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María y César entraron a la carpa escoltados por los mismos cuatro hombres misteriosos que trajeron a Leo. Los ojos de ella reflejaron el asombro al ver el interior mágico. 

Le habían desatado las piernas, pero sus manos seguían atadas. 

César observó el interior desconfiado. 

La mujer de bajita de pelo afro esperaba junto a Leo en el centro de la tienda. 

Ella abrió los brazos y fue a darles la bienvenida sonriente. 

Leo la siguió de cerca con el ceño fruncido. 

- tú debes de ser María... - dijo la señora dirigiéndose a la joven. 

César se interpuso y se colocó delante de María cortándole el paso a la mujer. Esta le miró algo ofendida. 

- ¿y tú eres?  

- es mi hermano César - respondió Leo.

- otro angelito más, ¿te apartas, cariño? 

César miró a Leo, este le asintió levemente. 

El pequeño de los ángeles se giró a regañadientes. 

La bruja sonrió a la joven. 

- menudos guardaespaldas te has conseguido, eh - le guiñó un ojo. 

María la miraba algo asustada. 

- mi nombre Keta, encantada - le ofreció una mano. 

La sonrisa de la bruja se torció al ver que las manos de la humana estaban atadas. 

- oh, cariño, algo me dice que muy bien no te has portado 

- es por seguridad - respondió la joven apenada. 

Leo la miró. 

- en fin, ¿tú eres María? 

- sí, señora

- ¡por Dios! ¡nada de señora! apenas tengo trescientos años - gritó de risa. 

María se la quedó mirando algo sorprendida. 

- a ver... quiero verte bien... - se acercó a mirarla más de cerca. César y Leo se tensaron. 

La mujer miró a los ojos de María intensamente, la joven se quedó inmóvil ante su penetrante mirada. 

Leo al ver que María estaba hipnotizada se acercó con paso firme y gesto enfadado. 

- qué coño haces 

- sh sh sh sh - le mandó callar la bruja como si nada. - está ahora mismo bajo mi poder, así que no hagas ninguna tontería - le amenazó sin dejar de mirar a la joven. 

Leo apretó los dientes y puños con furia. 

- oh, por favor, deja la sospechas, no voy hacerle daño, tan solo quiero mirarla un poco más de cerca - le excusó arqueando los hombros a la ves que le dejaba de mirar a María. 

La joven volvió a la realidad. 

Leo se acercó a ella. 

- ¿estás bien? - le preguntó. 

María asintió algo mareada. 

- es un ser de luz, buena, amable, simpática, protege a los suyos, le gusta ayudar a los demás... já, el blanco de todo demonio - rió la bruja mientras caminaba por su tienda. - entiendo vuestro afán por ella - hizo un pausa y se giró a mirar a los ángeles - es el ejemplo de humano que necesitáis para vuestro plan 

Seres caídos del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora