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El equipo se puso manos a la obra. Por el momento, el proyecto era secreto, no debía rebelarse al público hasta que tuvieran al menos la base de la empresa. 

María se puso con Carlota para hablar sobre los diseños que tenía en mente. La joven hizo unos primeros bocetos, luego fue perfeccionando las técnica poco a poco hasta lograr el resultado esperado. 

Leo le mandó repetir todo, no le convencía los modelos ni la forma de los dibujos. 

Las chicas se decepcionaron un poco.

Hubieron varios intentos más que fracasaron hasta que Leo le ordenó ir a la playa. 

- qué hacemos aquí Leo 

- quiero que observéis 

Las amigas arquearon una ceja algo confundidas y se pusieron a mirar los alrededores. Era Domingo por la tarde, hacía muy buen tiempo y la playa estaba a rebosar. Había mucha gente, niños jugando y riendo, familias conversando, gente jugando al voley playa o a las palas, otros haciéndose fotos en el atardecer... 

- qué se supone que tenemos que observar 

- todo 

Las chicas le miraron sin entenderle. 

- mirad a la gente, mirad sus ropas, los diferentes estilos, colores, texturas, tallas... 

- vale, y qué 

- eso es lo que quiero, quiero diversidad, variedad, quiero que nuestra ropa sea para todo tipo de personas, cuerpos, personalidades, orientaciones, carácteres... - explicó Leo según miraba el ambiente. 

Carlota y María empezaron a entender a qué se refería.

- lo que vosotras me estáis dando son diseños de moda, algo que es efímero. Yo quiero proyectar nuestra marca hacia otro lado, donde se muestre que la moda no solo es para modelos con cuerpos de determinada talla, no, eso no es lo que quiero. Quiero que la gente se sienta identificada con nuestros diseños y ropa, todo tipo de gente. 

Las chicas se quedaron calladas comprendiendo lo que decía, miraron una vez más a la gente, luego se miraron entre ellas y se sonrieron. 

- vale, me gusta la idea, danos una semana y mañana mismo... 

- aquí tenéis lo necesario para empezar - dijo dándoles una mochila con cuadernos y lápices. 

Acto seguido se fue dejándolas con sorprendidas y con la boca abierta. Las chicas rieron. 


La empresa iba viento en popa. 

Un día, mientras María estaba en la mesa del salón que se había convertido por el momento en su estudio de trabajo, todo lleno de papeles, bocetos, lápices, restos de goma, apuntes, notas... Apareció Franco comiéndose un mango. 

- cómo vas 

- hasta arriba de trabajo... - suspiró María. - jamás imaginé que dibujar se me haría más cansado que trabajar en la discoteca - dijo entre risas. 

Franco sonrió. 

- adivina de qué me he enterado 

- de qué 

- sé de dónde viene mi nombre 

María alzó la vista y le miró con las cejas arrugadas. 

- ¿un dictador?

- error, es de un personaje de mi telenovela favorita, es una pena que también coincida con el nombre de un dictador de hace no muchos años, pero se me hacía gracioso el contraste - sonrió. 

Seres caídos del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora