- déjate de mierdas
- Nicolai... - el gran jefe se acercó a él, pero el vampiro se alejó.
- no te acerques
Quiata suspiró.
- he venido aquí porque necesito tu ayuda - dijo serio Nicolai.
- y pretendes que te la de así sin más - hizo una pausa - creía que me conocías mejor
- me debes una
- YO NO LE DEBO NADA A NADIE - gritó furioso y tiró con fuerza el vaso de cristal a la pared cerca del vampiro detrozándose en mil pedazos.
Se hizo el silencio. Quiata respiraba nervioso, Nicolai permanecía calmado y sereno.
- si no has venido para quedarte, vete
- no me voy a ir
- pues quédate, vuelve conmigo, a mí lado - se acercó lentamente al joven - yo te daré todo lo que necesitas, te daré todo lo que tengo, como antes, tú y yo, ¿recuerdas? - le susurró a pocos centímetros de su boca y le acarició lentamente la cara.
Nicolai permanecía quieto.
- vuelve conmigo, vuelve...
El vampiro le miró por unos segundos intensamente, luego se alejó despacio. El hombre lobo gruñó.
- qué quieres que pueda darte - habló Nicolai serio - no pienso volver contigo, pero necesito esa información
- cuan de importante debe ser ese humano para que hagas todo esto - respondió serio y enfadado.
- qué quieres
En un instante, Quiata tenía agarrado por el cuello a Nicolai.
- ¿me has reemplazado por una mierda humana? - sus ojos estaban inyectados en rabia y furia.
Nicolai se quejó un poco, pero aguantó sin decir nada.
- ¡contesta! - le lanzó a un lado. El vampiro cayó sobre una mesa de billar.
Mientras se levantaba de la caída, el mafioso hablaba en bajito.
- yo te di todo, yo te lo di, pude haberte matado, pero no lo hice, te dejé vivir, te permití vivir, y hasta te amé, ¡por qué no eres capaz de hacer lo mismo por mí! - gritó desesperado.
Nicolai siguió callado mirando hacia otro lado.
Entonces, el vampiro recibió inesperadamente un zarpazo en la cara tirándolo de nuevo al suelo. Nicolai gritó de horror y se llevó las manos a la herida.
- ¡joder! - gritó dolorido.
- ¡vuelves aquí como si nada y esperas que te ayude! ¡cuando me abandonaste!
Los ojos de Quiata tornaron a un amarillo tenebroso, sus garras y colmillos tomaron una apariencia horrorosa y entonces hizo el amago de nuevo de darle otro zarpazo.
Pero esta vez, Nicolai le detuvo agarrándose del brazo con fuerza y enfado, luego lo empujó con tal fuerza que cayó sobre un mueble rompiéndolo en parte.
Nicolai se por él y le agarró del cuello y le aceró la cara a la suya.
- yo no te abandoné, teníamos un trato y lo cumplí
- eres una maldita rata de mierda - le escupió en la cara y Nicolai lo soltó alejándose asqueado.
Se limpió la cara y le miró, pero en ese momento, Quiata le propinó un puñetazo en la cara mandándolo a la otra punta del despacho.
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Seres caídos del cielo.
FantasyTres hermanos ángeles son desterrados a la Tierra injustamente. Tienen un plan y lo ejecutarán poco a poco con la ayuda de un par de humanos. Sin embargo, como en toda buena historia, los planes tienen fugas, imprevistos y en esta incluso romances i...