Ni lo sueñes. I

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Seguía con la mirada cada uno de los movimientos que hacía Laura por toda la habitación mientras me tiraba en el sillón al lado de Sam que imitaba mis movimientos. Ni siquiera nos había hablado de su noche de bodas que, por su enorme sonrisa mientras recogía, debió de ser espectacular, y llamándonos nos citó en su apartamento para contarnos todo antes de irse. Pero hasta el momento solo nos había dicho "Hola" al mismo tiempo que llevaba ropa de un lado para otro. ¡Que se iba una semana! Gritó mi mente al ver como se sentaba sobre la segunda maleta para cerrarla con mucha concentración. Eso sin contar las bolsas pequeñas llenas de potingues estéticos.

Sam era otra. La pobre tenía la cara más larga que le había visto en mucho tiempo, y unas ojeras que parecían querer llegar al suelo para barrerlo.

Al parecer la más normal era yo y eso contando que no había podido dormir casi nada pensando en el idiota de la piscina. Lo más increíble es que me desvelara por aquel tipo cuando me había amargado la noche. Tal vez... no... seguro, que no me lo había podido sacar de la cabeza porque era irresistiblemente sexy y tenía una mirada que era...

- ¡Terminé!- exclamó Laura sacudiendo sus manos y mirando con satisfacción y orgullo el trabajo que había realizado. Las maletas las había hecho, sí, pero había dejado la habitación y el baño hecho unas porquería. Solo por dos maletas de nada-

- ¡Aleluya!- respondió Sam saliendo del mismo trance que el mío. Bueno, puede que no el mismo, pero si similar al que tenía. O por lo menos eso esperaba para no ser la única negada a la que le había pasado algo anoche- ¿Cuándo nos vas a contar esa increíble noche?- por primera vez en el día, puso en marchar su picardía, sacando su mejor mirada.

- Eso, eso...- me sentí contagiada por esa mirada y la imité malamente. Laura cayó en medio de la cama, con los brazos extendidos y lanzando un gran suspiro al aire. Eso quería decir que... ¡Joder! ¿Por qué ya no me sentía tan celosa al pensar en Adri y Laura?

- Fue... increíble- la emoción, resaltó en su voz. Y aunque no la veíamos desde nuestra posición podríamos averiguar la sonrisa de tonta que tenía.- Adri fue delicado y romántico, muy romántico. Llenó la habitación de pétalos y velas. Bailamos, brindamos y... me hizo el amor como nunca- suspiró larga y cargadamente, tal vez recordando todo lo sucedido anoche.

- ¡Si! Todo eso esta muy bien pero... ¿Cómo estuvo?- A Sam le brillaron los ojos aún mas que antes mientras juntaba las manos y se apoyaba en ellas a la vez que inclinaba el cuerpo hacía delante.

- ¡Ay, chica! Siempre pensando igual- respondió Laura riendo.

Tenía que reconocer que me molestaba un poco hablar sobre Adri en esos temas, pero desde anoche ni siquiera había pensado en eso, solo en ese... ¡Ya, Eva! No lo volverás a ver nunca, y si lo ves... intenta tener una piedra a mano para lazársela.

- Estuvo esplendido... ¡Dos horas! Casi no puedo con él y te digo que voy a coger complejo de... "eso" precoz... ¡Porque mira que aguanta!- reíamos a carcajada limpia con su comentario.

- ¡Qué suerte tienes! Ojalá pudiera decir lo mismo- Se quejó Sam levantándose del sofá y cayendo de espaldas y con los brazos abiertos en la parte derecha de la cama.

- ¿Qué te pasa, cari?- pregunte enrollando los pies y echándome hacia atrás. Al parecer todos habíamos pasado una noche especial, casa uno a su manera, pero especial.

- Resulta que conocí a un moreno... ¡Buah!- hizo un gesto de que estaba súper bueno con la mano derecha- Mateo, creo que se llamaba, o tal vez era Marco... ¡Bueno, da igual! La cuestión es que estaba allí, trabajándome, y cuando estaba a punto de atacar, va y me suelta: "Sam, lo siento, pero soy gay" ¿Sabéis como me quede?- Laura y yo reímos a viva voz de solo imaginar la escena- ¡No os riais!- reprochó dando un codazo a Laura y lanzándome un cojín a mí- Lo peor es que no encontré otro buenorro en toda la noche.

- Perdona Sami, pero es buenísimo- me sequé las lagrimas y cogí aire.

- ¿Y a ti qué te pasó? Porqué llegaste toda mojada y maldiciendo a alguien, así que no tienes excusa- una vez más, Sam me había pillado. Así que sin previo aviso me tire en la parte izquierda de la cama, preparada para contar mi historia.

- Resulta que me caí a la piscina por culpa de un idiota que me tiró una copa encima ¡Eso sí! Me lo llevé a él conmigo- sonreí al recordar la escena, la verdad es que había sido simpática- Encima, me pide que me disculpe- comencé a cabrearme- obvio no lo hice y lo peor de todo es que...- recordé esos increíbles ojos verdes, esa sonrisa enigmática, esos labios apetecibles, ese pelo que te llevaba a querer...

- ¿Qué...? – pregunto Laura para que acabase la frase. Yo salí de mis pensamientos nerviosa.

- ¡Era horroroso! Inaguantable e imposible- suspire frustrada- ¡Ojalá se hubiese ahogado en la piscina!

- Al parecer anoche cada una tuvo lo suyo- nos miramos y agarramos nuestras manos después de las palabras de Sam. Con alarma, Laura se levanto de un salto, agarrando sus dos maletas y su bolsa de potingues.

- ¡Vámonos! – sonrió mientras nos extendía una maleta y un bolso. Al parecer, no podríamos escaquearnos de eso- No, no podrás Eva. Ni lo sueñes- adivinó mis pensamientos y reímos. Debíamos salir pronto si no queríamos que se le escapase el avión a la parejita feliz.

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Tres noches muy diferentes. Tanto como ellas. 🙃
Nos leemos más tarde, ¿queréis? ♥️

Deseo a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora