51

40 3 0
                                        

Nono, Carlota y César parecían tres niños metiendo todo lo que veían en el carrito. 

Estaban el centro comercial haciendo la compra de adornos navideños. 

María y Nicolai parecías también emocionados por la compra. 

Leo y Franco se encargaban de llevar cada uno un carrito, que poco a poco se llenaba con todo lo que metían los demás. A menudo discutían por la cantidad de cosas que estaban metiendo. 

María se percató de que Nicolai solo metía un par de cosas en una cesta que llevaba él.

Se acercó al vampiro. 

- qué es eso - dijo simpática mirando la cesta. 

- oh, es para mis casa... nunca la había adornado... así que necesito un par de cosas - sonrió. 

- solo has puesto un par de cosas, ¿solo eso? 

- es que tampoco es muy grande, y no tengo energía de sobra... 

- a mí me encantaría que vivieras con nosotros 

Nicolai le miró sorprendido. 

- ¿en serio? 

- ¿te gusta vivir en el bosque? 

Él se encogió de hombros sin saber qué decir. 

- pues si algún día piensas en mudarte, nuestra casa es tu casa - dijo simpática mientras cogía una bola de navidad. 

Nicolai asintió sonriente y agradecido. 

- y porfa, no te cortes en meter lo que te de la gana en los carritos, de todas formas te han arrastrado a ti también para adornar, quiero que seas parte de esto 

El vampiro la miró y asintió sonriente. 

Giró la cabeza y vio un hinchable gigante de un Santa Claus muy gracioso. 

- qué te parece eso 

María lo miró y rió. 

- creo que será perfecto - se giró - oye chicos - señaló el hinchable - nos lo llevamos. 

César, Carlota y Nono sonrieron a la vez y fueron emocionados. Leo y Franco se quedaron de piedra al verlo. 


Carlota daba saltitos de emoción mientras todos traían cajas y cajas de adornos a dentro de la casa. 

- todavía no puedo creer cómo ha entrado todo en los coches - dijo Leo malhumorado mientras cargaba varias cajas.

- sencillo, porque llevamos cuatro coches - dijo Franco mientras apoyaba un montón de cajas en la mesa del comedor. 

Nicolai apareció con otro cargamento. 

Franco fue hasta él para ayudarle, pero este le esquivó y le miró. 

- soy más fuerte que tú, no intentes pensar lo contrario - le sonrió al ángel. 

Franco se quedó de piedra ante su comentario y sonrió divertido. 

- ¡vale chicos! ¡tenemos el día entero para hacer que esta casa se vea como la mejor casa adornada de Navidad del país! - habló Carlota. - ¡a por ello! 

- ¡sí! - gritaron los emocionados del grupos. 

Leo y Franco se limitaron a ver todo el trabajo que les quedaba por hacer. Suspiraron a la vez. 

Las horas pasaron y pasaron. 

Todos estaban inmersos en adornar la casa. Carlota puso música navideña. Las cajas iban y venían, parecía que no tuviera fin. 

Ninguno se escaqueó. Todos ayudaron y lo dieron todo para que quedaran todo perfecto. 

Leo y Franco que parecían los menos emocionados, siguieron a rajatabla las indicaciones de Carlota. 

El árbol era gigante y lo decoraron entre risas y anécdotas. 

Terminaron a las casi diez de la noche. Apenas descansaron, pero el resultado mereció la pena. 

Todo quedó precioso. 

El encendido de las luces lo hicieron juntos al final y gritaron y aplaudieron de emoción al ver lo bonito que había quedado. 


Tras ellos, Nono decidió preparar chocolate caliente. 

Carlota y César entraron a casa también. 

María se acercó a Nicolai. 

- quédate a dormir 

- oh, no, debería ir a casa, no quiero molestar 

- no molestas Nico, es más, nos hace ilusión que te quedes, podríamos ver una peli - dijo ilusionada.

Nicolai la miró y sonrió, pensando en su oferta. 

- otro día, estamos todos muy cansados, y de verdad que no quiero molestar 

- cómo te lo tiene que decir para que te enteres de que no molestas - dijo de repente Franco a su espalda. 

Nicolai le miró. 

- hay espacio de sobra en esta casa - hizo una pequeña pausa - además hace frío y puede que las carreteras empiecen a helarse. No te vas a ir a ningún lado - le dijo decidido. 

Nicolai puso los ojos en blanco y luego sonrió a María. Ella le sonrió ilusionada y le cogió de las manos. 

- ¡qué bien! - dijo arrastrándolo dentro de casa. 

Franco se lo quedó mirando. 


Se pusieron a ver la película y como era de esperar, todos acabaron dormidos a los diez minutos. 

Nicolai ayudó a llevar a Nono a su cuarto. 

César se encargó de Carlota. 

Y Leo de María. 

Cuando el mayor de los ángeles dejó a la joven en su cama, se preocupó de arroparla con el edredón. 

Luego le acomodó la almohada y oyó un sonido raro, se extrañó y miró qué había debajo. Se encontró con el dibujo del retrato que había hecho de él el otro día María. 

Leo se quedó viéndolo, estaba doblado, parecía que lo hubiera usado mucho estos pocos días, y verlo debajo de su almohada le hacía pensar que a lo mejor lo veía antes de dormir. 

Dejó de ver el dibujo y se concentró en ella. La admiró por varios segundos en silencio, la observó dormir plácidamente. Capturó cada detalle de su cara. 

Acercó su mano y con un dedo acarició delicadamente su mejilla.

El ángel regresó a la realidad y se alejó, suspiró y se puso de pie yendo a la puerta. 

Antes de apagar la luz de la lámpara la miró por última vez y cerró la puerta. 


Nicolai y César conversaban tranquilos en el cuarto donde iba a dormid Nicolai. Franco entró y se sorprendió para mal ver a su hermano pequeño allí. 

- hola - saludó el vampiro. 

- ¿te unes a al tertulia?

- de qué hablas - le dijo seco a su hermano pequeño. 

- Nico me estaba contando sobre cómo es la Navidad en los humanos - explicó a su hermano - al parecer es una gran acontecimiento 

Franco apartó un poco a César y se sentó cerca de Nicolai en la cama. 

- supongo que lo es porque es una época de amor y unión familiar - dijo Nicolai. - a ver, tiene mucho que ver el capitalismo, las empresas y sus intereses, supongo, pero quiero creer que hay más, al fin y al cabo, a los humanos nos mueve el amor y sentirnos queridos por otros - dijo pensativo. - la navidad es época de querer y reconciliarse, por eso es tan importante para muchos 

Leo apareció con gesto serio. 

Todos le miraron. 

- tenemos que hablar. - sonó intimidante.

Seres caídos del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora