Es insoportable. II

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Me bajé del coche dando un portazo y sujetando con fuerza el bolso entre mis manos. Parecía que no era suficiente el cacao mental que tenía en la cabeza, como para que vinieran Nia y Sam a marearme el doble, sobre todo la última, que era un poquito pesada para estos temas... sobre todo cuando sabía por completo que llevaba la razón.

- Tranquila, churri, en cuanto se le vaya el cabreo te llamará para marearte con el vecino guapetón... tú no te preocupes, muchacha- dijo Nia intentando susurrar no del todo bien.

- Como sigas ahí dando consejitos a la pesada esa, te quedas en la calle- grité sujetando la puerta de la entrada con una mano y dando golpecitos en el suelo con el pie derecho.

- ¡Que sí! Ya voy- me dijo volviendo a mirar a Sam- Pues eso, tú ten el móvil a mano- susurró antes de despedirse con la mano para que el coche pudiera arrancar.

Yo atravesé con la mirada a Sam, que sacaba la mano por la ventana mientras intentaba sacar el coche, lo cuál no era nada fácil porqué se le calaba al nada más intentar acelerarlo un poco. Mientras la loca intentaba salir de doble fila, Nia caminaba hacia mí con una sonrisa en los labios que no entendía a qué diablos se debía ya que mi cara no era como para reírse. Solo cuando la vi levantar la mano con entusiasmo a modo de saludo entendí que esa sonrisa no iba dedicada a mí, si no a otra persona. Con mucho disimulo y lentitud, giré la cabeza un poco hacia la derecha, para contemplar a un chico riendo a carcajadas mientras el chico que había estado intentando evitar toda la mañana, sonreía mientras contaba alguna especie de anécdota y levantaba la mano para saludar a mi amiga como si la conociese de toda la vida.

- Déjame pasar, que quiero presentarme- dijo Nia apartándome de golpe, aunque yo no hice mucho caso a su empujón, más bien solo tenía ojos para aquel hombre que también me miraba con cara juguetona, como si me intentase decir que la guerra no había acabado- ¡Hola!- con resignación, entré tras ella.

- Hola, soy Hugo, y él es Flavio, mi amigo- yo le sonreí al segundo cuando éste hizo lo propio conmigo.

- Yo soy Nia - sentí una leve punzada en el estomago con su forma de referirse a Hugo, por lo que le di un codazo disimuladamente- ... también por si necesitas a mi novio- reí por lo bajó al ver que lo había pillado.

- Bueno tío, yo me voy a lo que tu ya sabes- le dijo Flavio a Hugo dándole una palmada en el hombro mientras me miraba a mi- ¿Vienes o te quedas?- la pregunta parecía ir con doble intención, pero al encontrarme con tres pares de ojos puestos en mí, no pude pensar con total claridad de que iba todo aquello.

- Creo que me voy a quedar a... acaba de amueblar el cuarto de invitados- respondió Hugo sonriéndome de oreja a oreja, como si tuviese muy claro que lo que iba a hacer no tenía que ver en nada con el cuarto de invitados- Sí, bueno, yo también me voy ya- se escaqueó Nia, lanzándose por la puerta como una posesa.

- Yo también me voy... adiós Eva- le sonreí amablemente a Flavio mientras veía como salía por la puerta. Sin decir nada más, me agaché a recoger las bolsas de ropa que me había comprado para querer saciar mis ganas de verlo... y eran muchas... las bolsas digo.

- ¿Te ayudo?- dijo con voz profunda mientras cogía unas bolsas sin esperar mi respuesta.

- No, gracias- respondí con ironía al verlo mirar el nombre de las tiendas en las que había comprado. Parecía un novio intentando averiguar si su chica se había comprado algo sexy para él... para su decepción, esa bolsa de lencería, la llevaba yo... y no era para él, claramente.

...

Su mirada pareció atravesarme al ver como sujetaba sus bolsas sin esperar lo que por supuesto iba a ser una negativa. Yo simplemente me limite a sonreírle para intentar mirar disimuladamente qué era lo que había en las bolsas, que no era que me importase, simplemente era la curiosidad del dibujante. Solo con mis pensamientos, no reaccioné al ver como ya había subido al menos un par de escalones. Ladeando la cabeza di una zancada para alcanzarla.

Deseo a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora