- vale hija, pero no os esforcéis mucho, con paciencia
- sí papá, anda ve
El padre se fue andando con su bastón.
María suspiró de alivio.
- a ver, escucharme bien - se dirigió a los hermanos - me da igual que vengáis de otro mundo, cielo, paraíso o de donde coño sea
Leo estaba a punto de decirle algo.
- ni se te ocurra Leo - le fulminó con la mirada - a lo que voy, es que pienso cobrarme lo que me gaste en herramientas, ¿vale? estoy ahorrando, necesito el dinero, así que ya estáis llamando a la central de los angelitos para que os hagan un cheque o buscáis trabajo o que os venga en gana, pero con el dinero no juego - dijo seria.
Los hermanos quedaron impresionados por su valentía y actitud. Pero no dijeron nada. María suspiró exasperada y se llevó una mano a la cara.
- seguro que no sabéis ni siquiera qué es el dinero.
- oh, te equivocas, sí sabemos lo que es... - dijo César.
- cómo no conocer una de las razones por las que tantas maldades ocurren en este mundo - habló Leo - no somos idiotas. Te lo devolveremos. - dijo serio y se puso a recoger.
Los demás hermanos le imitaron y María se quedó algo pensativa por lo que había dicho.
Estuvieron toda la mañana limpiando.
- oye María, una pregunta - dijo César mientras recogía. - qué se supone que es Franco para Nono, es decir, qué le habéis dicho para que se pueda quedar en tu casa.
- le dijimos que es un amigo que ha venido a hacer voluntariado...
- ¿voluntariado? qué es eso
- trabajar sin cobrar, con un motivo caritativo
- Mmm - asintió César.
María alucinó con lo rápido que acabaron, era evidente ya que podían cargar toneladas de peso o recoger cualquier cosa afilada u oxidada sin apenas cuidado.
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Seres caídos del cielo.
FantasiTres hermanos ángeles son desterrados a la Tierra injustamente. Tienen un plan y lo ejecutarán poco a poco con la ayuda de un par de humanos. Sin embargo, como en toda buena historia, los planes tienen fugas, imprevistos y en esta incluso romances i...