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María despertó en una cama de hospital, estaba conectada a varias máquinas. La cabeza seguía doliéndole, pero se encontraba mucho mejor.

Miró alrededor y vio un lujoso cuarto de hospital. Intentó recordar qué había ocurrido, pero la voz de Leo por detrás de la puerta llamaron su atención, podía verle por una gran cristalera que daba al pasillo, ahí estaba Leo y delante suyo un médico.

- quiero que le hagan todos los chequeos posibles

- señor, ya le hemos hecho los correspondientes... todo está correcto... - dijo intentando enseñarle los documentos con los resultados.

- he dicho que le hagáis todos los chequeos

- pero señor... - el médico se veía algo asustado.

- ¡Leo! - lo llamó la joven en la camilla.

Leo giró la cabeza al segundo y la miró por la cristalera. Sus ojos se encontraron. Acto seguido, el ángel dejó al médico hablando solo y fue deprisa a donde estaba María.

- ¿estás bien?

- Leo...

- ¿estás bien?

- estoy bien, estoy bien - intentó calmarlo.

El médico entró también.

- cómo se encuentra señorita María...

- bien doctor, estoy bien, me sigue doliendo un poco la cabeza pero nada que ver a como estaba antes, gracias

- le hemos hecho un análisis de sangre, otro de mucosa nasal, una eco - empezó a mirar algo raro hacia el lado donde estaba Leo. María frunció el ceño extrañada por que le hayan hecho tanta cosa y supuso que había sido cosa del jefe cascarrabias.

María miró a Leo y entrecerró los ojos. Este no le hizo caso.

- y los resultados muestran completa normalidad, le hemos dado un analgésico

Leo suspiró molesto y miró hacia otro lado frustrado.

- suponemos que puede haber sido una bajada de azúcar repentina o un cambio hormonal inesperado, ¿está usted embarazada?

María miró sorprendido al doctor y luego a Leo.

- oh, bueno, disculpen, no sé si he metido la pata entre ustedes dos... pero necesito saber si esperan un hijo

María volvió a mirar al médico aún más sorprendida por su insinuación.

- ¡oh no! por favor, nada de eso, eh... - María se sonrojó. Leo permaneció serio. - esto... ¡no! no estoy embarazada... - rió falsamente - no lo estoy, cien por cien segura doctor - sonrió nerviosa.

El doctor asintió sin saber qué había ocurrido. Se creó un silencio algo incómodo que rompió el médico.

- puedo recetarle más analgésicos para el dolor de cabeza y si usted se encuentra bien podría darle de alta ahora mismo 

- bien, gracias doc... 

- de eso nada - intervino Leo - quiero que le hagáis más chequeos 

- pero señor... 

- ecografías, un Tag

- Leo... 

- análisis de orina, parasitológico, inmunológico, endocrinológico - siguió recitando dejando a cuadros al médico.

- ¡Leo! - gritó María avergonzada. Leo calló y la miró. - se acabó, ¡fuera! 

- pero 

- ¡fuera! - dijo roja como un tomate. 

Seres caídos del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora