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Acto seguido de salir de la casa de María, Nicolai fue a su piso para preparase para ir en busca del contacto.

No se dio cuenta de que había dejado la puerta abierta.

Se dio prisa en dejar todo lo necesario encima de su cama y fue un momento al baño. Al regresar se encontró con la figura de Franco cogiendo algo de lo que había dejado en la cama.

- joder... - se sobresaltó parcialmente el vampiro pero sin perder la compostura. - qué haces aquí

Franco tardó en responder.

- dijiste que irías a ver a un licántropo

- así es, es mi contacto

- ya - respondió el ángel con sarcasmo - y desde cuando ellos y los vampiro se llevan bien

- ¿qué?

- desde cuándo

Nicolai tragó saliva algo nervioso entendiendo a lo que se refería.

- sé lo que hago

- ya, y por eso llevas una de estas, ¿no? - le enseño lo que tenía entre las manos que había cogido de la cama, una pistola.

El vampiro no supo qué responder, apartó la mirada.

- iré contigo

- ¿qué? ¡no!

- he dicho que iré contigo

- joder Franco, si ya es peligroso que vaya un vampiro imagínate un ángel

- error, ángel desterrado

- no vas a ir

- necesitarás a alguien que te vigile las espaldas

- no puedo arriesgar tu vida

- no es tu problema Nicolai, no estamos trabajando, no soy tu superior, somos iguales

Se miraron el uno al otro. El vampiro parecía nervioso y fastidiado. Franco permanecía sereno y seguro.

Nicolai suspiró y se acercó lentamente hacia él, se plantó a pocos centímetros de Franco y le miró con intensidad.

- en ese caso - hizo una pausa - más te vale no estorbar - le quitó al arma de las manos y se alejó. 


María permaneció despierta el resto de la noche, tuvo que fingir normalidad con su padre y su amiga para que no se preocupasen. 

- ¿cómo que te vas de viaje? - preguntó Carlota sorprendida. 

Nono estaba igual de impresionado. 

- es que... unos viejos amigos han venido de visita y me han invitado a su chalet en la sierra... serán solo un par de días, o eso espero... 

La amiga y el padre no entendían nada. 

- pero... ¿así de repente? 

- sí... 

- ¿qué amigos? 

- oh, unos que tú no conoces... esto... son... de un intercambio que hicieron en el instituto... 

- yo fui contigo al instituto y apenas hablamos con nadie del intercambio - intervino Carlota. 

- ¡ya! pero yo sí que hice unos amigos... en el baño... una vez... nos caímos muy bien - rió nerviosa. - esto... me vendrá bien unos días fuera, para inspirarme y eso

- pero cariño, ¿crees que es buena idea? ayer te desmayaste y tuviste una horrorosa pesadilla - habló el padre. 

- lo sé, pero ya estoy bien, estoy perfecta, dormí después y no volví a tener ninguna otra pesadilla... - mintió - y me siento muy bien, completamente recuperada de la resaca... - sonrió falsamente. 

Seres caídos del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora